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Un prostituto acepta cuatro años y cuatro meses de prisión por extorsionar a un cliente enviando fotos sexuales a la mujer

El acusado se presentó en el domicilio de la víctima y dejó una nota con su teléfono, que fue recogida por la mujer de la víctima

Imatge de la maça d'un jutge.

Un prostituto acepta cuatro años y cuatro meses de prisión por extorsionar a un cliente enviando fotos sexuales a la mujerPixabay

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Un hombre ha aceptado este martes cuatro años y cuatro meses de prisión por haber extorsionado a otro hombre enviando fotos manteniendo relaciones sexuales con él a la mujer de la víctima. El hombre, que ya había cobrado inicialmente por mantener las relaciones sexuales, se enfrentaba a ocho años de prisión, pero ha pactado una rebaja con la fiscalía y no ha pedido suspensión de la pena, cosa que comportará su ingreso a prisión. El juicio se tenía que celebrar en la Audiencia de Barcelona, pero con la conformidad se ha evitado hacerlo. El hombre no tendrá que indemnizar a la víctima, que ha renunciado a cobrar nada, y no podrá comunicarse ni acercarse.

Según el relato de la fiscalía, víctima y acusado mantuvieron relaciones sexuales consentidas el 23 de septiembre del 2020, pero el acusado grabó la escena sin que la víctima lo supiera. Al cabo de dos o tres días el acusado habló con la víctima pidiéndole dinero para continuar sus estudios. «Te doy una hora para que te lo pienses, o por el contrario tendré que seguir presionando de otras maneras que no serán bonitas realmente», le dijo, y adjuntó una foto donde constaba el precio del primer curso de los estudios de dirección: 6.850 euros en total, divididos en una reserva de 990 euros, matrícula de 1.300 euros y ocho mensualidades de 570 euros cada una.

El acusado también le envió mensajes donde le decía: «Esto es por una buena causa para mí y podrás considerar tu generoso apoyo como una cuestión altruista»; «Como te comenté, a veces te toca estar en el lugar menos indicado»; «Y créeme que no quiero perjudicarte más, no es mi intención joderte la vida»; «Sólo necesito un poco de apoyo para poder continuar mis estudios»; «Si llegáramos a un buen acuerdo, créeme que te dejaré en paz y eso no te volverá a pasar nunca más»; «Es eso, no será tanto complicado».

El 1 de octubre del 2020 el acusado se presentó en el domicilio de la víctima y dejó una nota con su número de teléfono, que fue recogida por la mujer de la víctima, que llamó en dos ocasiones sin obtener respuesta. Al cabo de media hora, la mujer recibió los siguientes mensajes: «Me da pena hacer esto, ¿pero sabes con quién pasa el tiempo tu esposo?»; «Intenté que no te enteraras de esta manera, no quería perjudicarlo pero me parecía injusto que tu esposo recurra a mis servicios»; «Lo lamento».

También le envió una foto donde se veía al acusado y a la víctima en la cama de un hotel y un vídeo donde se veía a los dos implicados haciéndose una felación mutua y le dijo: «Así como la foto que acaba de ver, hay un vídeo largo y explícito; supongo que podemos llegar todos a un acuerdo razonable para que no salga a la luz». «Sería fatídico que las personas que conviven con ustedes, vecinos, seres queridos, lo vieran; pienso que para usted sería totalmente desagradable que fuera de esta manera», la amenazó.

Posteriormente, el acusado volvió a contactar con la víctima: «¿Te gustó mi sorpresa? Ya decidirás qué haces. Esto también puede afectar al negocio de la familia, ¿no crees? Yo no me ignoraría si fuera tú». Por todo esto, la fiscalía le pedía inicialmente ocho años de prisión y cuatro años más de prohibición de aproximación y comunicación con la pareja por los delitos de chantaje o amenazas condicionales y de descubrimiento y revelación de secretos con finalidades lucrativas.

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