El Sindicato de Periodistas (SPC) pide medidas para combatir el ciberacoso a las periodistas

El Sindicato de Periodistas de Cataluña/Sindicato de Profesionales de la Comunicación (SPC) ha reclamado medidas para combatir el ciberacoso a las periodistas, coincidiendo con el Día Internacional de la erradicación de la violencia contra las mujeres.

Según explica el SPC en un comunicado, el ciberacoso es una de las principales lacras que afecta a las mujeres periodistas y por esta razón exige que «los medios de comunicación se doten de las herramientas jurídicas pertinentes para garantizar la protección de las mujeres del sector cuando son víctimas de cualquier ataque».

Un informe reciente de la Unesco concluía que el 73% de las mujeres periodistas sufren ciberacoso, especialmente, cuando publican informaciones que pueden ser comprometidas o críticas con el poder. También sufren ciberacoso cuando denuncian abusos, desigualdades y vulneraciones de los derechos humanos, y además «son también víctimas de ataques machistas por, simplemente, ocupar un espacio que tradicionalmente ha sido representado por hombres».

El SPC denuncia asimismo que «a menudo, las mujeres del sector tienen que ver como su trabajo o posición laboral en un medio de comunicación se cuestiona por sus vínculos de pareja, familiares o amistades, y la cosificación se ha convertido en una herramienta para desacreditarlas, cosa que no sucede con los periodistas hombres: no se pone en entredicho su profesionalidad por su aspecto físico o manera de vestir».

A juicio del sindicato, el principal motivo del aumento del ciberacoso a las mujeres periodistas es la aparición de las redes sociales, donde son «señaladas, desprestigiadas y cosificadas, a la vez que reciben mensajes con insultos machistas o comentarios misóginos». En los casos más graves, también, han sido víctimas de amenazas de muerte o comentarios que incitan a que sean violadas, advierte el estudio de la Unesco.

Más allá de este ciberacoso, también tienen que afrontar intimidaciones o abusos sexuales durante la cobertura de informaciones como, por ejemplo, besos en contra su voluntad o tocamientos cuando están ofreciendo una emisión en directo.

Falta de apoyo en el entorno laboral

Más allá del ciberacoso, el otro problema principal es que se sienten desamparadas y con poco apoyo de sus compañeros hombres o de las direcciones de los medios de comunicación donde trabajan, una sensación que se incrementa cuando son freelance y no tienen ningún contrato que las vincule con una empresa de la comunicación.

A diferencia de sus compañeros, ellas viven con el temor de ser víctimas de ataques machistas por las informaciones que publican, lo que «afecta a su bienestar emocional y/o psicológico, a la vez que desencadena una autocensura por miedo a las represalias que pueden recibir en las redes sociales».