Investigación
Un estudio revela que la dieta mediterránea puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad durante el embarazo
Los resultados abren la puerta a incorporar esta pauta nutricional en gestantes como estrategia de salud pública
Un estudio del Clínic-IDIBAPS ha revelado que la dieta mediterránea puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad durante el embarazo. Se ha llevado a cabo un ensayo clínico con 1.221 embarazadas de alto riesgo que se encontraban entre la semana 19 y la 23 de gestación. Los datos recogidos han demostrado que las participantes que siguieron pautas nutricionales en este sentido experimentaron una disminución de entre el 25% y el 28% de los niveles de ansiedad y presentaron mejor bienestar y calidad del sueño. La investigación se ha publicado en la revista 'Nutrients' y abre la puerta a incluir esta pauta nutricional en gestantes como estrategia de salud pública.
La investigación parte de la idea de que los trastornos de ansiedad y el estrés son cada vez más frecuentes en mujeres embarazadas y de la estima que una de cada cinco futuras madres los puede sufrir. Aunque en los últimos tiempos varias investigaciones habían apuntado que la dieta mediterránea, que promueve la ingesta de alimentos vegetales ricos en antioxidantes, como frutas, verduras, aceite de oliva virgen extra y cereales integrales, estaba relacionada con un mejor bienestar y salud mental, esta es la primera vez que un ensayo lo vincula directamente con el estrés y la ansiedad.
Fàtima Crispi, investigadora de BCNatal y del grupo IDIBAPS Medicina fetal y perinatal, ha recordado entre el 2016 y el 2022 ya se hizo una investigación que se denominó IMPACT y que indicó que la dieta mediterránea podía disminuir hasta un tercio el riesgo de tener un bebé con bajo peso. No obstante, ha remarcado que la influencia de esta pauta nutricional sobre el estrés, la ansiedad, el estado mental, la calidad de vida y el sueño de las mujeres durante el embarazo todavía no se conocía.
Con el reensayo, en el cual han participado 1.221 futuras madres, lo que se hizo fue dividir a las participantes en varios grupos. Uno siguió una intervención para la promoción de la dieta mediterránea mediante visitas personalizadas con nutricionistas. Los investigadores animaron a las futuras madres a incrementar la ingesta de cereales integrales, aconsejándoles tomar cinco raciones al día; de verduras y productos lácteos, con tres raciones diarias; de fruta fresca, con dos piezas; tomar legumbres, frutos secos, pescado y carne blanca tres veces por semana y usar aceite de oliva para cocinar y aliñar. Al resto simplemente se le hizo el seguimiento habitual y las visitas que dicta el protocolo actual.
Después de analizar los cuestionarios de estrés llenados por las participantes y de medir los niveles metabolitos relacionados con este estado mental presentes muestras de orina, los investigadores determinaron que la intervención basada en la dieta mediterránea redujo entre un 25% y un 28% la ansiedad y el estrés materno. Además, también mejoró el bienestar y la calidad del sueño de las gestantes respecto del resto.
«Teniendo en cuenta la creciente importancia del papel de la salud mental durante el embarazo, estos resultados podrían implicar la promoción de la dieta mediterránea adaptada a mujeres gestantes como una potente estrategia de salud pública», ha declarado Francesca Crovetto, otra de las responsables del ensayo.
No obstante, los autores han señalado que el trabajo presenta algunas limitaciones porque «gran parte de las participantes eran de etnia blanca, con un nivel socioeconómico medio-alto». Así pues, han remarcado que el hallazgo no se tendría que extrapolar a otras poblaciones con características diferentes. «Habrá que llevar a cabo nuevos estudios con mayor diversidad poblacional, que evalúen también los mecanismos responsables de los efectos de la dieta mediterránea observados», ha subrayado Crovetto.