Puigdemont da un paso al lado 'provisional' y propone a Sánchez como candidato a la presidencia
Anuncia que ha denunciado el Estado ante el comité de derechos humanos de las Naciones Unidas por violar derechos civiles y políticos
Carles Puigdemont ha renunciado «provisionalmente» este jueves por la noche a la presidencia de la Generalitat y a ser candidato a la reelección en el Parlament. Lo ha anunciado en un discurso retransmitido por las redes sociales y grabado en Bruselas, donde permanece desde noviembre pasado. Puigdemont, además, ha abierto «una nueva etapa» al proponer de lo que sea Jordi Sánchez, presidente del grupo de JxCat, quien sea el candidato a la investidura a pesar de ser en la prisión de Soto del Real. En su discurso, también ha adelantado que este mismo jueves un grupo de abogados internacionales ha denunciado en su nombre en el Estado delante al comité de derechos humanos de las Naciones Unidas por violar derechos civiles y políticos». Por último, ha dejado claro que no se retira y ha confirmado que se establecerá un Consejo de la República en Bruselas para «liderar el camino hacia la independencia efectiva».
JxCat no volverá a presentar el nombre de Carles Puigdemont como candidato para la investidura. El propio presidente cesado ha pedido que no sea así. Con un discurso de más de 13 minutos grabado en Bruselas, ha explicado que este mismo jueves ha pedido al presidente del Parlament de Catalunya, Roger Torrent que provisionalmente retire su candidatura a ser investido presidente de la Generalitat. «Le he pedido que se inicie el más rápidamente posible la ronda de contactos con los diferentes grupos parlamentarios para proceder a la elección de un nuevo candidato», ha dicho, añadiendo que Juntos por Catalunya «propondrá el diputado Jordi Sánchez». «Jordi es el número 2 de nuestra lista, representa como nadie los valores de JxCat y es un hombre de paz injustamente cerrado en una prisión española», ha comentado.
Puigdemont ha justificado su paso explicando que «vistas las circunstancias, esta es la manera para que se pueda acordar un nuevo Gobierno el más rápido posible, de acuerdo con la voluntad del pueblo de Catalunya». «Sé que el camino que tenemos en frente es largo y lleno de dificultades. Pero al final de camino está, sin ningún tipo de duda, la victoria de los catalanes y catalanas: es decir, la victoria de su decisión, y que todo el mundo tendrá que respetar. Ahora Madrid no tendrá ninguna excusa para continuar su política de ocupación. No habrá ninguna excusa para que Madrid ignore nuestra voz, o que no acepte nuestras decisiones, o que imponga una visión colonialista sobre nuestro futuro», ha asegurado.
Para Puigdemont, su decisión «no garantiza completamente la restauración de la autonomía», sin embargo «dará la libertad de poder emprender la próxima fase del camino hacia la independencia y el despliegue de la república catalana desde espacios más libres y democráticos que el actual Estado español y el actual sistema institucional bajo libertad vigilada».
Y es que el discurso de Puigdemont ha tenido en la actitud del Estado uno de sus principales ejes de crítica. Tanto es así que, además, ha avanzado que un equipo de abogados internacionales ha presentado en su nombre «una demanda contra el Estado español ante el Comité de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, por violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Carta de los Derechos Civiles y Políticos». «Estos instrumentos reconocen expresamente el derecho a la autodeterminación, y más específicamente, garantizan el derecho a la opinión y a la participación políticas. No se ha declarado formalmente ningún estado de emergencia en España que pudiera justificar la suspensión de estos derechos; nada hace justificable la colección de abusos que ha cometido el Estado todo este tiempo. Y ha llegado la hora de pasar a la acción para que estos abusos no queden impunes», ha argumentado para justificar la denuncia en el Estado español.
Pero a pesar de estas decisiones tomadas en Bruselas, Puigdemont ha querido remarcar que no tiene ninguna intención de rendirse. «No claudicaremos ante la actuación ilegítima de los que han perdido en las urnas ni ante la arbitrariedad de los que están dispuestos a pagar el precio de abandonar el Estado de derecho y la justicia para defender la unidad de la patria. Tengo plena confianza que ganaremos, y que un día, espero que muy pronto, pueda retornar a Catalunya como un hombre libre y que nuestras instituciones tengan también la libertad de poder investir presidente el candidato o candidata que la mayoría considere».
En este sentido, tampoco quiere retirarse ni abandonar la primera línea política. Y es por eso que ha confirmado los planes que tiene para establecer en Bruselas una estructura que vele por la República y que, además, suponga el paso firme de los independentistas para solucionar el conflicto con el Estado. «La única salida a un conflicto político es la política. Nos toca a nosotros, una vez más, poner política allí donde los otros ponen violencia policial, judicial y económica. Nos toca a nosotros encontrar la manera de seguir defendiendo y promoviendo los valores de la República, de defender nuestros derechos democráticos, de denunciar y perseguir los abusos cometidos por el Estado español, y hacerlo para que llegue en todo el mundo. Que el mundo conozca mejor los abusos de un régimen que pone su jefe de estado en el frente de la estrategia de ir a por los catalanes, el inefable e inolvidable ‘a por ellos’», ha sentenciado.
Así, ha explicado que, después de la resolución aprobada por el Parlament, ha decidido anunciar «las decisiones que permitirán cumplir efectivamente el mandato del 1 de octubre». «Son decisiones que permiten el mantenimiento y, de hecho, el reforzamiento del camino para una república de hombres y mujeres libres, no súbditos, de ciudadanos esperanzados y sin miedo. Y que hacen posible la restitución de nuestras instituciones a nuestros ciudadanos desde la premisa que Madrid haría bien de no olvidar: no nos rendiremos, no abandonaremos, no renunciaremos mientras los argumentos sean la violencia, la imposición, el miedo, la violación de derechos fundamentales», ha lanzado en medio de su discurso.
En este sentido, ha «ratificado» su voluntad de «mantener la legitimidad de la república votada por los ciudadanos el 1 de octubre y ratificado por el Parlament el día 27, y trabajar, mientras pueda disfrutar de libertad, para hacerla posible». Para intentarlo, ha confirmado que en los próximos días convocará a los diputados del Parlament «a una reunión solemne para poder impulsar la nueva etapa y establecer el Consejo por la República para que lidere el camino hacia la independencia efectiva y se dirija al interior y al exterior del país». «Se trata de un Consejo en estrecha colaboración con el gobierno del interior y con los debates, movilizaciones y participación de la sociedad catalana con el fin de culminar el proceso constituyente, elemento indispensable para fijar los valores republicanos en la base del nuevo país».
Desde este organismo, Puigdemont pretende «organizar la defensa de los derechos y la internacionalización del nuevo caso de los catalanes, convencidos de que sólo a través de un proceso de mediación y negociación internacional será posible hacer respetar los derechos que el Estado español niega de manera violenta a los catalanes». «Se abre un nuevo tiempo en que defenderemos activamente nuestros derechos, que emprendren una ofensiva política y jurídica internacional para que el Estado español no pueda seguir pisando nuestros derechos colectivos e individuales», ha concluido Puigdemont.