Llarena se enfrenta a Bélgica a partir de este martes a la demanda de Puigdemont y cuatro exconsellers
El juez del Supremo está llamado a declarar, pero no ha confirmado su asistencia y lo podría representar sólo su abogado contratado por el gobierno español
El curso jurídico se inicia con la primera vista judicial el martes que viene en Bélgica por la demanda civil de Carles Puigdemont y los cuatro exconsellers en el extranjero contra el magistrado instructor del Tribunal Supremo Pablo Llarena. De momento, el magistrado español no ha confirmado su asistencia a esta vista, pero no está obligado a hacerlo en persona y lo puede representar su defensa. Así, se espera que el abogado belga experto en litigios civiles y arbitraje internacional contratado por el gobierno español, Hakim Boularbah, asista a la vista.
Tal como indica la citación judicial consultada por el ACN, Llarena está citado a comparecer a las nueve de la mañana del martes día 4 de septiembre en la sala primera del juzgado de primera instancia francófono de Bruselas. El expresidente Carles Puigdemont y los cuatro exconsellers Meritxell Serret, Toni Comín, Lluís Puig y Clara Ponsatí han demandado Llarena para vulnerar su honor y el derecho a la presunción de inocencia. Fuentes del equipo jurídico de los demandantes aseguran que no prevén «ningún resultado» de esta cita|citación. «Es una vista preliminar simplemente», afirman.
Según la demanda en la cual ha tenido acceso el ACN, los demandantes consideran que «las opiniones expresadas por el juez Llanera ante la prensa en Oviedo evidencian su parcialidad y su ensañamiento, así como los actos judiciales realizados». Es decir, que a la demanda los abogados no sólo recogen las declaraciones del magistrado en conferencias y medios, sino que también incluyen partes de los autos de Llarena en el proceso en el Tribunal Supremo, ya que consideran que en de los escritos se desprende «su partidismo y ausencia de imparcialidad». En especial, señalan las argumentaciones de Llarena para no permitir la libertad provisional de los políticos catalanes aprisionados|encarcelados como prueba de este presunto delito.
Defensa de Llarena
El Ministerio de Justicia ha asumido la defensa del magistrado contratante los servicios del bufete de abogados belga Liederkerke Wolters Waelbroeck Kirpatrick para representar tanto el Estado como Llarena. Unos servicios que han costado al gobierno español 545.000 euros. Según el Ministerio de Justicia, el objetivo de este bufete será defender «la soberanía y la inmunidad jurisdiccional» de los tribunales españoles ante los belgas. A partir de ahora, el bufete estará en contacto con la Abogacía del Estado para dirigir la estrategia procesal a Bélgica, ya que esta no se podía personar directamente al tratarse de un tribunal extranjero ordinario.
Relación Madrid-Brussel·les
Los gobiernos de Madrid y Bruselas han querido evitar fricciones diplomáticas a raíz de este procedimiento judicial en Bélgica y sus ministerios de asuntos exteriores están en contacto por el caso. Así lo confirmó, el ministro de exteriores belga Didier Reynders jueves cuando afirmó que espera que este proceso «transcurra con buen entendimiento» con el estado español. Por su parte, el ministro de Exteriores español, Josep Borrell, también expresó la voluntad que no genere «un problema entre estados».
Polémica por la traducción
La traducción de la demanda civil contra Llarena ha despertado en la última semana una polémica por el error a la hora de traducir una frase del juez que en la versión francesa afirma que los políticos independentistas encarcelados cometieron los delitos por los cuales se los está procesando, mientras que a la versión en castellano no dice eso. El equipo jurídico de Puigdemont ha negado mala intencionalidad en este error y señalan que se trata de una traducción jurada. De hecho, en la demanda en la cual ha tenido acceso el ACN consta que está certificada por una «traductora-intérprete jurada de francés nombrada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación» del estado español.
Ahora bien, Borrell ha dicho esta semana que la traducción de la demanda contra el juez del Supremo en Bélgica no es «ni un tema menor ni anecdótico». «La frase atribuida a Llarena es la única que aparece al texto enviado al juez en los dos idiomas; no sé más que eso, pero es suficiente para pensar cómo se ha producido la falsa traducción», manifestó en declaraciones antes de la reunión de los ministros europeos de Exteriores en Viena.