La fiscalía pide nueve años de prisión para Alves por agresión sexual a una joven en una discoteca de Barcelona

La fiscalía pide nueve años de prisión para el exfutbolista del Barça Dani Alves por una supuesta agresión sexual a una joven de 23 años la noche del 30 de diciembre del 2022 en una discoteca de la capital catalana. También le pide 150.000 euros de indemnización para la víctima, diez años de prohibición de aproximación y comunicación y diez años más de libertad vigilada. Alves está en prisión preventiva desde el 20 de enero pasado y ha cambiado dos veces de abogado.

El exdefensa azulgrana ha cambiado tres veces de versión, negando al principio que conociera a la chica, después de que el sexo fue instigado por ella, que le habría hecho una felación mientras él defecaba en el inodoro, y finalmente que fue una penetración vaginal consentida por los dos. Ninguna de las versiones de Alves le han servido para salir de la prisión, ni tampoco sus esfuerzos por demostrar el arraigo en Cataluña que minimizaría el riesgo de huida de Sutton. El futbolista brasileño fue denunciado por agresión sexual por una chica de 23 años que lo acusó de haberla violado en el lavabo de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 al 31 de diciembre pasado.

Según la versión mantenida desde el primer momento por la chica, que ha renunciado a una indemnización económica, el astro brasileño la invitó a ella y a dos amigas a subir al reservado donde estaban bailando la noche del 30 al 31 de diciembre. Después de bailar y flirtear con ellas, el brasileño habría entrado a un espacio detrás de una puerta e hizo ir a la chica, que pensaba que era un lugar para fumar. Una vez dentro, la joven se sorprendió de encontrarse en un lavabo diminuto y quiso salir, pero Alves le habría forzado a practicar sexo con ella de mala gana.

La versión de la chica se ha visto corroborada periféricamente por varias cámaras de seguridad, testigos, huellas dactilares de ella en el lavabo, ADN de él en la ropa y la vagina de ella y lesiones que ella sufrió compatibles con su relato. Además, Alves ha cambiado hasta tres veces de versión, negando al principio que conociera a la chica, después de que el sexo fue instigado por ella, que le habría hecho una felación mientras él defecaba en el inodoro y finalmente que fue una penetración vaginal consentida por los dos. Ninguna de las versiones de Alves le han servido para salir de la prisión, ni tampoco sus esfuerzos por demostrar el arraigo en Cataluña que minimizaría el riesgo de huida.