Un nuevo estudio revela un signo temprano de la demencia y que tiene que ver con las piernas
No tiene cuidado, pero un diagnóstico temprano puede ayudar a los pacientes a controlar los efectos de la enfermedad
La detección temprana de la demencia puede ser muy útil a la hora de tratar sus síntomas. Aunque es posible que se conozcan muy bien los signos principales, como la pérdida de memoria, la dificultad para concentrarse y la falta de juicio, un estudio reciente revela que una señal de alerta radica en la forma en que camina el paciente.
La demencia no tiene cura, pero un diagnóstico temprano puede ayudar a los pacientes a controlar los efectos de la enfermedad.
El estudio sugirió que caminar más lento en la vejez podría ser una señal de alerta de demencia. Los hallazgos, publicados en JAMA Network Open sugieren que el deterioro cerebral puede impedir la capacidad de una persona para caminar.
El estudio, realizado por la Universidad de Minnesota y la Universidad de Monash, examinó a 17.000 participantes mayores de 75 años y monitorizó su velocidad al caminar y su función cognitiva durante un período de siete años.
Los investigadores descubrieron que aquellos que perdían 0,05 metros por segundo de su ritmo cada año tenían signos de deterioro mental.
Los investigadores dijeron que esto podría deberse a un vínculo entre el deterioro cerebral que afecta las áreas involucradas en el control de la marcha y el ritmo. Se descubrió que aquellos que presentaban una disminución tanto en la cognición como en la velocidad al caminar tenían un mayor riesgo de demencia.
En este grupo, denominado «doble declinante», se detectaron alrededor de 178 casos de la enfermedad, lo que representa el 11,3% del número total de participantes en el estudio. Aquellos que no mostraron ningún deterioro en la cognición o la marcha tenían menos probabilidades de tener la enfermedad: sólo el 0,3% fue diagnosticado.
El estudio no encontró un vínculo más general entre la velocidad al caminar y el riesgo de demencia. Encontró que aquellos que disminuyeron la velocidad, pero que aún no mostraban signos de deterioro cognitivo, tenían un riesgo similar al de aquellos cuya velocidad al caminar seguía siendo la misma.
Aún así, una disminución tanto en la cognición como en la velocidad al caminar podría advertir de demencia, según los investigadores, quienes sugieren que la velocidad y la memoria pueden ser la mejor manera de evaluar el deterioro cognitivo.
El estudio fue dirigido por la doctora Taya Collyer, de la Universidad de Monash, y concluyó: «La asociación entre dominios (del cerebro), como la velocidad de procesamiento y la fluidez verbal, con la marcha se ha explicado por el cruce de las redes subyacentes o la patología».
«Estos resultados resaltan la importancia de la marcha en la evaluación del riesgo de demencia. Sugieren que la disminución dual en la velocidad de la marcha y la medida de la memoria pueden ser la mejor combinación para evaluar la disminución futura», concluye Collyer.