Forn pide en el Supremo la libertad porque no repetirá en el cargo

El conseller de Interior destituido Joaquim Forn ha pedido al magistrado instructor del Tribunal Supremo Pablo Llarena su libertad provisional, al considerar que no hay riesgo de reiteración delictiva porque no será conseller del ramo otra vez y porque él nunca influyó en los dispositivos policiales de los Mossos el 20 de septiembre y el 1 de octubre. En el escrito de sus abogados, se acuerda de que la planificación policial para el día del referéndum se pactó con los cuerpos policiales españoles y el TSJC y no recibió ninguna queja.

El escrito dice que hasta ahora la causa judicial «se ha nutrido de pruebas de inyección unidireccional, sesgada y parcial», ya que la Guardia Civil habría hecho informes con «descontextualización, sin concreción temporal y con distorsión valorativa.» Así, asegura que Forn siempre ha dicho que los Mossos obedecerían los mandatos judiciales y nunca ha pronosticado una «confrontación armada» con la Guardia Civil y la policía española, que admitía que tienen competencias en Cataluña, sino como mucho un conflicto de competencias. También dijo que los Mossos estarían «encantados de permitir» el 1-O, pero lo dijo el 28 de julio, no el 28 de septiembre como se asegura en algún informe policial.

De hecho, recuerda que la concentración del 20 de septiembre delante de la Conselleria de Interior fue anterior al auto del TSJC del 27 de septiembre que ordenaba a los Mossos impedir las votaciones.

Sobre el 1-O, el escrito asegura que no hubo «pasividad» y que así lo demuestran los numerosos informes, actuaciones, dispositivos, efectivos desplegados y recursos usados. En más, el dispositivo se presentó a los otros cuerpos policiales, a la magistrada instructora del TSJC y al director del gabinete de coordinación, de lo que hicieron ninguna «recriminación, sugerencia o enmienda», planificación en la cual Forn no intervino.

Por último, el escrito adjunta el acta del plenario de julio del Ayuntamiento de Barcelona, cuando Forn se despidió como concejal los últimos 18 años para ser conseller, y donde los representantes unionistas elogiaron su capacidad de negociación y diálogo. También se adjunta un escrito firmado por numerosos altos funcionarios del consistorio defendiendo la tarea y actitud conciliadora de Forn tanto a la oposición como al gobierno de la ciudad.