Turull a Llarena: «Usted me convierte en preso político. Usted sabe que yo podría ser presidente, pues a la prisión»

El exconseller Jordi Turull recriminó al magistrado Pablo Llarena su cambio de opinión cuando después de dejarlo en libertad en diciembre, decidió volverlo a encarcelar unos meses después, antes de que se pudiera someter al segundo debate de investidura. «No sé si cuando entré en la prisión en noviembre podría ser considerado preso político. Pero lo que sí que es cierto es que a partir del 23 de marzo Usted me convierte en preso político. Usted sabe que yo podría ser presidente de la Generalitat, pues a dentro, a la prisión,» lanza Turull en su declaración el 18 de abril, ente unos audios que ha difundido Catalunya Ràdio. El exconseller constata que es la primera vez que un magistrado decide qué diputado puede ser votado presidente y habla de «cruce de poderes».

Turull pregunta a Llarena qué ha cambiado en cuatro meses para que vuelva a ser encarcelado. «¿Qué ha cambiado? ¿Qué he hecho? ¿He incumplido mi deber de asistir semanalmente delante la orden judicial? No. ¿He votado desde que se volvió a constituir el Parlament alguna resolución prohibida por el TC? No. ¿He intentado no comparecer cuando me ha citado? No. ¿Entonces qué novedades objetivas han ocurrido desde el 4 de diciembre hasta la actualidad?», cuestiona el exconseller.

Y él mismo se responde constatando que no ha renunciado a su actividad política, que ha vuelto a ser escogido diputado en el Parlament y que fue propuesto como candidato a la Presidencia de la Generalitat. Turull, irónicamente, remarca cómo se precipita el procesamiento cuando aparece a los medios que él será el candidato. «Casualidad», concluye, a la vez que se queja de que sólo vuelven a la prisión los que no han renunciado a la política.

En este sentido, Turull opina que este proceso «no va de impartir justicia, y menos con todas las garantías», sino que va de «política y de escarmiento», todo con un «claro atropello que amenaza los derechos básicos». Según él, supone un «auténtico cruce de poderes y un ataque a los pilares básicos del parlamentarismo democrático».

Y es que el exconseller señala que es la primera vez que un magistrado decide qué diputado puede ser votado presidente y cuál no. Quien tendría que hacer política, el gobierno español, es quien dice cuando y como y porque serán juzgados los independentistas, continúa, mientras que «quien tendría que impartir justicia dice como y con quien tendría que producirse el retorno al autogobierno».

Se refiere así a un concepto que Llarena utiltiza en su auto, «el acertado retorno al autogobierno», y le pregunta si es el magistrado que se tiene que ocupar de esta cuestión. También le pregunta qué considera un «acertado retorno al autogobierno». «¿No es acertado lo que votan los ciudadanos de Cataluña y a quienes votan? ¿No es acertado lo que libremente desean votar los diputados?», se queja.

También lamenta que Llarena hable de «la esfera psicológica» de Turull sin ningún informe forense, y concluye que el magistrado «introduce una novedad en el sistema jurídico español», ya que «los penaliza» por haberse declarado inocentes.

El exconseller deja claro a Llarena que no renunciará a sus convicciones políticas y que no dejará de ser independentista, y advierte al magistrado que no es así como se resolverá el conflicto en Cataluña, sino con política y con diálogo.

Asimismo, aprovecha para pedir a Llarena que rectifique, porque eso, dice, «sí que ayudará». Volvamos a la separación de poderes. Dejemos de hacer política desde la justicia y dejemos de impartir justicia desde la política», acaba el exconseller.