Romeva recrimina a Llarena que «no es legítimo» judicializar el proceso y defiende la «inviolabilidad parlamentaria»
El conseller destituido de Asuntos Exteriores critica que el Supremo no lo puede encarcelar ni juzgar porque «no tiene competencia»
El conseller destituido de Asuntos Exteriores, Raül Romeva, ha defendido ante el juez instructor del Supremo, Pablo Llarena, que «no es legítimo» judicializar un conflicto político y le ha reprochado que en el Parlament se podía discutir de cualquier aspecto porque tiene «inviolabilidad». Como ya hicieron los otros encausados que declararon el lunes delante de Llarena, ha defendido el derecho a la autodeterminación y ha añadido que da apoyo «no como nacionalista sino como demócrata». Además, ha asegurado que se puede defender la independencia desde posiciones pacíficas y que depende de la «voluntad política» del Estado que se pueda discutir sobre estos aspectos. Romeva se ha definido como hombre de paz y ha dicho que en su currículum puede acreditar que ha intervenido en la resolución de conflictos. También ha recriminado al juez que lo haya encarcelado un tribunal «que no tiene competencia» para hacerlo y ha asegurado que se está vulnerando su derecho a defensa. Según su abogado, también ha denunciado la vulneración de los derechos de los niños por|para los «físicos y psicológicos» de los hijos de los procesados que tienen que hacer miles de kilómetros para visitar a los padres.
La declaración indagatoria de Romero ha durado 45 minutos. El juez le ha notificado formalmente que lo quiere duro a juicio por rebelión y malversación. Este acto procedimental ha servido, sin embargo, para que el conseller destituido pueda expresar ante el juez consideraciones relacionadas con la instrucción de la causa. Romero está representado por el mismo abogado que Junqueras, Andreu van den Eynde y, por lo tanto, su estrategia ha sido muy similar.
De la misma manera que Josep Rull, Romeva está en prisión preventiva por segunda vez. Llarena lo dejó libre el 4 de diciembre para presentarse a las elecciones y el 21 de diciembre repitió como diputado por el grupo de ERC. Pero el pasado 23 de marzo, después de procesarlo, al juez lo citó y volvió a decretar su ingreso en la prisión.
Después de la vista, su letrado, Andreu van den Eynde, se ha mostrado muy satisfecho porque después de seis declaraciones indagatorias han podido poner de manifiesto «las contradicciones» del proceso. «Ya no hablamos de derecho penal sino de democracia y de derechos, y eso está incomodando mucho a las acusaciones porque el procedimiento se revela como una causa contra la democracia», ha manifestado su letrado.
Vulneración de derechos de los niños
Además, también ha explicado que Romeva ha explicado ante el juez que considera que se están vulnerando los derechos de los niños porque los hijos de todos los encarcelados tienen que hacer 1.400 kilómetros cada vez que quieren ver a sus padres, y ha argumentado que eso les supone «padecimientos físicos y psicológicos».
Las críticas y argumentos de Llarena
Romeva ha remarcado que se puede defender la consecución de la independencia por vías pacíficas y ha afirmado que Cataluña tiene derecho a la autodeterminación. Ha dicho que lo defiende no desde posiciones nacionalistas sino para ser «un demócrata». «Promovió el referéndum para que votaran los de los sí y los del no», explicaba su abogado, que también apunta su «vocación internacionalista».
Como están haciendo el resto de encausados, también ha defendido que es un hombre de paz que «no ha asumido ni asumirá nunca» como posible una actuación violenta por conseguir una finalidad política.
Como también hizo Junqueras, ha defendido que convocar un referéndum no era delito y ha subrayado también que la violencia de la policía el 1-O fue «desproporcionada» y que la «votación masiva» no se podía reprimir por la fuerza.
Además, ha defendido que en el Parlamento se tiene que poder hablar de todo y ha basado este argumento en la «inviolabilidad» de la cámara catalana. También se ha quejado de los problemas que tienen para acceder a las actuaciones y preparar su defensa y le ha dicho a Llarena que el Supremo no tiene competencia para encarcelar ni para juzgarlo.