La exposición prenatal a sustancias químicas ambientales se relaciona con cambios en el crecimiento infantil
Un estudio revela conexiones entre la exposición a disruptores endocrinos y un aumento «acelerado» del IMC hasta los 9 años
Un nuevo estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha aportado evidencias sobre la influencia que los disruptores endocrinos (EDCs, por sus siglas en inglés) pueden tener en el crecimiento de los niños durante los primeros años de vida. Los resultados, publicados en 'Environmental Health Perspectives', muestran que la exposición prenatal a algunas sustancias químicas ambientales y sus mezclas está relacionada con un aumento acelerado del Índice de Masa Corporal (IMC) desde el nacimiento hasta los nueve años de edad. En el estudio participaron 1.900 madres y sus hijos.
La investigación liderada por el ISGlobal se centró en evaluar la exposición a una amplia gama de disruptores endocrinos. Se trata de sustancias químicas se encuentran en nuestra dieta y en productos cotidianos como los plásticos, artículos de higiene personal y pesticidas, y que incluyen contaminantes orgánicos persistentes (COP), sustancias perfluoroalquilades (PFAS), bifenilos policlorados (PCB), ftalatos y fenoles (incluidos parabenos y bisfenol A).
El equipo de investigación midió las concentraciones de estas sustancias químicas en muestras de orina y sangre recogidas cuando las mujeres participantes estaban embarazadas. Posteriormente, midieron el IMC de los niños a lo largo del tiempo, una medida que combina la altura y el peso y se utiliza habitualmente para evaluar los niveles de sobrepeso y la obesidad.
El análisis estadístico mostró que la exposición prenatal a contaminantes orgánicos persistentes específicos, incluidos el hexaclorobenceno (HCB) y el diclorodifenildicloroetileno(DDE), así como determinados PFAS, puede alterar «significativamente» la trayectoria del IMC. Estas alteraciones se caracterizan por una menor talla al nacer seguida de un aumento acelerado del IMC o poruna mayor talla al nacer con un aumento acelerado del IMC.
Por otra parte, además de estudiar sustancias químicas individuales, la investigación también realizó un análisis de mezclas. Así, examinaron como una combinación de diferentes disruptores endocrinos podría afectar al crecimiento de los niños, lo cual, según los investigadores, ofrece una representación «más realista» de cómo los seres humanos están expuestos en estas sustancias. Este enfoque mostró que la mezcla de diferentes disruptores endocrinos se asociaba con un mayor riesgo que los niños y niñas pertenecieran a una trayectoria de aumento acelerado del IMC, siendo el HCB, el DDE y los PCB los principales contribuyentes a este efecto de mezcla.
«Nuestros hallazgos subrayan el impacto potencial de la exposición a sustancias químicas en las primeras etapas de la vida sobre los patrones de crecimiento infantil, lo cual puede tener implicaciones a largo plazo para la salud. Comprender estas relaciones es crucial para informar los esfuerzos de salud pública dirigidos a prevenir la obesidad infantil y sus consecuencias para la salud», ha afirmado Parisa Montazeri, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio. A su vez, Martine Vrijheid, autora principal del estudio y directora del programa de Medio ambiente y salud a lo largo de la vida de ISGlobal, también ha hecho valer que las revelaciones «son de gran interés para la salud pública, ya que el crecimiento acelerado durante la infancia se ha relacionado con varios problemas de salud durante la misma infanciay en etapas posteriores de la vida, como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes».
Ftalatos y medidas volumétricas cerebrales
Otro estudio reciente coordinado por ISGlobal encontró una asociación entre la exposición en ftalatos -un grupo de sustancias químicas que alteran el sistema endocrino y se utilizan como plastificantes y disolventes en una amplia gama de productos comerciales- durante el embarazo y medidas volumétricas más pequeñas en unas ciertas partes del cerebro y un menor cociente intelectual en niños. La investigación, publicada a 'Molecular Psychiatry', sugirió que aquellos niños cuyas madres tuvieron una mayor exposición a unos ciertos ftalatos durante el embarazo tienden a mostrar una menor materia gris total en sus cerebros cuando llegan a la edad de 10 años.
El equipo también descubrió que la exposición materna a plastificantes durante el embarazo se asocia a un menor cocient intelectual infantil a los 14 años.