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Un libro recuerda el 50º aniversario del fin del tren que unía Val de Zafán con Tortosa

La obra es un repaso a la historia de esta línea ferroviaria con testimonios de personas que la vivieron

La estación de Cretas, en la época de pleno apogeo del ferrocarril de Val de Zafán.

Un libro recuerda el 50º aniversario del fin del tren que unía Val de Zafán con TortosaCedida per Juan Luis Camps

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El albergue de Cretas (Teruel), ubicado a la antigua estación de esta localidad del Matarraña, ha acogido este domingo la presentación del libro El ferrocarril de la Val de Zafán. Historia, vivencias y recuerdos de la estació de Cretas 1882-1973, en qué se rememora el tren que unía esta zona aragonesa con Tortosa (Baix Ebre).

El libro, coordinado por Juan Luis Camps y escrito por los expertos Eduard Martínez Hernández, Jesús Martínez Curto, Camil Piera y Renato Simoni, ve la luz con motivo de la celebración «triste», reconocen, del 50º aniversario de la clausura de esta vía de tren, el 16 de septiembre de 1973.

«El libro se empezó a gestar el verano del 2021 ante la proximidad de la celebración del 50º aniversario de la clausura de la línea de la Val de Zafán entre un grupo de gente que estamos establecidos en Cretes o son de aquí», explica a EFE Eduard Martínez, experto divulgador de la historia del ferrocarril.

El libro es tanto un repaso a la historia de esta línea ferroviaria, que unía La Pobla d'Híjar con Tortosa, aunque su destino final tendría que haber sido Sant Carles de la Ràpita (Montsià), como con testimonios de personas que la vivieron y el dinamismo económico que supuso para Cretes esta vía de tren.

No se ha escrito sobre la historia del ferrocarril ni es para aficionados al ferrocarril. Es un libro que supone un repaso a la historia de esta vía ferroviaria enfocado desde Cretas y lo que supuso el tren para la localidad, con testimonios diferentes,» dice. Campos en EFE.

Entre los testimonios destaca el de Jesús Martínez, que vivió sus primeros cinco años a la estación hasta el cierre: «A mi subconsciente tengo grabado que la soledad se puede definir con la imagen de cualquiera de las estaciones de la línea al anochecer del invierno».

Todos los avatares de esta línea ferroviaria los define muy bien Renato Simoni al segundo capítulo con el titular: El calvario del ferrocarril de Val de Zafán en Sant Carles.

A su momento, la vía de la Val de Zafán, también conocido como el Sarmenter, supuso la ambición de unir Zaragoza con el mar Mediterráneo a través del puerto tarraconense de la Ràpita.

Aunque su puesta en servicio fue muy breve, entre 1932 y 1973, la idea de esta línea, condicionada tanto por cuestiones políticas como económicas, ya arrancó en 1866 cuando León Cappa, alcalde de Samper de Calanda, consiguió la primera concesión para la línea Val de Zafán-Sant Carles de la Ràpita.

El año 1880, el rey Alfonso XII sancionó la ley porque la Val de Zafán enllaçés en Tortosa con la línea de Valencia en Tarragona y acabara en la Ràpita. En 1895 se inauguró el primer tramo, La Pobla d'Híjar-Alcañiz, con sólo 32 kilómetros.

En la segunda mitad de la década de 1920 avanzaron las obras, trabajos que registraron una elevada siniestralidad laboral, cosa que impedía que se pudiera concluir. La Guerra Civil fue el desencadenante para que la línea pudiera dar servicio, con mano de obra de los presos republicanos, entre la Pobla de Híjar y Tortosa. Así, se convirtió en el medio de transporte para las tropas italianas que apoyaban las fuerzas sublevadas de Francisco Franco.

Camil Piera recuerda que en esta línea prestaron servicio, en primer lugar, máquinas de vapor, que «consumían entre Tortosa y Prat de Comte -zona en que se supera un notable pendiente- más de 3.000 kilos de carbón, que se echaban en la caldera en pala,» para después incorporar el automotor y el ferrobús. Cuando este último entró en servicio, la línea dejó de transportar mercancías, en 1967.

También, como en los años más duros de la posguerra, sirvió para el desarrollo del «estraperlo« tanto en Barcelona -«los odres de aceite los escondían en el vagón del carbó»- como Zaragoza. E incluso los maquis asentados en la zona del Matarraña intentaron sabotear la línea.

Sin embargo, la línea ya estaba sentenciada desde un tiempo antes ya que en 1962, unos informes del Banco Mundial de Construcción y Desarrollo negaban su viabilidad y en 1969, el Consejo de Ministros acordó el cierre de la Val de Zafán, aunque su clausura no llegó de manera definitiva hasta 1973.

Piera recuerda que en los años 80, cuando todavía no se había limpiado el trazado de los raíles, las travesías y el balasto, hubo un intento por parte de la compañía eléctrica Endesa para reabrirlo por transportar carbón al ahora desaparecida central térmica de Andorra (Teruel), pero «Renfe se negó en redondo».

Con el paso de los años, en Cataluña se inauguró en el 2005 su trazado como vía verde hasta la Terra Alta, y los años siguientes se completó todo el recorrido, aunque en algunas zonas se comparte espacio como vía agropecuaria, con una longitud total de 128,08 kilómetros entre Tortosa y la Pobla d'Híjar.

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