Millo habla de acciones «violentas y organizadas» antes del referéndum y «de amenazas y persecución» a jueces y policías
El exdelegado del gobierno en Cataluña describe un «clima de conflictividad» que ponía en peligro el «mantenimiento del orden constitucional»
El exdelegado del gobierno español en Catalunya Enric Millo ha asegurado que en torno al 20 de septiembre y hasta llegar al referéndum hubo acciones «violentas y organizadas» y que existía un «clima de conflictividad» en la calle que ponía en «peligro» el mantenimiento del orden constitucional. Como ejemplo, ha dicho que se habían tirado «objetos incendiarios» y que «se habían perseguido y amenazado» policías y también a él mismo. «Me escribieron en la pared 'Millo muerte', no sé si eso es violencia pero pacífico no es», ha explicado. También criticado que Govern, ANC y Òmnium hicieran un llamamiento el 20-S para «defender las instituciones». Según Millo, suponía el «mundo al revés» porque si se pide defender instituciones es porque se interpreta que alguien las está atacando. Sobre los CDR, ha explicado que «tienen una estructura», que no eran «espontáneos» y que dentro hay «gente violenta».
A preguntas del fiscal, Millo ha asegurado que detrás de los CDR hay «una estructura y organización», y que «de espontáneo tiene bien poco». El exdelegado sí ha reconocido que «seguramente» hay una parte de espontaneidad, porque es «plural y diverso», con «mucha gente pacifista», pero que también está formado por personas que «no tienen ningún inconveniente en hacer uso de la violencia». «Están camuflados, no se puede negar que algunos no son violentos», ha asegurado.Pina ha preguntado qué cargo policial le informó de que había personas violentas dentro de los CDR. «Era tan habitual que no le puedo dar un nombre concreto», le ha respondido Millo, que ha apuntado que ya vendrán responsables policiales como testigos al Supremo y que se le podrá preguntar.
Hostigamiento e intimidación
A preguntas del fiscal, Millo ha relatado también que a partir de los plenos de los días 6 y 7 de septiembre se empezaron a producir «acciones de hostigamiento e intimidación a instituciones y empresas». Según ha dicho, se produjeron entre 100 y 200 acciones de este tipo y había una situación que define «kafkiana» porque se pedía a empresarios que, una vez se aplicaran las leyes de desconexión, a qué «ley harían caso, si a la española o a la catalana». «Es kafkiano porque nunca habría un doble legalidad paralela», ha manifestado.
Clima de «conflictividad»
Millo ha descrito una situación de «clima de conflictividad» a partir de mediados de septiembre, con episodios «de acoso, hostigamiento y violencia». Por ejemplo, ha dicho que «se intimidó e impidió la acción de la policía judicial» no sólo el 20-S, sino otras veces que las policías estatales actuaban para intentar decomisar material del referéndum. Ha descrito «acoso en agentes» delante de los hoteles donde se alojaban o de cuarteles de la Guardia Civil, «lanzamiento de objetos incendiarios» o acciones a la delegación del gobierno español o a las subdelegaciones en Tarragona, Lérida y Gerona. La defensa de Jordi Cuixart ha preguntado a Millo si los «objetos incendiarios» se limitan a «un trozo de ropa» tirado quemando en Igualada. «No fue lo único», ha respondido Millo, aunque no ha concretado ni fechas ni lugares.
También ha recordado una pintada «amenazadora» contra él que afirmaba 'Millo muerte'. A preguntas del letrado de Junqueras y Romeva, Andreu van den Eynde, ha explicado que la limpió su hija. «No sé quién la hizo pero en los últimos 27 años he vivido en Gerona y la actividad de los CDR allí se muy notoria, desconozco la autoría pero lo que sí sé es que la viene limpiar a mi hija», ha explicado. El abogado Jordi Pina le ha replicado que el 20-S los CDR «no podían hacer proclamas porque no estaban creados». «Entonces serían las asociaciones que darían creación a los CDR», ha replicado.
El exdelegado ha dejado claro que había grupos de personas que se manifestaban pacíficamente, pero que otros lo hacían con «clara violencia». «Había concentraciones pacíficas y otros de violentas, con agresividad, acosos, ataques a personas», ha dicho.
'Escoles Oberes', «campaña no espontánea»
Sobre la campaña 'Escoles obertes', Millo ha dicho que se organizó «una campaña aparentemente espontánea, que de espontánea tenía poco». Ha añadido que había «mucha diversidad en las convocatorias» y que se organizaron actos también durante la noche para «ocupar los centros para que el 1-O estuvieran abiertos». «Se hacían actividades de carácter lúdico, festivo, cultural, asociativo, deportivo», ha descrito, «la imaginación al poder, todo lo que se pueda imaginar para ocupar los espacios durante el fin de semana y también durante la noche». Millo, de hecho, ha dicho no constarle que «se impidiera el uso de ningún centro».
Mossos «no «querían» apoyo
Millo ha explicado que ante la designación de Diego Pérez de los Cobos como coordinador del dispositivo y la llegada a Cataluña de los refuerzos de policía española, los Mossos manifestaron a las reuniones previas al 1-O que «no «hacía» falta la presencia policial porque ellos solos tenían «la capacidad sobrada» de dar cumplimiento al auto del juez. «Mostraron su disconformidad», ha explicado.
Concretamente, ha dicho que Forn manifestó abiertamente que no hacía falta este apoyo porque los Mososs en solitario «podían dar cumplimiento al auto del TSJC».
También ha reconocido que, según la instrucción de la secretaría de Estado de seguridad, la presencia de Guardia Civil y CNP era «en misión de auxilio». También ha dicho que previamente al 1-O los mossos no cerraron ningún local de votación.
Junta de seguridad «esperpéntica»
Millo ha calificado «de auténtico despropósito y de esperpento» la Junta de Seguridad del 28 de septiembre. Según el exdelegado, en la misma mesa había sentado el Govern que planteaba «como ponernos de acuerdo para ver como funcionaba todo con normalidad» el 1-O y, por otra parte, los representantes del Estado que querían «dar cumplimiento al mandato judicial» de prohibir las votaciones.
Millo ha explicado también que pidió desconvocar porque había un «clima de crispación» en la sociedad que hacía «prever que habría un riesgo para la integración física de las personas» si no se atendía la orden del TSCJ. Millo ha relatado que durante la Junta de Seguridad desde el Govern «no dijeron nunca que no se celebraría» el referéndum, y que él pidió a Puigdemont que lo desconvocara atendiendo «las situaciones de conflicto, violencia y crispación en la calle» y «la falsifica ficción de existencia de un doble legalidad». «Era la manera más fácil de dar cumplimiento a la orden judicial», ha dicho. La respuesta de Puigdemont, ha concluido, es que «tenía muy claro lo que tenía» que «hacer».
Trapero «alineado» con el Govern
Además ha dicho que en la reunión estaba el máximo representante de los Mossos, el major Josep Lluís Trapero, y que había una «alineación política» entre las planteamientos del Govern y los criterios de actuación que explicaba el mismo Trapero. «Se compartía la línea política y hacía ver que era prácticamente imposible pensar como se podía impulsar y garantizar la celebración del referéndum y al mismo tiempo impedirlo», ha reflexionado.
También ha explicado que Trapero no dio información de ningún plan operativo y que dijo que «no usaría la fuerza en ningún caso». Millo ha explicado que se le planteó a Trapero qué haría en situación de peligro para los mossos, y que él fue tajante: «Si hay niños y personas mayores pues no actuaremos».