Diari Més

Munté niega que se marchara del Gobierno por motivos políticos porque en julio del 2017 el objetivo era el «referéndum pactado»

La exconsellera alega motivos personales pero reconoce que le hacía «respeto» enfrentarse a responsabilidades penales por desoír el TC

La exconsellera de Presidència Neus Munté durante su declaración como testigo en el Tribunal Supremo.

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La exconsellera de la presidencia Neus Munté ha negado que saliera del Gobierno en julio del 2017 por motivos políticos porque, según ha remarcado, en aquel momento el único objetivo que había sobre la mesa era el «referéndum pactado» con el Estado. «Yo comparto esta vía», ha manifestado a preguntas del fiscal. Munté ha alegado motivos personales, de falta de ánimo (había muerto su padre en abril, ha dicho) y de «sobrecarga de trabajo». Aunque su salida se publicara como un cese, Munté ha dicho que «pidió el relevo». Preguntado por el fiscal si le daba «miedo» asumir responsabilidades penales por no atender las advertencias del TC, ha dicho que no era miedo sino «respeto». Sin embargo, ha añadido que no tenía la «sensación» que en aquel momento estuvieran desobedeciendo el Tribunal Constitucional.

Munté, que al inicio de su declaración ha mostrado su «incomodidad y profunda tristeza» por que «una formación de extrema derecha», en referencia a Vox, ejerza la acusación popular, ha explicado que solicitó a Puigdemont su «relevo» después de hacer «una reflexión personal» y con su familia. «Me veía desbordada en mis funciones», ha dicho, sobre todo como portavoz del Gobierno. Munté ha asegurado que acusaba «sobrecarga de trabajo» y que el primer semestre del 2017 fue «especialmente duro a nivel familiar», hecho que hizo que no estaba «a disposición de ejercer el cargo con normalidad». La exconsellera ha explicado al tribunal que a finales de abril perdió a su padre y que su estado anímico «no era el mejor».

De esta manera, la exconsellera de la Presidència ha desvinculado su marcha del Gobierno de un eventual desacuerdo con la línea política que estaba siguiendo el Gobierno. En este sentido, ha recordado que en aquel momento, en julio del 2014, se estaba trabajando «en la búsqueda de una vía de diálogo para acordar con el Estado» un referéndum, que es una vía que «comparte».

Con respecto al cese unos días antes del exconseller de Empresa Jordi Baiget, Munté ha respondido al fiscal Jaime Moreno que tenía una «muy buena relación», que le supo mal su salida del Gobierno y que lo hizo saber a Puigdemont. No ha querido entrar, sin embargo, en los motivos de su destitución

La agenda de Jové

La fiscalía ha preguntado a Munté sobre las anotaciones de la agenda atribuida al exsecretario general de Vicepresidència y Economia Josep Maria Jové. La exconsellera ha dicho desconocer el contenido de esta agenda y «si es veraz o no». El fiscal se ha interesado por reuniones celebradas entre en febrero y en septiembre del 2016. Munté ha explicado que las reuniones en aquel momento «formaban parte de su día a día» y que se hacían por «diferentes motivos».

Munté ha situado febrero del 2016 como el inicio de la legislatura y ha explicado que en agosto de aquel año estaban centrados en preparar la cuestión de confianza a qué se tenía que someter Puigdemont después de que la CUP no diera apoyo a los presupuestos. Munté ha asegurado que en ninguna de las reuniones se habló de celebrar un referéndum «ilegal».

Mossos al lado de la ley

También ha justificado que como portavoz del Gobierno siempre defendió que los Mossos «actuarían como siempre y que responderían como autoridad judicial a cualquier mandato de un juez».

La exconsellera ha reconocido que había recibido cinco advertencias del TC pero ha insistido en que en aquel momento «el único escenario era una desobediencia» porque reflejaban en el 9-N. «No teníamos la sensación que estuviéramos desobedeciendo lo que señalaba el TC», ha afirmado.

20-S: «Personas serenas en una protesta legítima»

A preguntas de Vox, Munté ha reconocido que asistió a la concentración del 20-S y también fue a votar el 1-O «como hicieron más de dos millones de personas». A preguntas de la defensa, ha explicado que el 20-S vio «personas serenas en una protesta legítima». También ha reconocido que las intervenciones de los presidentes de ANC y Òmnium iban en la línea de pedir «tranquilidad y civismo, valores absolutamente consustanciales al movimiento independentista». «No vi ningún altercado y ningún llamamiento que no fuera a la serenidad», ha remachado.

Sobre el 1-O, ha dicho que votó «con normalidad» porque en su colegio electoral no hubo cargas policías. Y también ha reconocido haber hecho llamamientos a la participación. «Seguro que hice llamamientos a votar y lamenté las hechos lamentables del 1-O», ha añadido.

A preguntas del letrado Francesc Homs, ha dicho que en aquella época –antes de que terminara- el gobierno del Estado no se hablaba el 155. También ha reconocido que participó en una reunión entre Puigdemont y el lehendakari Urkullu. «Le pidió que mediara para conseguir un acuerdo político con el Estado», ha explicado Munté, que ha valorado que la «voluntad era sincera».

Homs también ha preguntado por un convenio que firmó Economia con el CTTI. Según Munté, era un convenio por las necesidades que previamente habían puesto de manifiesto diferentes departamentos que necesitaban más espacio para dar conferencias o selección de personal. Y se firmó con el CTTI porque tenía una nave «infrautilizada». Por eso, Munté ha negado que las obras en esta nave tuviera «nada que ver» con el 1-O. En un informe de la Guardia Civil se apunta como malversación el millón de euros gastado para habilitar esta nave.

El letrado de Forn, Xavier Melero, ha preguntado si Forn pertenecía a una «corriente ideológica o más radical» que Jané, a quien sustituyó en el cargo. «No, a ninguna en concreto, y en nada que se le pueda parecer a la radicalidad», ha afirmado.

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