Los maestros del futuro harán tres años de carrera, una de especialización y uno de prácticas

Una educación básica que permita la movilidad de los docentes entre etapas educativas, formulada a partir de un grado de 3 años y dos años de master, que incluya un año de prácticas. Esta es la principal propuesta de la comisión técnica de seguimiento del Programa de Mejora e Innovación en la Formación de Maestros (MIF). El director del programa, Miquel Martínez, ha explicado a la ACN que se propone ampliar los estudios para ser maestro hasta los 300 créditos y potenciar las prácticas así como el seguimiento del primer año de acceso a la función docente. El documento también propone ampliar el perfil de los profesores a las universidades para potenciar la figura del profesor vinculado que puede dar clase en las facultades de Magisterio y también en los centros escolares.

Martínez defiende que, en un futuro, los aspirantes a maestros tendrían que cursar cinco años de estudios universitarios, de los cuales, uno podría ser una especialización y otro un pràcticum en la escuela o el instituto y por lo tanto, una parte más «intensiva» de «inmersión» en los centros escolares. Las prácticas, dice Martínez, son importantes y por eso, también pide un reconocimiento a los centros que acogen los futuros maestros y que tienen un plan de acogida, y a los mismos tutores, los cuales tendrían que tener más conexión con las universidades. Asimismo, el MIF también pide que los graduados y postgraduados tengan que pasar un periodo de seguimiento el primer año de incorporación en el mundo laboral, ya sea en la bolsa de docentes o a través de un contrato laboral.

Es el principal cambio que el MIF propone para mejorar la formación de los docentes catalanes en un documento que se ha presentado este martes por la tarde que también apuesta por la necesidad de integrar toda la formación docente, de manera que se propicie y facilite la movilidad de los maestros y profesores en diferentes etapas educativas desde los 0 a los 16 años, aproximadamente.

El programa hace unos cinco años que trabaja en el lado de universidades que ofrecen estudios de magisterio y del Departamento de Enseyament para poder hacer propuestas realistas de cara a mejorar el sistema. Martínez lo considera un «horizonte», y una de las líneas de trabajo para debatir es conseguir una formación integral «básica» que evitaría que los diferentes profesores no quedaran «encasillados» sino que se puedan mover por diferentes etapas educativas, infantil, primaria o secundaria, a través de formaciones complementarias y de formación continua. Para Martínez es positivo para el sistema potenciar la movilidad «horizontal y vertical de manera ágil», y aparte podría permitir solucionar problemas que se dan periódicamente por la falta de profesores o maestros.

Para los expertos, esta mejor formación en prácticas tendría que prevalecer como mérito o requisito en el acceso a la función docente, un sistema que para Martínez también tiene que sufrir algunas modificaciones, tanto con respecto a la bolsa como por las oposiciones, priorizando las competencias de los futuros profesores, más que los conocimientos.

Martínez también cree que uno de los cambios que se tiene que propiciar recae en los equipos de los docentes universitarios. Considera que la legislación actual y las limitaciones que sufren las universidades dificulta la estabilidad de los equipos docentes para los cuales propone una mayor variedad de perfiles a las facultades de magisterio y que por lo tanto, actualmente o hay profesores propios desconectados de las escuelas que se encargan de la vertiente más teórica o hay profesores más vinculación pero sin tiempo para hacer trabajo en equipo. Por eso, si se quiere avanzar hacia un sistema «moderno», dice Martínez, se tiene que potenciar la figura del profesor vinculado que puede trabajar tanto en las escuelas e institutos como en la universidad, y que más allá de las tutorías, también se implica en la formación teórica desde un punto de vista más práctico basado en la realidad en las aulas.

Para Martínez, hay cambios que se han hecho los últimos años, como el decreto de plantillas y la opción de perfilar determinadas plazas en función de unas necesidades concretas, que ya van en esta línea. Por eso, cree que son uno de los temas que mejors se puede implantar al sistema. El director del programa reconoce que todos los cambios generar actitudes «a favor y en contra» pero cree que dentro del sector está «el convencimiento» de que el sistema actual de acceso a la función docente y la formación tiene que cambiar.

Martínez cree que para mejorar el sistema educativo hace falta que se mejore la formación y tender a la educación «básica polivalente». Por eso cree que se tiene que ser «más exigentes» con las dimensiones que tiene que demostrar un profesor, en contenidos, pero sobre todo en competencias de «cómo enseñar y cómo aprender». Para Martínez, las Pruebas de Aptitud Personal han puesto de manifiesto que había aspirantes a estudiantes de magisterios que no cumplían los requisitos para ser maestros o profesores, y por lo tanto, más que «endurecer condiciones» para ser maestro, Martínez hace falta hacer una «evaluación rigurosa».

El Govern estudiará la propuesta

Tanto el Departamento de Ensenyament como la Secretaría de Universidades e Investigación estudiarán «con detenimiento» las recomendaciones de los expertos del MIF para introducir cambios en el sistema educativo. El Govern, pues, se compromete a seguir trabajar para «prestigiar» y mejorar los estudios que dan acceso a la profesión docente como uno de los pilares fundamentales «de progreso y bienestar», propios de todo país adelantado. Desde el Govern pero se reconoce que hay algunas propuestas que van «más allá» del marco legal vigente y por eso, estudiará y tendrá en cuenta las mejoras susceptibles de ser introducidas en todos los ámbitos, tanto con respecto a la captación de estudiantes, como a la reformulación del plan de estudios y a la inserción laboral de los futuros maestros.