Sucesos
Un supermercado se ve obligado a encadenar las garrafas de aceite tras una veintena de robos en tres meses
La incesante crecida de los precios está afectando gravemente a consumidores, a productores, pero también a supermercados
Un hombre en un supermercadogranadino, después de levantar sospechas en una de las empleadas, roba una garrafa de aceite de olivavirgen extra,valorada actualmente en unos 50 euros, para después echar a correr con ella en la mano, huyendo por todo el centro comercial.Solo en este supermercado se han registrado una veintena de hurtos de aceite en los últimos tres meses. Por ello, los supermercados estánviéndose obligados a protegertodos los productos derivados del aceite y, por tanto, codiciados por los ladrones, en cajas de metacrilato, con collarines para las botellas o con etiquetas con alarma.
El ahora conocido como 'oro líquido' ha superado ya al alcohol como el producto más robado y es que, desde que empezó su carrera inflacionista,los hurtos no han hecho más que aumentar.La alimentación representa el 40% de los hurtos en supermercados, encabezada por el aceite. Incluso algunos, como detalla el encargado del supermercado granadino «roban botellas y garrafas de aceite para despuésrevenderlas en la calle a precios más bajos».
El aceite de oliva elevó su precio un 62,3% en agosto respecto al año anterior, el virgen extra se encareció un 60,1% y el virgen, un 61,8%, mientras que el aceite de girasol redujo su precio un 39,9%.La incesante crecida de los precios está afectando gravemente a consumidores, a productores, pero también a supermercados.
Según los últimos datos de la estadística del IPC publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el coste del aceite de oliva se disparó el pasado agosto un 52,5% respecto al mismo mes de 2022, su mayor subida interanual en 21 años. La misma fuente señala que desde marzo de 2021 hasta agosto de este año su precio se ha encarecido más del doble (114,8%).
El año pasado estos robos supusieron para los comercios800 millones de euros de pérdidas. Este año, los pequeños hurtos por impulso, se suman a los hurtos de los profesionales. Una dependienta del supermercado alega que «tienen que andarse con mil ojos, porque al considerarse unproducto de lujo,la gente intenta robarlo mucho más».