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Dos de cada tres jóvenes que pasan por el sistema de justicia juvenil no reinciden los siguientes cinco años

Un estudio del CEJFE revela que los jóvenes migrantes solos tienen más probabilidad de reincidir

Un menor Centro de Justicia Juvenil barcelonés Can Llupià.

Dos de cada tres jóvenes que pasan por el sistema de justicia juvenil no reinciden los siguientes cinco añosWikipedia

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Dos de cada tres jóvenes que finalizaron un programa o medida en el sistema de justicia juvenil catalán el año 2015 no han vuelto a ser atendidos ni por los servicios de justicia juvenil ni han ingresado en el sistema de ejecución penal de adultos porun nuevo delito en los cinco años siguientes. Esta es una de las conclusiones del informe sobre la tasa de reincidencia penitenciaria juvenil 2020 del Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada (CEJFE). En el marco de esta investigaciónsobre los retos y abordajes del modelo de justicia juvenil en Cataluña, se ha actualizado la tasa. La última era del 2016 y se situaba en el 30,8%.

Siguiendo el patrón de los adultos, en el caso de los hombres la reincidencia es más alta (36,2%) que en las mujeres (18,8%). También es un factor de riesgo la edad: entre los 14 y los 15 años la tasa es más alta (39,4%) que entre los 16 y 17 años (28,2%). Los expertos apuntan que en estos primeros años de adolescencia la pulsión delictiva tiene una tendencia ascendente que empieza a disminuir a partir de los 16-17 años. El hecho de acumular antecedentes es un factor de riesgo que se dispara en el caso de los multirreincidentes al 63,9%. Con respecto al tipo de delito, el 78,1% de reincidencia se da en casos de condenas por delitos contra la propiedad.

'La tasa de reincidencia juvenil 2020' es un estudio del Área de Investigación y Formación en Ejecución Penal del CEJFE. Marta Blanch y Roger Mancho, autores de la investigación, han presentado las principales conclusiones este miércoles a la jornada 'Retosy abordaje del modelo de justicia juvenil en Cataluña', una jornada de reflexión y análisis sobre la complejidad del ámbito de la justicia juvenil donde se han presentado diferentes estudios y experiencias.

La muestra del estudio es de 3.634 jóvenes de entre 14 y 23 años que finalizaron un programa o medida el año 2015. Una de las características metodológicas es que se estudia toda la población y no una muestra. A diferencia de las anteriores investigaciones, el seguimiento a los jóvenes se ha ampliado en un año para compensar el efecto covid y por asimilación a estudios similares de ámbito internacional. En este caso, si en vez de cuatro años el seguimiento se amplía a cinco años, la tasa pasa del 30,9% al 32,7%, un incremento que estadísticamente no es relevante.

Impacto del tratamiento o medida

El 40,6% de los jóvenes que entran en el circuito de justicia juvenil tienen que pasar por un juicio. Eso significa que a los 1.477 jóvenes que finalizaron una medida el año 2015 se les había impuesto una medida socioeducativa por sentencia judicial. El resto de casos se repartió de la manera siguiente: 1.112 jóvenes (30,6%) participaron en un programa de mediación y reparación, y con eso se cerró el proceso judicial; y 1.045 jóvenes (28,8%) tuvieron como única intervención en todo el proceso un informe de asesoramiento técnico. Por diferentes motivos, el expediente no tuvo ningún otro recorrido y fue la única respuesta judicial necesaria que se dio a los hechos delictivos del joven.

Programa de tratamiento individualizado

En el 70% de los casos, la medida o el tratamiento ha funcionado, dado que los jóvenes no reinciden. Desde el Departamento de Justicia, Derechos y Memoria se hace una lectura positiva dado que la tasa de reincidencia se mantiene aunque la complejidad social es más alta. El estudio también señala que la intensidad en el tratamiento y el contacto con la comunidad reducen la posibilidad de reincidir. Por ejemplo, la reincidencia de jóvenes que han pasado por una medida de mediación y reparación (MRM) es del 26,7%, o en el caso de los jóvenes que hacen prestaciones en beneficio a la comunidad (PBC), la tasa cae al 17,7%.

De hecho, la tasa de reincidencia en la medida de prestación en beneficio de la comunidad es 10 puntos inferior a la de la libertad vigilada, dado que es una medida que comporta la aceptación voluntaria para cumplirla y, por lo tanto, hay un perfil de jóvenes implicados en el desistimiento. Se impone para delitos de menos gravedad y para jóvenes con perfiles de menos riesgo.

Cabe decir que los jóvenes que entran en el circuito de justicia juvenil para cumplir una medida siguen un programa de tratamiento individualizado que ha estado expresamente diseñado de acuerdo con las necesidades individuales. Si la medida es de medio abierto, este programa se lleva a cabo en el medio social y familiar del menor o joven con el seguimiento de un profesional de medio abierto, utilizando, preferentemente, los recursos comunitarios.

En caso de que la medida sea de internamiento, este programa se lleva a cabo en un centro educativo de justicia juvenil y consiste, básicamente, en garantizar la continuidad de la formación escolar o de la formación profesional ocupacional y en una intervención específica adaptada a las problemáticas personales, a los factores de riesgo detectados y a los perfiles delictivos. Por ejemplo, se fomentan las habilidades y competencias sociales, la educación sexual, el deporte o los tratamientos contra el consumo y para acompañarimpulsos violentos. El internamiento en un centro educativo de justicia juvenil es una medida reservada como último recurso. Normalmente los jóvenes que ingresan responden a dos perfiles: acumulación de un gran número de antecedentes o comisión de delitos graves.

Trayectorias migratorias

Los jóvenes que han vivido trayectorias migratorias complejas presentan más variables de riesgo que aquellos casos en los cuales la trayectoria migratoria ha sido acompañada y ha habido un proceso de integración. De todos los menores estudiados, el 46% son inmigrantes, y de estos, el 9,2% son no acompañados, que suponen el 3,2% del total de menores estudiados.

Por ejemplo, el estudio evidencia que los jóvenes que se encuentran solos, sin ningún apoyoadulto, presentan unos niveles de reincidencia más altos que otros jóvenes que han pasado por procesos migratorios con más acompañamiento. De hecho, cuandoel joven ha vivido trayectorias migratorias acompañado de adultos prosociales y/o con apoyoadulto positivo no se da ninguna diferencia con respecto a la tasa de reincidencia de otros jóvenes de nacionalidad extranjera. Les dadas demuestran, pues, que la falta de protección social, de apoyofamiliar y social, una situación socioeconómica desfavorable, un acceso limitado al mercado laboral o un menor capital social son factores más favorecedores de la reincidencia que la categoría de extranjería.

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