Judicial
Vic: Piden 23 años de prisión a un entrenador de atletismo por cometer tres delitos de abuso sexual a una menor
La fiscalía quiere que el hombre pague 15.000 euros de indemnización
La fiscalía pide 23 años de prisión a un entrenador de atletismo de Vic que en el año 2008 presuntamente cometió tres delitos de abuso sexual a una menor. El escrito de fiscalía al que ha tenido acceso ACN destaca que los hechos se habrían producido en las pistas municipales cuando, haciéndose valer de su posición de entrenador «de reconocido prestigio» y bajo el pretexto que era conveniente para mejorar en los entrenamientos, le ofreció masajes en una sala a solas al lado de los vestuarios. Durante los masajes le hizo tocamientos, le practicó sexo oral y también le pidió que lo masturbara. La fiscalía quiere que el hombre pague 15.000 euros de indemnización y la prohibición de acercarse o comunicarse. El juicio se celebrará el próximo lunes en Barcelona.
Según el relato del ministerio fiscal, el entrenador «de reconocido prestigio en la provincia de Barcelona» se mostraba como una persona «arrogante y obsesiva» y mostró su predilección por la víctima, «hasta el punto que la recogía en casa en coche para llevarla a las pistas los días de entrenamiento». El texto incide en que el carácter «arrogante y obsceno» del procesado se mostraba en ocasiones cuándo dejaba en ridículo a algún alumno delante de los otros compañeros o trataba con ellos temas sexuales.
El texto explica que cuando se encontraba en privado con la víctima, le preguntaba por sus relaciones con los chicos o incluso le explicaba las experiencias sexuales que él tenía con su mujer. En una ocasión, cuando iban en coche hasta las pistas de atletismo, le mostró a la menor un juguete sexual y le dijo que lo había comprado para utilizarlo con ella.
Poco a poco, fue creando un ambiente de confianza con la menor, haciéndole creer, desde su posición de «reputado entrenador», que conseguiría que fuera una mejor atleta, «pero que tendría que acceder a ciertas peticiones». En el relato de hechos también se explica que le habría hecho sentir que ella tenía un problema con sus padres, cosa que «repercutía» en sus entrenamientos, y que hizo que «cada vez se fuera volviendo más sumisa y ofreciera con respecto a su entrenador».
Después de la situación traumática a la que sometió a la menor, la chica tuvo problemas para relacionarse sexualmente con otras personas. Por este motivo inició un tratamiento psicológico en el año 2015. Según el informe pericial psicológico, la víctima presenta una sintomatología de ansiedad y con sentimientos de tristeza y desánimo, «propios de un trastorno posttraumático compatible con los episodios que sufrió».