«Besar Scarlett Johansson fue un infierno»
Matt Damon recuerda el rodaje de 'Un lugar para soñar', el romance familiar que compartió con la actriz neoyorquina en el 2011
Matt Damon no tiene el mejor recuerdo de su experiencia besando a Scarlett Johansson. En una entrevista junto a Emily Blunt, su compañera de Oppenheimer, el actor ha recordado la ocasión en la que tuvo que besar a Johansson durante su trabajo en Un lugar para soñar (2011), de Cameron Crowe, después de que la actriz tuviera un almuerzo no especialmente suave.
La anécdota surge cuando Damon y Blunt hablan de la «etiqueta para rodar escenas íntimas» en respuesta a una pregunta del show LADbible TV sobre si consideran apropiado decirle a una persona que tiene mal aliento. La actriz comenta que lo correcto antes de rodar ese tipo de escenas es lavarse los dientes, enjuagar la boca u ofrecer a tu partenaire un caramelo o chicle preventivo. Entonces, Damon recuerda su peor experiencia al respecto.
«Tuve que besar a Scarlett Johansson y... ¿puedes imaginar lo horrible que fue para mí?», comienza Damon a bromear. «Oh, sí, qué lamentable, porque tiene esos labios tan terribles y todo», continúa la broma Blunt. «Fue un infierno», concluye irónico el actor antes de pasar a explicar que la anécdota tuvo lugar durante el rodaje de una escena con beso de Un lugar para soñar.
«Lo que ocurrió fue que rodamos una escena antes del almuerzo. Un par de tomas que acababan en un beso. Salió muy bien y nos fuimos a comer», dice Damon, explicando que ambos pensaban que ya habían acabado de rodar la escena del beso durante ese día. «Así que ella tomó para comer un sándwich de cebolla o algo así», exclama.
«Entonces volvimos al trabajo y Cameron Crowe tenía la cámara ya preparada para hacer un plano más cercano del beso. Entonces ella dijo: '¡Mierda! Pero si me acabo de comer un sándwich de cebolla», recuerda riendo el actor, antes de aclarar que se pasó toda la toma burlándose de Johansson por su aliento pero sin llegar a notar ningún mal olor. «Su aliento huele a rosas», concluye.
Por mucho sentimiento, pasión o sensualidad que puedan transmitir al otro lado de la pantalla, besar es un fastidio cuando estás rodando una película. Actores que no se aguantaban han tenido que fingir éxtasis bucal al juntar íntimamente sus labios entre sí rodeados por decenas de personas y mientras la naturalidad se va desgastando en varias tomas. Y luego está lo que le pasó a Matt Damon con Scarlett Johansson.