800 voluntarios controlarán el número de votos de los catalanes en el extranjero en 100 consulados de todo el mundo
El voto rogado, es decir, la solicitud que hay que hacer por ley para poder votar, ha subido un 60% visto los últimos comicios
Una red de 818 voluntarios controlará el número de votos de catalanes en el extranjero que llegarán a 100 consulados de todo el mundo para los comicios del 21 de diciembre. Calculan que de esta manera podrán controlar las sedes electorales del 80% de catalanes que residen de manera permanente fuera de Cataluña. Están organizados a partir de una iniciativa surgida de la plataforma 'Catalanes en el mundo', que agrupa a unas 12.000 personas y que tiene el objetivo de comprobar que el número de votos que llegan a los consulados es lo mismo que el que finalmente se acaba depositando en las urnas. Es una suspicacia que se origina, por ejemplo, en los últimos comicios del 2015, cuando trascendió que 3.000 votos que se habían depositado en el consulado de Roma no habían llegado a su destino. Lo ha explicado a ACN el impulsor de la iniciativa y 'webmaster' de 'Catalanes en el mundo' Sergi Marzábal, que denuncia que el proceso para votar desde el extranjero tiene «muchos puntos oscuros».
Los representantes, nombre que la plataforma da a los voluntarios que controlarán las votaciones, tendrán que estar presentes en los consulados durante los cinco días que dura la votación para los catalanes residentes en el extranjero de forma permanente -incluidos dentro del Censo Electoral de Residentes Ausentes (Cera)- y que han hecho la petición de votar, lo que se denomina 'voto rogado'. Inicialmente era de tres días, del 17 al 19 de diciembre, pero se ha ampliado hasta el 21 después de que la Junta Electoral Central haya atendido una petición de Juntos por Cataluña para que se alargara el periodo.
Es sólo dos días, pero son muy importantes, porque uno de los grandes problemas que presenta la votación desde el extranjero es, precisamente, el plazo que en ocasiones acaba siendo demasiado corto. La documentación para poder votar se envía desde España por correo ordinario después de un proceso laborioso –y a menudo largo- de petición, y en eso hay que añadir, muchas veces, la lentitud propia de los sistemas postales de los diferentes países, que de forma habitual hace que no llegue a tiempo.
Si la documentación llega dentro del plazo previsto, el elector tiene dos opciones, enviar el voto por correo al consulado que le quede más cerca dentro del país donde reside o llevarlo presencialmente. Tanto en una como en la otra opción, según explica Marzábal, el votante pierde el control del boleto en el momento que la deposita o bien en la oficina de correos o bien en el mismo consulado.
«Yo no puedo saber si mi voto llegará o no llegará», explica el miembro de la plataforma Catalanes en el mundo que no duda a calificar d'«antediluviano» el escenario. «He certificado mi voto, sé que llegará al consulado, pero a partir de aquí ya no puedo saber nada más. No sé si mi voto entrará en urna en el consulado. No sé si llegará a Madrid a la Junta Electoral Central. No sé si después será distribuido para llegar a las Juntas Electorales Provinciales. Y no sé si finalmente entrará en urna». Todo eso, indica, es lo que hace que desde la plataforma intenten organizarse, «porque hay muchos puntos oscuros en todo este proceso».
Lo que quieren hacer, añade, es «una cosa tan catalana como tantas cabezas, tantos sombreros». En este sentido explica que, por ejemplo, la red de voluntarios se extiende a todos los consulados de los EE.UU., de manera tal que podrán saber cuántos votos de catalanes han llegado. «Después cuando se haga el recuento, que se hace el día 24, queremos que los votos de los EE.UU. sean la suma que tenemos nosotros». Y es que, como afirma, «desde que se vota en la urna del consulado, hasta que se meten en la urna de Cataluña, estos votos desaparecen de la vista y nadie sabe dónde están».
El control que llevará a cabo la red de voluntarios organizada a partir de la plataforma 'Catalanes en el mundo' coincidirá con unos comicios en que la solicitud del voto rogado ha subido un 60% visto los últimos comicios. El año 2015 lo pidieron 21.771 personas. Para este año lo han pedido 38.435, según cifras que publica el Parlament de Catalunya, todavía provisionales en el caso de las del 2017. El Cera también ha subido, de 196.062 personas el 2015 a 226.381 este año, según la misma fuente.