Junqueras des d'Estremera: «Persistid, porque yo y el resto de compañeros encarcelados persistiremos»

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha hecho un llamamiento al independentismo a «persistir». «Tened presente que hay que persistir, porque yo y el resto de compañeros y compañeras encarcelados persistiremos», ha afirmado en una carta escrita desde la prisión d'Estremera y publicada en 'El Punto Hoy'. El vicepresidente destituido ha negado los delitos de malversación y rebelión y se ha preguntado que si los delitos de los cuales los acusan no se sostienen porque les mantienen la medida «drástica» de la prisión incondicional. «Mi prisión y la del resto de compañeros sólo se puede interpretar como una voluntad de castigo, de venganza por parte de un Estado cada día más autoritario», asegura. Junqueras se pregunta también si se ha invertido la carga de la prueba y son culpables a menos que demuestren el contrario y añade que el gobierno española «ha reconocido repetidamente que no ah malversación».

El presidente de ERC empieza el escrito haciendo referencia a su día a día en la prisión, donde asegura que todos los días se parecen y donde ya lleva casi seis meses en «cautiverio». Añade que los delitos de los cuales se les acusa, malversación y rebelión de los cuales, podían sumar penas de hasta 38 años pero añade que la pena ya les están aplicando y agravada: «privados de libertad y a 600 kilómetros de casa, un castigo adicional para las familias y amigos».

Junqueras constata que el gobierno español «ha reconocido repetidamente que no hay malversación porque no se gastó ni un euro público en el referéndum del 1 de octubre». Añade que así lo afirman los que «autorizaban todos y cada uno de los pagos» de la Generalitat intervenida.

Por otra parte, afirma que la justicia europea «no ve rebelión por ningún sitio a pesar de las presiones de todo tipo del Estado» y reflexiona que para que se pueda aplicar este delito se tiene que fundamentar en el ejercicio violencia, que niega. «Violencia que, por muchas artimañas que hagan, nunca ha existido por parte de los ciudadanos ni del gobierno de Cataluña, nunca,» dice Junqueras. Añade que la única violencia que se pudo ver fue la policial contra ciudadanos pacíficos. En esta situación se pregunta el porqué de continuar en prisión preventiva y asegura que esta situación «degrada» la democracia y pone en cuestión los derechos y las libertades.

El republicano defensa que lo que se hizo en Cataluña el 1-O fue un referéndum de autodeterminación y recuerda cómo votó aquel día en un colegio de Sant Vicenç dels Horts (Baix Llobregat), pero no el que le tocaba porque este estaba «ocupado» por la policía española. ¿Desde cuándo votar es un delito? ¿Qué está «pasando»?, se vuelve a preguntar, al tiempo que defiende que los ciudadanos lo hicieron «de manera ejemplar, pacífica, arreglada, soportando estoicamente las dificultades para ejercer su derecho al voto» entre ellas «una escalofriante lluvia de golpes».

En este sentido, Junqueras defiende que en cambio la respuesta ciudadana «fue siempre pacífica» y que sigue una trayectoria «inequívocamente pacífica y democrática» que se ha visto en todas las movilizaciones celebrada. Entre otros, pone como ejemplo que el 20 de septiembre él pudo entrar y salir de la sede del Departamento de Economía y de la Secretaría de Hacienda sin «ningún incidente».

Delante de todo eso, constata que desde el primer día se ha «forzado» el Código Penal, que recuerda que no prevé que la celebración de un referéndum sea un tipo penal tipificado. «Desde el primer día hemos visto cómo se pretendía castigar unas ideas que son legítimas y que defienden unos partidos que, como ERC, son legales, excepto cuándo fue prohibido por la dictadura», asegura.

Para Junqueras, el más preocupante es la evidencia de una «regresión democrática» que se acentúa, de un recorte progresivo de derechos y libertades, de una «injusticia manifiesta» que hoy dice están pagando los presos pero que «deja la puerta abierta que lo acaben pagando el conjunto de los ciudadanos y que deteriore cada vez más un sistema democrático que tendría que ser garante de los derechos y libertades de todos y que hoy no lo es».

El republicano insiste en que los problemas políticos piden «diálogo y consenso, pacto, voluntad de conciliación, respeto para todo el mundo» y sobre todo soluciones «democráticas» que destaca que piden escuchar y respetar la opinión de los ciudadanos. «Nunca renunciaré a mis convicciones pacifistas, de la misma manera que nunca renunciaré a una democracia de calidad y tampoco a mis ideales que me llevaron a ser de ERC. Ni yo, ni ninguno de mis compañeros», asegura, al tiempo que espera que nadie lo tenga que hacer tampoco.