Llarena divide el juicio a los líderes del proceso y abre una pieza separada para Puigdemont y los que están en el extranjero
Asume la petición de la Fiscalía, que no quiere que el juicio se retrase por la entrega del presidente destituido
El juicio a los líderes del proceso tendrá varias velocidades. Según informa La Vanguàrdia , el juez instructor del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha asumido una petición de la Fiscalía y ha dividido en dos el proceso judicial. Llarena ha abierto una pieza separada para el presidente destituido, Carles Puigdemont, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, los consellers destituidos Toni Comí, Meritxell Serret, Clara Ponsatí y Lluís Puig, y la exdiputada de la CUP Anna Gabriel. Eso supone, pues, que los 18 procesados por rebelión, malversación y/o desobediencia que están a disposición del Supremo serán los primeros que se sentarán en el banquillo de los acusados, con la previsión que el juicio se pueda celebrar en otoño. Un juicio que se celebrará sin el líder, Carles Puigdemont, en la sala. La Fiscalía y Llarena no quieren que las entregas que tienen que estudiar los tribunales de Alemania, Bélgica, Suiza y Escocia retrasen el juicio. Llarena se había resistido a aceptar este escenario y, de hecho, en diciembre decidió retirar las euroórdenes contra Puigdemont y el resto de consellers destituidos en el extranjero para evitar que fueran entregados a la justicia española por menos delitos (o delitos menos graves) que el resto de investigados en el Supremo. La decisión todavía no se ha notificado a las defensas.
El juez que instruye en el Supremo la causa contra el proceso, Pablo Llarena, mueve ficha para evitar que las decisiones de los tribunales europeos puedan retrasar el juicio. A petición de la Fiscalía, ha dividido el proceso judicial y ha abierto una pieza separada donde incluye a siete encausados: Puigdemont, Rovira, Gabriel, Ponsatí, Puig, Serret y Comín.
De esta manera, asume que habrá un juicio a diferentes velocidades y que, en un primer momento, sólo podrá sentarse en el banquillo de los acusados en 18 de los 25 procesados en el Supremo. El juicio al proceso, pues, se podría celebrar sin su líder, Carles Puigdemont.
Llarena se había resistido a aceptar este escenario y, de hecho, en diciembre decidió retirar las euroórdenes contra Puigdemont y el resto de consellers destituidos en el extranjero para evitar que fueran entregados a la justicia española por menos delitos (o delitos menos graves) que el resto de investigados en el Supremo.
Con esta decisión, los trámites del sumario contra el vicepresidente destituido, Oriol Junqueras, el resto de consellers, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, los exmiembros de la Mesa y la exdiputada de la CUP, Mireia Boya, continúa adelante sin esperar la entrega de Puigdemont y el resto que están en el extranjero.
Sin esperar Puigdemont
Según adelanta La Vanguàrdia, el objetivo de esta decisión es agilizar el procedimiento principal sin tener que esperar las decisiones de los tribunales europeos. La decisión se toma para evitar, pues, los acondicionando de las decisiones de los tribunales de Alemania, Suiza, Escocia y Bélgica, que tienen sobre la mesa peticiones de la justicia española. En el caso de Puigdemont, Comín y Ponsatí, están procesados por rebelión y malversación. Rovira sólo por rebelión. Serret i Puig por malversación y desobediencia y Gabriel por desobediencia. Sobre la exdiputada de la CUP no pesa ninguna orden europea de detención (desobediencia no comporta penas de prisión) pero sí una orden a nivel estatal.