Una misteriosa enfermedad respiratoria canina con una alta tasa de mortalidad se extiende por Estados Unidos

En los últimos meses, se ha detectado un brote de una misteriosa enfermedad respiratoria infecciosa que está afectando a los perros en varios estados de Estados Unidos, causando síntomas graves y, en muchos casos, la muerte.

Según la Asociación Estadounidense de Medicina Veterinaria (AVMA), la enfermedad se describe como una “atípica enfermedad respiratoria infecciosa canina”, que se manifiesta con inflamación de la tráquea, tos, estornudos, secreción ocular y nasal, fiebre, sibilancias, deshidratación, pérdida de peso y de apetito y letargo. Solo en Oregon, los veterinarios han reportado más de 200 casos de la enfermedad desde mediados de agosto de 2023. También se han registrado otros casos en Colorado, Illinois, Nueva Hampshire, Indiana, California, Nueva York y otros, hasta sumar, por el momento, un total de 14 estados donde hay presencia de la extraña enfermedad.

Lo que hace más preocupante a esta patología es que los perros afectados no dan positivo en las pruebas de diagnóstico respiratorio comunes, como la influenza canina, la Bordetella o la parainfluenza (conocida también como tos de las perreras). Además, la enfermedad suele ser resistente a los tratamientos estándar, como los antibióticos y los electrolitos. En muchos casos, los perros desarrollan una neumonía aguda que se vuelve potencialmente mortal en tan solo 24-36 horas.

Los investigadores aún no han podido identificar el agente causal de la enfermedad, pero sospechan que se trata de un virus nuevo o mutado o tal vez por una bacteria que se ha adaptado al organismo de los perros y que ha adquirido mayor virulencia. Para ello, están analizando muestras de ADN de los perros enfermos y comparándolas con las de perros sanos, buscando segmentos genéticos comunes que puedan revelar la naturaleza del patógeno.

Asimismo, AVMA ha solicitado que los veterinarios de todo el país informen a los departamentos de agricultura de sus estados de cualquier caso sospechoso en la labor de su profesión, para tener una idea más precisa de cuántos casos hay en todo el territorio y ayudar a los laboratorios de diagnóstico estatales y nacionales a la identificación de la enfermedad lo más rápido posible.

​Medidas para proteger a los perros

Mientras se espera el resultado de las investigaciones, las instituciones de salud animal de los Estados Unidos han lanzado una serie de recomendaciones para los titulares de perros y las precauciones que deben tomar para evitar el contagio y la propagación de la enfermedad.

Deben asegurarse de que los perros estén al día con sus vacunas, incluidas las de la influenza canina, la Bordetella y la tos de las perreras.

Se debe evitar la reunión entre perros desconocidos, enfermos o con síntomas, especialmente en lugares públicos como parques caninos, perreras, tiendas de animales e incluso centros veterinarios.

Se debe llevar al veterinario a cualquier perro que presente síntomas respiratorios o digestivos, como vómitos, diarrea o sangrado en las heces.

Se deben aislar a los perros sospechosos o confirmados de tener la enfermedad para evitar el contacto con otros animales.

Aunque se desconoce el origen de la enfermedad, los patólogos que trabajan en su identificación creen que se transmite a través del contacto cercano entre perros y respirando el mismo aire que un animal infectado. Mientras el agente patógeno causante siga siendo desconocido, el tratamiento que reciben los perros afectados es sintomático, para mitigar los signos clínicos y evitar un empeoramiento.

Debido a que la enfermedad se está propagando rápido y muchos estados aún no han iniciado un protocolo de seguimiento de los números de casos, se desconoce cuántos perros han fallecido por su causa hasta la fecha.