Economía
Los cultivadores de árboles de Navidad se muestran preocupados por el impacto de la sequía en los ejemplares jóvenes
Se mantienen las ventas con respecto al año pasado con un volumen de exportaciones que representa la mitad de la producción
Los cultivadores de abetos de Nadal del Montseny-Guilleries están preocupados por el impacto de la sequía en los ejemplares jóvenes. «La sequía nos ha roto la rueda de cultivo porque los árboles de uno y dos años han muerto», explica el presidente de los Cultivadores de Árboles de Navidad Asociados de Cataluña, Albert Gallifa, que detalla que eso «resentirá la comercialización dentro de cinco años» que es el periodo en que estos árboles tardan encrecer bastante para ponerlos en el mercado.
Con respecto a las ventas, el sector afirma que «se mantienen después de años de crecimiento», igual que el precio por ejemplar que «hace tiempo que está estancado». Además, esta zona produce actualmente «el 90% de los árboles de Navidad del Estado» y exporta la mitad al extranjero.
En los viveros Can Jover Cultius ubicados en Sant Hilari Sacalm (Selva) el trabajo estos días previos a la festividad de Navidad es constante. Los trabajadores se apresuran a terminar los pedidos pendientes: envuelven los abetos con mallas, los marcan con colores diferentes según el tamaño y los cargan de uno a uno a los camiones, que los repartirán por los diferentes puntos de venta. Su destino son centros de jardinería y viveros más pequeños; pero también cadenas de decoración, tiendas o puestos de mercados.
El 90% de la producción en el Estado
A caballo entre la Selva y Osona, dentro del triángulo que forman Sant Hilari Sacalm, Espinelves y Viladrau se concentran el 95% de los productores de la asociación Cultivadores de Árboles de Navidad Asociados de Cataluña (CANAC). Son sobre todo grandes viveros, a pesar de que dentro de la treintena de firmas que forman parte de la CANAC también hay pequeños autónomos. El presidente del CANAC y gerente de Can Jover Cultius, Albert Gallifa, explica que en esta zona se cultivan «prácticamente el 90% de los árboles de Navidad del Estado».
Además, «es el punto más en el sur de Europa donde se cultivan los abetos», dice, y añade: «Estamos a mil metros de altura sobre el nivel del mar y eso nos permite cultivar esta especie típicamente atlántica en un clima mediterráneo con muchas más horas de sol». Eso, según asegura Gallifa, «proporciona un verde en los abetos que es envidiable y que hace que muchos países del norte de Europa busquen estos árboles».
En esta línea, la mitad de la producción en la zona de Montseny-Guilleries se exporta al extranjero y la otra mitad se queda en el Estado. «Hace unos cuantos años que estamos así, aunque este año la exportación en el norte de Europa ha caído por la inflación que tienen», explica el presidente del CANAC, que dice que eso ha pasado sobre todo en países como Alemania donde «lo primero que cae son los productos que no cubren las necesidades básicas, como el árbol de Navidad. Este panorama contrasta con otros como el francés, donde «está creciendo la venta» o el mercado estatal, donde se estabiliza.
Les ventas se estancan y son baratos
En términos absolutos, aunque la tendencia de las últimas campañas era al alza, las ventas del sector este año se mantienen. El año pasado incrementaron un 12% y el anterior lo habían hecho un 20%. «Con la entrada del abeto de plástico en el mercado el año 2008 nos bajaron mucho las ventas, pero ahora llevamos unosaños de recuperación porque la gente ha entendido que el natural es mucho más sostenible; al final no deja de ser madera que sale y devuelve a la naturaleza, los cultivamos por eso». Además, Gallifa dice que «cada año se plantan miles de abetos para destinarse a árboles de Navidad» y que «por cada uno que se arranca, se plantan diez más».
Con respecto al precio, el gerente de Can Jover Cultius considera que está «muy devaluado de hace años». Y lo compara con el mundo vinícola: «Pensad que es una planta de entre cinco y siete años de cultivo; si vas a buscar un vino de estos años de bota, pagarás bastante dinero».
De cara al futuro, el sector prevé «un aumento de los preus« derivado de la falta de ejemplares, que aseguran que «convé«. «Dentro de cinco años suponemos que habrá menos árboles para vender porque sufriremos las consecuencias de la sequía», explica Gallifa, que dice que la falta de lluvias ha muerto muchos ejemplares jóvenes, que no lo han resistido, y eso «ha roto la rueda de cultivo». «Seguramente no podremos hacer frente a la demanda y eso hará que se suban los precios».
Este año, el CANAC ha participado en la creación del árbol de Navidad que se ha instalado en la plaza Sant Jaume de Barcelona. A simple vista es un abeto gigante de unos quince metros de altura, que se ha formado a partir de 120 abetos de entre 2 y 4,5 metros de altura.