Diari Més

Trapote admite que tenían un «plan B» para sustituir a los Mossos desde días antes del 1-O por si no actuaban

El exjefe de la CNP en Cataluña acusa al Govern y las entidades de enviar ciudadanos a «bloquear» colegios el 1-O para impedir la actuación policial

El responsable en Cataluña del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) durante el 1-O, Sebastián Trapote, durante la comparecencia en el Tribunal Supremo.

El responsable en Cataluña del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) durante el 1-O, Sebastián Trapote, durante la comparecencia en el Tribunal Supremo.Senyal Tribunal Suprem

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El jefe de la Policía Nacional en Cataluña durante el 1-O, Sebastián Trapote, ha acusado al Govern y las entidades independentistas de hacer un «llamamiento» a los ciudadanos para que fueran a los colegios electoral «masivamente» para «bloquear la entrada» de los locales y «impedir» la acción de los cuerpos de seguridad. Durante su declaración como testigo en el Supremo, Trapote ha hecho un relato de aquellos días en la línea del coronel Diego Pérez de los Cobos, ha dicho que no llegó a tener nunca el plan de actuación de los Mossos, a quién ha acusado «de inacción», y ha acusado el mayor Josep Lluís Trapero de tener «reticencias» a ser coordinado por un miembro del Ministerio del Interior. De hecho, ha reconocido que días antes de la jornada del referéndum ya tenían uno «un plano B» preparado en caso de que los Mossos no actuaran o hicieran un plan «insuficiente», porque ya tenían «indicios» que se podía dar esta situación.

Trapote ha relatado los servicios de información ya van los avisaban que el día del referéndum sería «complejo» y ha señalado los miembros del Govern y de las entidades soberanistas por haber hecho un «llamamiento» para que en aquella jornada los ciudadanos «fueran de manera masiva en los colegios para bloquear la entrada» e impedir la actuación de los mossos, con el objetivo de «garantizar» que el referéndum «se llevara a término». «Todos los operadores de seguridad éramos conscientes de que aquel día sería muy complicado», ha dicho.

El exjefe de la Policía Nacional en Cataluña ha añadido que tanto las instrucciones de la fiscalía estable que los cuerpos estatales tenían «que auxiliar» a los Mossos d'Esquadra, pero que en otro punto también los decía que tuvieran unidades de reserva «por si en algún momento se tenía que actuar de mutuo propio». De hecho, ha dicho que eso suponía «actuar en sustitución» de los Mossos. Sobre el auto del TSJC, ha dicho que inicialmente le dieron la parte dispositiva pero que después tuvo acceso a todo el contenido. Fuera de la parte dispostiva está donde estaba la referencia de mantener la «normal convivencia ciudadana».

En las reuniones previas, Trapote ha dicho que el comisario Ferran López explicaba que desplegarían el «dispositivo oportuno», pero que no tuvo acceso y que no se pidió expresamente apoyo a los cuerpos estatales. De hecho, ha recordado que el exconseller Joaquim Forn ya lo había expresado públicamente. Ha añadido que el mayor Trapero esgrimía como argumentos a las reuniones que se actuaría con «oportunidad, congruencia, proporcionalidad, sin causar ningún otro malo mayor», y ha explicado a preguntas de las defensas que no supo hasta el mismo día 1 que habría binomios de los Mossos en los colegios.

Trapote ha dicho que la misión era «complicada», porque se tenía que «conjugar» garantizar la «seguridad colectiva» al mismo tiempo que «se cumplía con el mandato judicial». «El escenario era difícil, sabíamos que el 1-O sería siempre muy complicado», ha dicho, añadiendo que Ferran López estaba «de acuerdo».

Se activa el «plan B»

El exjefe de la Policía Nacional ha remarcado que «prioritariamente» la función para dar cumplimiento a la orden judicial la tenía que hacer Mossos, pero que tenían la «percepción» que la policía catalana no lo cumpliría. «Lo comprobamos el 1-O a primera hora de la mañana», ha asegurado. Trapote ha asegurado que ya tenían «indicios» con la postura «rebeca» del major y que aquella mañana vieron que los centros estaban «abiertos y ocupados», incluso desde el día antes donde había ciudadanos que pasaron la noche.

En aquel momento, ha dicho que llamó al coronel Diego Pérez de los Cobos para informarlo y que este le devolvió la llamada después de hablar con el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto. Pérez de los Cobos le dijo: «Teníamos dos planes, el A y el B. El A era colaborar con la policía catalana y darle apoyo, el B era sustituirlos y hacer nuestra la intervención». A partir de aquel momento, ha concluido Trapero, se puso en marcha el plan B.

Mossos «pasivos»

A preguntas de la acusación popular ejercida por Vox, ha calificado de «más bien pasiva» la actuación de los Mossos el 1-O, y ha dicho que hicieron un dispositivo para «salvaguardar la seguridad colectiva». «Es imposible que con este dispositivo y los efectivos que tenían planteados pudieran hacer cualquier tipo de intervención dentro de un colegio», ha asegurado

Protestas en los hoteles: «En principio no los iban a pegar»

Trapote ha situado el despliegue de policías españoles en Cataluña que venían de otros puntos del Estado entre los días 20 y 26 de septiembre. La fiscal Madrigal le ha preguntado si tuvieron «problemas» en los hoteles alojados. El responsable policial ha respondido de que hubo en hoteles de Figueres, Reus y el Maresme, donde había agentes alojados. «En inmediaciones de los hoteles se personaban multitudes de independentistas para protestar por su presencia», ha dicho, y «en alguna ocasión amenazaron telefónicamente a algunos propietarios de los hoteles».

Sobre la actitud contra los agentes, ha dicho que «los llamaban, no los dejaban descansar», pero que en principio no los iban a pegar. En este punto, la defensa de Dolors Bassa ha remarcado que Trapote no estaba presente y el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha parado más preguntas sobre esta cuestión.

A preguntas del abogado Jordi Pina, ha admitido que también le informaron de que «algún representante del PP» organizó un autobús al hotel de Reus con «personas afines» a los cuerpos de seguridad para contrarrestar el «hostigamiento» del cual estaban siendo objetivo por parte de «grupos independentistas o radicales».

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