Pérez de los Cobos niega cargas y actuaciones «contra ningún votante pacífico» y defiende «el uso exquisito de la proporcionalidad»
El coronel describe «situaciones de violencia muy grave» por parte de unos votantes «dentro de murallas humanas con grupos perfectamente organizados»
El coronel Diego Pérez de los Cobos ha negado ante el Tribunal Supremo que los cuerpos de policía estatales hicieran cargas durante el 1-O. En respuestas a la fiscal Consuelo Madrigal, ha afirmado que no hicieron actuaciones «contra ningún votante pacífico» y tampoco contra niños, personas mayores ni personas con discapacidad. «Sólo contra las personas que trataban de impedir el acceso al local», ha asegurado. Durante su declaración como testigo, ha defendido «el uso exquisito de la proporcionalidad» de los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional, y ha descrito que se encontraron un escenario de «situaciones de violencia muy grave» contra los agentes. El coronel ha relatado que en los colegios había «murallas humanas» donde había «grupos perfectamente organizados».
Pérez delosCobos ha dicho que el 1-O tuvieron que hacer frente a un «grado de virulencia» por parte de los participantes al referéndum. «Observamos que en muchos locales había grupos de masas perfectamente conformados que, mediante la fuerza física, miraban de impedir el acceso de las fuerzas de seguridad que tenían la obligación de acceder al local por mandato judicial».
El coronel ha remarcado que estaba previsto hacer una actuación «lo más escrupulosa posible y proporcional», yendo a los locales para retirar el material, pero que se encontraron «una situación de gravedad más grande de lo que se preveía». «Nos encontramos con grupos de resistencia perfectamente organizados», ha descrito, «dentro de las murallas humanas había grupos organizados, jerarquizados entre ellos, quienes impartía instrucciones y quienes ejecutaba». De hecho, Pérez delosCobos ha descrito «encapuchados» y «gente dedicada a alertar de la proximidad de la llegada de la policía» para «impedir la intervención con la mayor contundencia posible». Aun así, a respuestas a la abogacía del Estado, ha admitido que no se identificó nadie que ejerciera de organizador.
Además, ha añadido que algunas unidades decidieron «abortar» la intervención en algunos puntos por «el alto grado de hostilidad y agresividad en algunos locales». «Si se hubiera actuado, las consecuencias lesivas habrían estado muy superiores a las que conocimos», ha remachado. Al mismo tiempo, ha respondido a la fiscal que detectaron colas en «falsos puntos de votación».
Madrigal ha preguntado directamente a Pérez delosCobos si las fuerzas de seguridad del Estado dirigieron su actuación contra «votantes pacíficos». «En ningún caso», ha dicho. Tampoco contra «niños, gente mayor o personas discapacitados», sino «solo contra las personas que miraban de impedir de acceso al local». El coronel ha explicado que en algunos casos se pusieron niños y personas grandes como «vanguardia de los parapetos» y que en un caso un agente de la Guardia Civil protegió un niño haciendo salir a un padre que llevaba su hijo a los hombros de la línea policial. Este hecho tuvo lugar en Sant Julià de Ramis.
En cuanto a las cargas, ha afirmado que «no hubo». «Una carga está encaminada a una disolución o a un desalojo de un local», ha explicado, y «estas unidades evitaron en todo momento llegar a desalojar el local, a pesar de que la interlocutoria los facultaba». En este punto, ha defendido «el uso exquisito de la proporcionalidad» por parte de los agentes, con el objetivo de conseguir cumplir con el mandamiento judicial «con el menor coste» para ciudadanos y agentes.
«Ninguna orden para parar la actuación»
Pérez delosCobos ha negado que por la tarde llegara ninguna orden para parar la actuación. De hecho, ha dicho recordar intervenciones casi a las cinco de a tarde. Ha explicado que hubo más actuaciones por la mañana que por la tarde porque la instrucción de la Secretario de Estado de Seguridad preveía que el «periodo prioritario de actuación» fuera entre las siete y media y las diez de la mañana. También lo ha atribuido al «desgaste» que sufrían los agentes «que se habían levantado a las cuatro de la mañana».
Pero también ha dicho que Puigdemont hizo un «llamamiento a los medios a la defensa de las urnas» a lo largo de la jornada y que esto «complicó todavía más las actuaciones, porque el grado de virulencia de los grupos que miraban de impedir la actuación se incrementó muy considerablemente». En este sentido, ha indicado que las actuaciones pasaron a ser más largas según avanzaba el día.
En septiembre «se dispara la hostilidad»
Previamente al 1-O, Pérez delosCobos ha explicado que «la hostilidad» contra los cuerpos policiales «se dispara» durante el mes de septiembre, a partir del momento en que empiezan a hacer intervenciones para intentar decomisar material relacionado con el referéndum. Se produjeron «situaciones de hostilidad y tensión que hasta entonces no habían estado habituales» contra sus actuaciones, ha dicho.
Pero ha añadido que esta actitud «se extendió» a «cuarteles, familias e hijos de guardias civiles» o comisarías de la Policía Nacional. Y que a partir del 20-S «estas situaciones de fuerte agresividad cada vez fueron más y más violentas».