El Supremo vuelve a rechazar la petición de libertad de los nueve presos independentistas procesados
Argumenta que el riesgo de fuga y de reiteración delictiva no queda «desdibujado» por el padecimiento de sus familias
El Tribunal Supremo ha vuelto a rechazar la petición de libertad de los nuevos presos independentistas procesados, que utilizaba como principal argumento el impacto que la prisión tiene en su entorno familiar y personal. El Supremo argumenta que el riesgo de fuga y de reiteración delictiva no queda «desdibujado» por el padecimiento en que puedan estar experimentando las familias. «Los fines del proceso y, de manera especial, las medidas cautelares que tienden a asegurar estos fines, no se desdibujan por los padecimientos que en el orden familiar pueda ocasionar la privación de libertad», argumenta el tribunal, que cree que «los sentimientos de aflicción de los familiares no pueden operar como razones desencadenantes de la libertad».
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha denegado la petición de libertad presentada por las defensas de Josep Rull, Jordi Turull, Raül Romeva, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Carme Forcadell, Joaquim Forn, Dolors Bassa y Jordi Cuixart.
Según el tribunal, el padecimiento de sus familias no neutraliza las razones que llevaron a adoptar la medida cautelar de prisión preventiva, es decir, el riesgo de fuga y de reiteración delictiva. En este sentido, constata que la adopción de estas medidas siempre está sometida a los principios de legalidad, judicialidad, excepcionalidad, proporcionalidad, necesidad y temporalidad, precisamente teniendo en cuenta, los «graves perjuicios personales y familiares que supone la privación de libertad». Cuando se hace un juicio ponderado de todos los factores y se opta por la prisión preventiva, continúa, «los sentimientos de aflicción de los familiares debilitan su rango axiológico y no pueden operar como razones desencadenantes de la libertad».
Las defensas presentan informes de los efectos psicológicos que está teniendo la prisión para las familias de los procesados, parejas, padres e hijos especialmente. En el caso de Bassa y de Forn, las peticiones alegaban el estado de salud de sus madres y argumentaban que precisamente eso ya era un elemento que desacreditaba el riesgo de fuga. El abogado de Forcadell hacía el mismo razonamiento cuando hablaba de los efectos que estaba teniendo la prisión en el vínculo de la expresidenta del Parlament con el su nieto de un año.
Con respecto a la alegación de algunos de los procesados de vulneración de su derecho a la defensa y a un proceso justo si continúan en la prisión durante la celebración del juicio, la sala señala que «ni el contenido material del derecho a la defensa ni, por supuesto, el derecho a un proceso con todas las garantías están afectados por las condiciones que presidirán la celebración de las sesiones del plenario». Y añade que la dignidad de los procesados, sus condiciones de alimentación y habitabilidad del lugar de su custodia serán «debidamente garantizadas» por la sala.
Asimismo, también rechaza las alegaciones referidas a la vulneración de los derechos a la libertad, a la presunción de inocencia y a un proceso público sin dilaciones indebidas, alegaciones formuladas por Turull y Rull. También niega la alegación de Bassa, que argumenta que ha abandonado la política. «Ni las medidas cautelares vigentes respondieron, en el momento de su adopción, a un determinado clima político, ni su permanencia puede hacerse ahora depender de un contexto político diferente», responde el tribunal.