Rovira acusa al Estado de amenazar al Gobierno con «violencia extrema», «sangre» y «muertos en la calle» si no detenía el proceso
La secretaria general de ERC denuncia que «se hizo llegar» la intención de Rajoy de utilizar balas de fuego y desplegar al ejército en Cataluña
La secretaria general de Izquierda, Marta Rovira, ha acusado este viernes al Estado español de haber amenazado al Gobierno con utilizar «la violencia extrema» y provocar «sangre» y «muertos en la calle» si continuaba adelante con su proceso independentista. La republicana lo ha denunciado en una entrevista en Rac1 dónde ha explicado que el ejecutivo español de Mariano Rajoy «hizo llegar por muchas fuentes muy fiables» a la Generalitat y a Europa sus intenciones, y que eso fue lo que provocó la «reflexión» del presidente Carles Puigdemont y el resto de los consellers ahora destituidos. Rovira, de hecho, ha explicado que el Gobierno llegó a saber que el Estado quería desplegar al ejército en Cataluña, que estaba dispuesto a utilizar balas de fuego y que estaban llegando armas a la base militar de Sant Climent Sescebes.
«El Gobierno no estaba dispuesto a asumir el escenario que se le puso sobre la mesa a través de fuentes muy contrastadas, un escenario de violencia extrema y con muertos en la calle. Nos decían eso, que habría sangre, que teníamos que pararlo y que no actuarían como el otro golpe con pelotas de goma, que serían más contundentes». Con estas palabras, Marta Rovira ha soltado que el Estado español amenazó al Gobierno con provocar episodios en Cataluña que podían comportar el uso de armas de fuego y víctimas mortal en las calles, si la Generalitat no detenía sus planes y el proceso independentista.
Al hablar de la autocrítica y de los motivos que han llevado al soberanismo a comportarse como lo ha hecho en los últimos meses, Rovira ha apostado para explicar los motivos por los cuales se ha dicho que no se estaba «preparado» para implementar la independencia. En aquet sentido, ha defendido que el Gobierno «sí estaba muy preparado» para hacer efectiva la separación y la república, pero no para «asumir lo que nos estaban planteando» desde el Estado al hablar de «muertos» y violencia «extrema».
Según Rovira, ella tuvo conocimiento de estas amenazas a las «reuniones en las que asistía» con miembros del Gobierno, el presidente Carles Puigdemont y el vicepresidente Oriol Junqueras. «Nos ponían sobre la mesa que las fuentes eran muy contrastadas, que llegaban por múltiples vías, y que teníamos que desescalar el conflicto porque teníamos que evitar eso», ha dicho, añadiendo que desde estas mismas «fuentes» se hacía llegar al Gobierno y a los partidos soberanistas que se desplegaría «el ejército» en Cataluña y que «estaban entrando armas en Sant Climent Sescebes», donde tienen una base militar.
Rovira, que no ha querido dar más detalles sobre quien y como hacía llegar estos mensajes al Gobierno, ha añadido que en Europa también eran conscientes de los planes del Estado y de donde estaban dispuestos a llegar, y como prueba ha hecho referencia al tuit del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, cuando se supo que se proclamaría la independencia. «Dijo que no estaba de acuerdo con lo que haríamos pero recomienda al gobierno español utilizar la fuerza de la razón y no la razón de la fuerza. Mucha gente conocía las intensions que tenían. El gobierno de España lo hacía llegar», ha dicho.
Rovira también ha revelado que al ver las imágenes de las cargas policiales durante la jornada del 1-O, el Gobierno y las cúpulas soberanistas tomaron conciencia «de todo lo que estaba dispuesto a hacer el Estado», y «se plantearon detener el referéndum». «Hablamos con la administración electoral desplegada por toda Cataluña y nos dijeron que la gente votaría igual, que después de lo que estaba pasando la gente quería votar. Y por eso se mantuvo», ha dicho.
Rovira ha dado todos estos detalles porque, según ha dicho, tanto Junqueras como los consellers destituidos y encarcelados le han hecho llegar que estas cuestiones se tenían que explicar para hacer entender mejor como ha actuado el Gobierno, y para hacer contrapeso a la autocrítica que parecía imponerse en los últimos días. «Se ha hecho un exceso de autocrítica y se ha magnificado mucho. Me decían que ya hay lo suficiente, los consejeros|consellers. Nosotros estábamos preparados, muy preparados. Pero si damos a conocer todo, podemos complicar su situación», ha añadido este viernes, justo un día después de haber visitado a los consellers destituidos en las prisiones de Madrid.