Romeva: «No me declararé inocente, negaré haber cometido un delito»
El exconseller advierte al PSOE desde la prisión que más tarde o más temprano necesitará a los independentistas, y le reclama que «revierta» la politización de la justicia española
«No me declararé inocente, negaré haber cometido un delito». Así se expresa el exconseller de Exteriors Raül Romeva, ahora en prisión preventiva en Lledoners a la espera del juicio del 1-0, a pocos días de ser trasladado con los otros presos independentistas a Madrid. Romeva ha deplorado que los presos estén en la cárcel por haber pretendido desplegar una vía, la de la República independiente, que tenía que servir para aplicar las políticas de progreso que ahora defienden PSOE y Podemos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). «Sánchez necesita un proyecto, no sólo unos presupuestos» ha advertido en una entrevista con la ACN desde la prisión. Por eso, considera muy complicado que el gobierno español aspire a tener el apoyode los independentistas en los PGE en estas condiciones, y ha reclamado al gobierno de Sánchez que «sea consciente de que más tarde o más temprano necesitará» el apoyo de los independentistas. Además, a instado el PSOE a «actuar para revertir la no separación de poderes» y la politización de la justicia heredada del PP.
«Sin un proyecto definido sobre la libertad y la justicia, claro está que el proyecto autoritario es el que prevalecerá en España», ha alertado. En una conversación con la ACN desde el locutorio de visitas del Centre Penitenciari de Lledoners, a pocos días del traslado a Madrid por el inicio del juicio del 1-0, Romeva ha recordado que para él y la mayoría de los independentistas, como se ha demostrado, la República es la única vía para desplegar «políticas sociales, progresistas, para el bienestar», cosa inviable con las herramientas de la autonomía.
Es por eso que ha advertido el gobierno español que no puede pretender el apoyo de los independentistas a los PGE si no aborda el contencioso de fondo: «Los PGE son una oportunidad para el PSOE para abordar el problema de fondo, que no somos los presos políticos, sino la vulneración de derechos fundamentales. Los presos somos sólo el síntoma». Romeva ha reprochado al PSC y al PSOE que estén vinculando los PGE a la continuidad del gobierno Sánchez. Ha avisado también a los socialistas de que «no se vale hacer chantaje». «Evidentemente que preferimos al PSOE a pesar de todo, pero no vale a vincular la continuidad del gobierno de España a los presupuestos».
Por eso, ha recordado que no necesariamente se tiene que caer el gobierno si no se aprueban presupuestos, que son dos cosas diferentes, como tampoco se ha caído el Govern de la Generalitat cuando no ha podido aprobar las cuentas. «Tenemos que aguantar el tipo», ha añadido, porque el hecho de que el PSOE necesite a los independentistas para la mayoría, es «una oportunidad» y hay que jugar esta carta. Eso sí, ha recriminado al PSOE que «habiendo demonizado tanto» al independentismo, ahora se tiene que justificar cada vez que se propone sentarse a dialogar. «Creo que el problema por parte del Gobierno de Sánchez se encuentra en qué vuelve a definir Cataluña como un problema de orden público, como hacía Rajoy, y no como un problema político; justo el debate y el marco que más le interesa a la extrema derecha», ha alertado. Para él, «de quien tiene que tener miedo el PSOE es de la extrema derecha», y no del independentismo.
«Defenderemos lo que hemos hecho»
A días del traslado a Madrid por el juicio del Tribunal Supremo por el 1-0, el exconseller asume tajante que «no hay posibilidad de defensa jurídica» porque se trata de un «juicio político injusto. Un montaje». «Pretender que podremos defendernos con argumentos jurídicos es ingenuo», ha remachado, para añadir: «Lo que sí que tenemos que hacer es defender políticamente lo que hemos hecho, pero de ninguna manera defendernos». Resume así la estrategia de defensa que seguirá, que pasa para girar la acusación y señalar el Estado como responsable de un «montaje» que no tiene ninguna relación con la realidad.
«No me declararé inocente, negaré haber cometido un delito. No negaré ninguna de las actuaciones políticas para hacer posible el referéndum, negaré el carácter delictivo de todo lo que hicimos. Sí que negaré rotundamente la violencia que se nos atribuye», ha argumentado el exconseller de Exteriors, que ha escrito desde la prisión el libro Esperança i Llibertat(Ara llibres) que sale a la venta los próximos días.
«A la prisión por hacer política»
«Utilizamos la prisión para hacer política. No nos sacarán de aquí porque hacemos mucho ruido. Nos sacarán cuando ganwmos», ha defendido Romeva en un mensaje dirigido a las filas independentistas, a quien reclama «inteligencia política» para configurar una estrategia encaminada a la victoria más que a la queja. «Me preocupa que ciertos sectores del independentismo estén haciendo bien lo que hay que hacer para ganar», ha admitido, y ha reclamado al soberanismo «menos exhibicionismo y más política».
Para él hace falta que el soberanismo ponga el foco y actúe en aquello que son los «tres grandes consensos» en Cataluña: «Referéndum, derechos civiles y república». Romeva considera que el independentismo tiene que consolidar un giro estratégico encaminado a la acumulación de fuerzas más allá del propio independentismo, sumándose a las causas de republicanos y demócratas en general. «Hay que andar siempre al ritmo del más lento», ha aseverado, parafraseando al zapatista Subcomandante Marcos. Para él, adaptar la estrategia a la realidad «no es ni renuncia ni traición», sino la vía para una victoria holgada, la que reúne grandes mayorías del 80%. «Menos hojas de ruta y más GPS», ha lanzado.
También por eso, ha hecho un llamamiento a «canalizar la movilización por el juicio por la vía de los derechos civiles» y de forma pacífica, democrática y no violenta. «Nuestra fortaleza es la no-violència», ha subrayado, y ha añadido: «Hace falta que seamos los más inteligentes, no los más valientes». Reprueba así las actitudes agresivas que se han visto en algunas de las últimas protestas por primera vez desde que empezó el proceso soberanista. Además, recuerda que la vía no violenta tiene estadísticamente muchas más posibilidades de éxito que la vía violenta, que rechaza frontalmente. «No es inteligente pretender ganar a golpes a alguien que dirige un ejército, que tiene la fuerza y que además no tienen ningún escrúpulo para utilizarla», ha dicho.