Cultura
El público de los macro festivales mantiene Cataluña por delante de Madrid en volumen de espectadores y recaudación en el 2022
La comunidad madrileña acoge 1 de cada 4 conciertos de todo el Estado y casi el doble que aquí
La música en vivo de pago sumó 4,2 millones de espectadores en Cataluña el año 2022 y una recaudación a taquilla sin precedentes, de 86,5 millones, según datos del Anuario SGAE 2023 consultados por la ACN. De esta manera se vuelve a situar ligeramente ante la Comunidad de Madrid en volumen de espectadores (42.684 más) y supera todavía más ampliamente sus 75,1 millones de recaudación. S
Son los macro festivales los que decantan la balanza hacia Cataluña, con 688.764 espectadores, 62.000 más que en Madrid si bien los últimos años la diferencia se ha ido estrechando. En cambio, el saldo de espectadores de conciertos ordinarios y festivales medios sigue siendo favorable a Madrid, que acapara el 25% de los conciertos que se celebran a todo el Estado.
Cataluña acogió el 2022 13.642 conciertos, un millar más que el año 2019. En este sentido se ha más que rehecho de la sacudida de la pandemia y las bajas cifras de los años 2020 y 2021. No obstante, sigue lejos de la Comunidad de Madrid (CAM), que también supera su registro de 2019 y con casi 25.000 conciertos prácticamente dobla los que se hacen en el principado. No es novedad que Madrid acapare este ranking, pues esta comunidad acoge históricamente el 25% de todos los conciertos que se celebran en el Estado, uno de cada cuatro.
Con respecto al número de espectadores de conciertos Madrid también gana, pero no en la misma proporción porque las salas y recintos de mayor capacidad de Barcelona (Estadio Olímpico, Palau Sant Jordi, Parque del Fòrum, entre otros) equilibran la balanza y permiten sumar más público con menos conciertos. En este sentido, el año pasado la Comunidad de Madrid registró tan sólo a 20.000 espectadores más de conciertos: 3,53 millones enla CAM por 3,51 millones de Cataluña.
Los macro festivales todavía decantan la balanza
Pero si a este público sumamos el de los asistentes a macro festivales (acontecimientos de más de 10.000 espectadores), entonces el saldo total de espectadores de música en vivo en el 2022 (y los años precedentes) pasa a ser favorable a Cataluña: 4,2 millones aquí y 4,16 millones en Madrid, el año pasado.
En los últimos años la comunidad madrileña ha ido creciendo en número de festivales y de aforos de algunos de los que ya existían -caso de MadCool-, y la diferencia de público de macro festivales aquí y allí se ha ido haciendo más estrecha, pero los grandes acontecimientos catalanes -como Primavera Sound, Sónar, Cruïlla y Barcelona Beach Festival, entre otros- todavía se imponen en volumen de asistentes. Concretamente, en el 2022 (el año antes del aterrizaje del Primavera Sound en Madrid y el del doble fin de semana de conciertos del festival en Barcelona) el público de macro festivales catalanes ascendió a 688.764 personas, y el de los madrileños, en 626.358.
Son 62.406 espectadores de diferencia (un 10% más), que parecen pocos comparado con lo que pasaba el año 2017 cuando la distancia con Madrid era de 241.000 espectadores. Cataluña alcanzó aquel año a 827.000 espectadores en macro festivales y Madrid se quedó en 585.000, es decir un 30% menos. Como se ha dicho, desde entonces esta diferencia se ha ido haciendo más y más pequeña, particularmente desde el año 2018 en que el festival MadCool cambió la Caja Mágica por un recinto con capacidad para 35.000 personas diarias más.
Cabe decir que en el conjunto del Estado es la Comunidad Valenciana quien acumula más espectadores de macro festivales. De hecho, de los 5,5 millones de espectadores que reúnen este tipo de acontecimientos a todo el Estado del 2022, 1,03 corresponden a festivales valencianos, es decir, que Valencia concentra 2 de cada 10 espectadores de macro festivales.
Por eso en este territorio la relación de público por conciertos y grandes certámenes se reparte casi a partes iguales, mientras que en Cataluña los segundos representan sólo un 16,4% del total de espectadores de música en directo, y en Madrid un 15,1%.
Recaudación histórica en el 2022
El tipo de concierto (en sala, estadio o macro festivales) determina el volumen final de público, pero también la facturación. En Madrid se celebran muchos más conciertos que en Cataluña, como se ha visto, pero de nuevo el peso de los macrofestivales y conciertos en grandes recintos, con los elevados precios de sus entradas y abonos, elevan la facturación global. Así se entiende que con sólo 40.000 espectadores más que Madrid (sumando conciertos y macro festivales) Cataluña llegara en el 2022 a una recaudación en taquilla de 86,5 millones, mientras que Madrid se quedó en 75,1 millones, según datos del Anuario SGAE 2023 consultados por la ACN.
Parala industria del directo en Cataluña los 86,5 millones son un récord histórico, que se sitúa más de 10 millones de euros por encima del 2019, el último antes de la pandemia y que ya fue el de más recaudación registrado hasta entonces.
Cataluña y Madrid están en este orden las comunidades con más recaudación en el 2022. Juntes suman casi el 36% de la facturación de la música en vivo a todo el Estado, cerca de 162 millones de euros. En cambio, Andalucía, con más público que nadie (4,3 millones y el 17,7% del conjunto) obtiene una facturación menor en las otras dos: 62,2 millones de euros.
La voz de los festivales
Consultados por la ACN, dos de los festivales con más público y trayectoria en Cataluña como Sónar y Primavera Sound celebran el buen momento que vive el sector y la recuperación después del paréntesis de la pandemia. El 2022 fue un gran año para todos porque todo el mundo tenía ganas de volver a la presencialidad; la pandemia ha sido una gran validación de este modelo como forma de ocio, y eso no ha pasado en todas las industrias culturales», asegura el CEO de Sónar Ventura Barba.
La asociación de Festivales de Música Asociados (FMA), de ámbito estatal, rechaza hablar de «burbuja» de festivales y grandes festivales, y esgrime la recaudación récord de la música en vivo por venta de entradas a todo el Estado en el 2022, de 449 millones de euros. «Eso nos hace concluir que hay una amplia demanda», dice a la abogada del FMA Belén Álvarez.
Ahora bien, Álvarez reconoce la necesidad de que el crecimiento de los grandes festivales sea «sostenible» y dice que desde la FMA tratan de «marcar la hoja de ruta» para que los grandes «cuenten con recintos adecuados y habilidades para la celebración de acontecimientos con un número muy masivo de asistentes». En este sentido, la primera edición de Primavera Sound Madrid este verano acusó problemas de movilidad y también de gestión de los efectos de los fuertes aguaceros que cayeron a la capital española.
«Hay festivales porque el público quiere que haya», añade al director de comunicación del Primavera Sound, Joan Pons. Aunque es el certamen catalán con más público (253.000 espectadores la última edición), Pones dice que entienden el crecimiento «en términos cualitativos» y que se esfuerzan por hacer que cada edición sea mejor que la siguiente.
Relación con las salas
Desde el festival barcelonés ponen en valor el papel del suyo y de los otros festivales como prescriptores y dinamizadores del sector el resto del año. «La esencia dice que el festival es el lugar que tiene que mantener la vitalidad durante el resto del año. El lugar donde descubrir a los artistas que vendrán después. Además, su presencia pone la ciudad en el mapa», razona.
«Hay público para todo y momentos para todo. Tenemos que trabajar conjuntamente, no lo quiero ver como una confrontación», apuntan desde Sónar. El festival que este año reunió a 120.000 asistentes se reconoce como pionero de la expansión del modelo actual de festival urbano. «Hace 30 años no existía mucho este modelo, en eso fuimos rupturistas y después ha arraigado».
Y sobre su dimensión, Ventura Barba remarca que desde el traslado del Sónar Día en Montjuïc en el 2002 el festival no ha crecido en número de público, pero sí con la expansión internacional de la marca con festivales por todas partes y apostando por la actividad de Sónar +D, el congreso profesional de arte y cultura digital que se celebra en paralelo en el festival musical.