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Cargas policiales durante la protesta por la muerte de una cocinera en Mas d'Enric en Barcelona

Los Mossos han intervenido para evitar que los sindicatos de prisiones entraran por la fuerza en el Departament de Justícia

Los sindicatos de prisiones intentan entrar por|para la fuerza en el Departamento de Justicia.ACN

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Los Mossos d'Esquadra han cargado para evitar que los sindicatos de prisiones entren por la fuerza en el distrito administrativo, donde está la sede de varios departamentos, entre ellos el de Justícia. Los sindicatos protestan por la muerte de una cocinera en la prisión de Mas d'Enric a manos de un interno que después se suicidó. Más de un centenar de personas han hecho proclamas como «consellera dimisión» y «consellera asesina», y después han intentado entrar en el edificio que acoge la sede de Justícia.

Inicialmente había poca presencia policial en este acceso pero después han llegado refuerzos de antidisturbios que estaban en otra entrada. Los concentrados, algunos con la cara tapada, han tirado huevos y otros objetos y los Mossos han cargado.

La convocatoria unitaria de los sindicatos UGT, CCOO, IAC-CATAC, CSIF, ACAIP y la Intersindical era a las 12 del mediodía, igual que en todas las prisiones catalanas, donde se ha guardado un minuto de silencio y las banderas ondean a media asta. Antidisturbios de los Mossos custodiaban la puerta de la calle del Foc, pero los concentrados estaban en la calle de los Alts Forns, donde solo había unos pocos agentes custodiando las dos puertas giratorias que dan acceso al edificio administrativo. Decenas de trabajadores han intentado empujar a los agentes para poder entrar, pero finalmente los policías han podido impedirlo y poco después han llegado los refuerzos que estaban en la otra puerta. Los vigilantes de seguridad privada que estaban en el interior también han empujado las puertas para evitar la entrada masiva de trabajadores.

Había mucha indignación entre los concentrados, al considerar que finalmente ha pasado lo que hacía años que vaticinaban: un preso ha matado a un trabajador de la prisión. Nadie recuerda un trabajador muerto en acto de servicio en una prisión catalana en las últimas décadas. Se han oído petardos, silbatos y gritos de rabia e insultos contra los dos máximos responsables de las prisiones catalanas: la consellera de Justícia, Gemma Ubasart, y el secretario de Medidas Penales, Amand Calderó. Se ha tirado pintura, huevos y algún otro objeto contra los mossos y las puertas y paredes de cristal de la entrada en el edificio.

Entre los sindicatos se lamenta la muerte de la cocinera y lo atribuyen a la falta de medidas de seguridad, al cambio en el comportamiento de muchos presos, que con enfermedades mentales o drogadicciones no se adaptan a la vida en la prisión y no respetan la autoridad. Desde hace años los sindicatos reclaman más plantilla, más formación, que sean considerados agentes de la autoridad, que las normas regimentales sean más estrictas y que dispongan de elementos de seguridad como los esprays. Ahora, con el Govern a punto de ir a elecciones, siguen pidiendo la dimisión de «la peor consellera de Justícia de la historia» y de la cúpula directiva de las prisiones, desde el secretario Calderó a los subdirectores de los centros.

También se lamentan de la reacción del departamento a raíz del crimen de este miércoles, por la tardanza en decir algo y en el hecho que finalmente se hiciera un tuit donde se hablaba de «dos muertes violentas» sin diferenciar entre la trabajadora muerta y el preso que la había matado y después se suicidó.

Alberto Gómez, de CSIF, dice que la gestión de la inseguridad en las prisiones y del crimen de este miércoles ha sido «nefasta» y por eso reclama cambios estructurales en la gestión de las prisiones, que no considera, como a menudo dice el Departament, que sean de las mejores de Europa.

Xavier Martínez, de UGT, también ha pedido cambios en la cúpula del Departament y ha reiterado las peticiones sindicales de hace años. Por su parte, Mireia Herrera, de IAC-CATAC, ha pedido «responsabilidades penales por abandono del servicio público» a los dirigentes del departamento.

Finalmente pasada la una del mediodía, y con la situación más calmada, los funcionarios han guardado un minuto de silencio y después se han dirigido en manifestación hacia la plaza Cerdà.

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