Sànchez y Cuixart cargan contra el poder judicial un año después de su encarcelamiento y afianzan sus ideales
El presidente de Òmnium lamenta la desunión de los partidos independentistas y el diputado de JxCat asegura que no se arrepiente de nada
El diputado de JxCat Jordi Sànchez y el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, han cargado contra el poder judicial justamente un año después de su encarcelamiento. Los dos han enviado una carta a Rac 1 en que denuncian que se están vulnerando sus derechos y que los han encarcelado sin argumentos. Cuixart también critica la desunión de los partidos independentistas que evoca a «situaciones del todo lamentables». Por su parte, el también expresidente de la ANC asegura que no se arrepiente de lo que ha hecho y advierte que no renunciará a sus ideales para salir de la prisión, donde considera que lo han cerrado de forma arbitraria. En la misma línea, Cuixart cree que el objetivo no tiene que ser salir de la prisión sino afrontar el embate del Estado.
Cuixart lamenta que la abogacía del Estado del gobierno del PSOE actúe con «plena sintonía» con Vox y añade que las petición de fiscalía tienen que chocar con la «respuesta serena pero contundente» de cerca del 80% de la sociedad catalana que se opone a los encarcelamientos y defiende el referéndum de autodeterminación.
«El objetivo no puede ser salir de la prisión, sino afrontar el siguiente embate que nos plantea el Estado de la única manera que sabemos hacer en este país: unidos desde la diversidad, la transversalidad y la radicalidad democrática,» añade Cuixart en su carta.
Asimismo, asegura que tiene confianza que el juicio será un «altavoz internacional» para poner el Estado delante del «espejo de Europa» y replica a los que hablan de indultos que «no ha entendido nada de nada». «Ha sido su actuación torpe y desproporcionada la que ha fortalecido mis convicciones democráticas pacíficas y de desobediencia civil, y que lejos de ninguna voluntad de revancha ahora ya las puedo abandonar», asegura el líder de Òmnium.
En el ámbito personal, Cuixart explica que su hijo Amat ha hecho un año y medio y que durante este tiempo tanto él como su pareja han velado para que no vea en sus padres «ni una brizna de odio o rencor hacia nadie». Y explica que si a él le ha tocado aprender a ser un «preso político», a su hijo le corresponde aprender a ser un hijo de «represaliado».
Por su parte, el diputado de JxCat considera que el hecho de estar en la prisión un año después de haber entrado «habla más de los jueces de cómo son y cómo piensan que no de nosotros mismos». «Creo, sinceramente, que mi prisión y la de todos nosotros define la visceralidad, la falta de parcialidad, los apriorismos y la politización de los jueces del Tribunal Supremo y en particular del juez Llarena», añade Sànchez.
Sánchez asegura que la prisión no es positiva ni aporta humanidad, aun así afianza sus convicciones asegurando que no se arrepiente de ninguno de los hechos por los que está en prisión. «Es más, no dejaría de hacer nada de lo que hice ni el 20 de septiembre ni el 1 de octubre del año pasado, entre otras cosas, porque lo hice desde la plena conciencia que ejercía el derecho a la libertad de expresión y manifestación», ha concluido en su carta.