Rajoy sobre la violencia del 1-O: «Ninguna obra humana es perfecta»
Niega ninguna negociación con el Gobierno para convocar elecciones anticipadas y dice que Puigdemont se «asustó» por tener manifestantes en la calle llamándole «traidor»
El presidente español, Mariano Rajoy, ha afirmado sobre el 1-O y la violencia ejercida por las fuerzas y cuerpos de seguridad que «ninguna obra humana es perfecta». «De manera general la policía española cumplió con la obligación encomendada por el juez», ha afirmado, a pesar de reconocer que hubo «situaciones indeseables». También ha acusado de «calumnias» a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que dijo que el Estado había amenazado con «muertos en la calle» si se desplegaba la república. En una entrevista en Telecinco, lo ha retado a señalar y «poner nombres» a las personas que hicieron estas amenazas. También ha negado que existiera ninguna negociación con el gobierno español a fin de que el Gobierno convocara elecciones anticipadas y ha asegurado que el presidente destituido, Carles Puigdemont, se«asustó» porque tenía manifestantes grítale «traidor». Sobre la reforma constitucional que, teóricamente, se había pactado con el PSOE ha dejado claro que está dispuesto «a hablar» pero sin comprometerse además. «Yo seré constructivo pero el resultado no puede ser premiar los que quieren liquidar la Constitución, sería un disparate», ha manifestado.
Durante la media hora de entrevista, Rajoy ha tildado el proceso como «el proceso de las grandes mentiras» y ha asegurado que las fuerzas independentistas «se han quedado solas en Europa». «Ni uno de los 28 países los ha apoyado, como era de esperar, y sólo han tenido el apoyo de los radicales y extremistas», ha dicho. Rajoy, además, ha parafraseado al expresidente Tarradellas y ha afirmado que «en política se puede hacer de todo menos el ridículo». «Del señor Puigdemont ya nos podemos esperar cualquier cosa», ha dicho preguntado por si cree que Puigdemont puede irrumpir en campaña en Cataluña. Rajoy ha recordado que, de momento, la justicia belga le prohíbe salir del país pero ha evitado especular sobre qué hará el expresidente.
Sobre los hechos que desembocaron en la aplicación del 155, ha negado ninguna negociación con el Gobierno las horas previas a la declaración de independencia del 27 de octubre. «No se negoció absolutamente nada, sólo le preguntamos si había declarado o no la independencia», ha subrayado, aunque fuentes del gobierno español habían confirmado que existieron negociaciones pero que Puigdemont «lo quería todo», incluida la salida de la prisión de los 'Jordis', inmunidad para su Gobierno y la no aplicación del 155 si había elecciones anticipadas. «Un gobernante tiene que escuchar la calle pero tiene que tener personalidad para tomar decisiones, no se puede asustar porque haya 2.000 o 5.000 manifestantes diciéndole traidor», ha manifestado.
Sobre el 1-O y la violencia, ha defendido la tarea de las fuerzas y cuerpos de seguridad «en una situación de extrema complejidad» a pesar de afirmar que «ninguna obra humana es perfecta». «Cuando se llega a este punto y se saltan todas las leyes, una de las consecuencias es que pasen cosas indeseables», ha añadido, a pesar de reconocer que las imágenes «fueron criticadas en Europa».
También ha sostenido que el 55% de los perfiles falsos con información sobre Cataluña en las redes provienen de Rusia.
El 155, un artículo «muy democrático»
También ha justificado que en este primer mes de aplicación del 155 Cataluña «ha devuelto a la normalidad y a la legalidad», que los funcionarios «están acatando muy bien un cambio tan importante» y ha augurado que a las fuerzas que han apoyado este artículo «les irá muy bien el 21-D» (en relación a los resultados electorales).
Ha asegurado también que, como gobernante, tenía la «obligación de no mirar hacia otro lado» y ha calificado el 155 de artículo «muy democrático».
¿Hablar sí, pero reformar?
Sobre la posible reforma de la Constitución en un plazo de seis meses –tal como asegura el PSOE que pactaron Sánchez y Rajoy-, ha dicho que está dispuesto a hablar, sin comprometerse además. Ha añadido que no es una prioridad de su gobierno y ha dejado claro que la reforma «en ningún caso tiene que ser un premio para los que han pretendido liquidarla».
También ha negado que España «robe Cataluña» y ha asegurado que España «es solidaria» y ha dicho que el objetivo del PP es «empezar una nueva etapa en Cataluña y coser heridas y reactivar la economía».