Los enfermos de esclerosis múltiple que inician antes la medicación reducen la discapacidad a largo plazo
Científicos del Vall d'Hebrón y el Cemcat han estudiado a 580 pacientes durante 11 años
Empezar el tratamiento para la esclerosis múltiple menos de seis meses después del inicio de los primeros síntomas reduce el riesgo de discapacidad a medida que la enfermedad avanza. Así lo demuestra un estudio liderado por el Vall d'Hebrón Instituto de Investigación (VHIR) y el Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat) publicado en la revista 'Neurology'.
Los investigadores hicieron seguimiento de la discapacidad de los pacientes y de imágenes de resonancia magnética durante una media de 11 años. Se vio que las personas que habían recibido el tratamiento en los primeros seis meses después de la aparición de los primeros síntomas tenían la mitad de riesgo de tener discapacidad avanzada con respecto a las que lo habían empezado más de 16 meses después.
En la esclerosis múltiple, el sistema inmunitario de los pacientes ataca la mielina, una sustancia que aísla y protege los nervios. Aunque los síntomas más comunes se relacionan con problemas de movilidad o de equilibrio, la enfermedad incluye otros síntomas como fatiga, hormigueo en las extremidades, dificultados en la visión, alteraciones neurológicas, entre otros. La progresión de la enfermedad puede ser muy diversa en función de cada paciente, pero hasta ahora se conoce muy poco sobre estas diferencias, por lo cual la investigación es esencial para adelantarse a los síntomas graves y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
El trabajo presentado ahora consistió en el seguimiento de 580 personas de entre 16 y 50 años que habían tenido un primer episodio de síntomas relacionados con la esclerosis múltiple y habían sido atendidas en el Cemcat entre 1994 y el 2021. Todas ellas tomaban algún fármaco para controlar el proceso inflamatorio característico de la enfermedad, pero lo habían empezado a recibir en momentos diferentes: 194 habían iniciado el tratamiento menos de seis meses después del primer episodio, 192 pacientes lo habían empezado entre seis y 16 meses después de la aparición de los síntomas, y 194 más de 16 meses después. Los pacientes tratados de forma precoz tenían mejor calidad de vida. Por ejemplo, tenían más movilidad y fuerza en las extremidades, menos alteraciones del sueño, menos fatiga y ansiedad, y mejor función cognitiva.
Por otra parte, se observó que, en las personas con terapia precoz, la enfermedad se mantenía estable durante más tiempo con respecto a las que lo habían recibido 16 meses después. Además, los pacientes con tratamiento temprano tenían un 60% menos de riesgo de evolucionar hacia esclerosis múltiple secundaria progresiva, en la que los síntomas empeoran de forma constante, y no sólo cuando hay brotes. En concreto, un 7% de los pacientes que recibieron la terapia antes de seis meses hicieron esta progresión, mientras que esta cifra aumentaba hasta el 23% en los pacientes que la iniciaron más de 16 meses después.
«Nuestros resultados son los primeros en mostrar que, cuando se empiezan a mostrar síntomas, cuanto antes empezamos el tratamiento, mejor, incluso antes del diagnóstico definitivo de esclerosis múltiple», explica Álvaro Cobo-Calvo, neurólogo del Cemcat, investigador principal del grupo de Neuroinmunología Clínica del VHIR y primer autor del estudio. «De esta manera, la progresión será más lenta y disminuirá la discapacidad que los pacientes sufren años después. Por eso es esencial también promover la detección precoz de la esclerosis múltiple», añade.
La resonancia magnética ayuda al seguimiento de los pacientes con esclerosis múltiple
La investigación también afianza la importancia de la resonancia magnética en el seguimiento de los pacientes con esclerosis múltiple. Los resultados muestran que la información aportada por las imágenes de resonancia es esencial para ayudar a los profesionales sanitarios a tomar decisiones para iniciar el tratamiento antes y evaluar posteriormente la respuesta a las terapias.
«Las imágenes radiológicas nos indican que, incluso cuando un paciente tiene desde el inicio lesiones importantes en el sistema nervioso, a menudo acompañadas de síntomas graves, un tratamiento precoz es capaz de frenar la progresión de la enfermedad», concluye Xavier Montalban, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Vall d'Hebron, jefe del grupo de investigación en Neuroinmunología Clínica del VHIR y director del Cemcat.