Trapero planta Pérez de los Cobos y no asiste a la reunión sobre el 1-O

El número dos de los Mossos y comisario general de coordinación territorial, Ferran López, asiste a la primera reunión convocada por el coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, desde que fue designado director del operativo policial contra el 1-O. El major de los Mossos, Josep Lluís Trapero, ha delegado en él su presencia. A la reunión también participan al responsable de la Guardia Civil a Cataluña, Ángel Gozalo, y el jefe de la policía española en Cataluña, Sebastián Trapote. La reunión comenzaba a las 18 horas en la sede de la delegación del gobierno español en Cataluña y es la primera desde que el director del gabinete de coordinación y estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad y coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, ha sido designado por fiscalía para dirigir los diferentes cuerpos policiales con el objetivo de impedir el 1-O. Este sábado, tanto el conseller del Interior, Joaquim Forn, como el major de los Mossos dejaron claro que no aceptan esta orden del fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada.

Este pasado sábado, en una reunión en la fiscalía, Romero de Tejada encargó la coordinación de los diferentes cuerpos policiales, incluidos los Mossos, a la Secretaría de Estado de Seguridad. Y más concretamente a Pérez de los Cobos, en aplicación del artículo 38.2 de la ley de fuerzas y cuerpos de seguridad de 1986.

El conseller Forn pronunció una declaración institucional en que dejó claro que «no acepta que, bajo el paraguas de la coordinación, se pretenda dirigir el cuerpo». Poco después, Trapero trasladó a los agentes de los Mossos que no comparte que una parte de la actividad de la policía catalana sea «ordenada y tutelada» por un órgano que depende del Ministerio del Interior. En la nota, sin embargo, Trapero consideraba que la instrucción para «impedir el referéndum ilegal» del 1 de octubre «en ningún caso supone la intervención de los Mossos D'Esquadra por parte del Estado», y remarcaba que el cuerpo «seguirá manteniendo las competencias que le son propias».