Un comisario de Mossos reprochó al Gobierno que tratara el 1-O como una «jornada electoral» y avisó de «violencia»
Castellví trasladó al ejecutivo que «la actitud pasiva» de los ciudadanos se podía transforma en «activa» cuando actuara la policía
El comisario de Mossos Manuel Castellví ha explicado en el Supremo que en una reunión el día 28 de septiembre con Puigdemont, Junqueras y Forn reprochó al Gobierno que estuvieran haciendo declaraciones públicas sobre el referéndum porque «no se atendían a la realidad» ya que el 1-O estaba suspendido y ellos estaban «advertidos por el TC». «Estaban enviando mensajes de tranquilidad a la población como si fuera una jornada electoral», ha manifestado. También planteó la «preocupación» por escenarios que se podían dar el 1-O. Uno de ellos preveía que hubiera «momentos de tensión que podían acabar con una escalada de violencia». A pesar de reconocer que los llamamientos eran pacíficos, avisaron de que cuando se presentara la policía «la actitud pasiva de los grupos se puede transformar en activa». Castellví también ha dicho que antes del 1-O no se cerró ninguna escuela porque no detectaron que se hicieran actividades relacionadas con el referéndum.
Elexresponsablede la comisaría general de información ha explicado que había también en la reunión los comisarios Ferran López y Joan CarlesMolineroy el mayor del cuerpo, Josep LluísTrapero, y que se hizo en el Palau de Pedralbes. Por parte del Gobierno, estaban presentes el expresidente Carles Puigdemont, el exconseller Joaquim Forn y elexvicepresidentOriolJunqueras. ManuelCastellvíes el primer miembro del cuerpo de los Mossos que declara como testigo en el Tribunal Supremo.
«Escalada de violencia»
En esta reunión,Castellvírelató un posible escenario de una «gran movilización» con llamamientos para ir a los colegios. Ha explicado que, todo y los llamamientos fueran «pacíficos y sin ningún tipo de violencia» la situación podría cambiar cuando apareciera la policía para actuar. «La actitud pasiva de estos grupos se puede transformar en activa», ha explicado que comunicó a Puigdemont y los dos exconsellers.
Ha detallado que hablaron de posibles «escenarios de violencia» por una «escalada de la tensión». También ha explicado que el 20-S había servido para ver la rapidez para convocar concentraciones y que esto los daba «más elementos» para pensar que el 1-O podrían encontrarse «resistencia» en los centros. Una resistencia que, según dice, podía pasar de «pasiva a activa» cuando se personara la policía.
El comisario ha relatado que lo que más les preocupaba era que «el independentismo radical manipulara losCDRcon su poder de convocatoria». Y ha explicado que losCDReran grupos que crecían, que habían pasado en poco tiempo de 42 a 300.
El Gobierno da «normalidad» al 1-O
En el encuentro,Castellvíreprochó en el Gobierno manifestaciones públicas que daban «cierto aspecto de normalidad» al referéndum. Y los recordó que estaban avisados ya por el TC que no podían proseguir con el 1-O, porque estaba suspendido por el tribunal.Segnonsha dicho, estaban tratando el 1-O como si fueran «unas elecciones».
«Los mossos cumplirán con la decisión del TSJC»
En la misma reunión, ha explicado que dejaron «muy claro» a Puigdemont,Junquerasy Forn que actuarían para cumplir la orden del TSJC que ordenaba evitar el referéndum. En cambio, el expresidente los contestó que el referéndum se haría. «Me dijo que comprendía la situación y se ponia en nuestro lugar pero que había un mandato del pueblo para llevar a cabo el referéndum y que había decisión del Gobierno de sacarlo adelante», ha relatado. Una información que previamente también le había insinuadoJunqueras. «No nos lo dice él pero nos hace entender que el espíritu es este», ha explicado.
Sale «frustrado» de la reunión
SegúnCastellví, salió «frustrado» de esta reunión porque se dieron cuenta que, todo y los escenarios «de escalada de violencia» que habían puesto sobre la mesa, el Gobierno pensaba sacar adelante el referéndum. «Se darían dos realidades antagónicas, tres cuerpos policiales accediendo a los colegios y gente que se opondrá a la acción de la policía, y esto es un conflicto», ha relatado.
A preguntas del fiscal, también ha reconocido que aconsejaron al gobierno que suspendiera la votación.
No cerraron ningún colegio antes del 1-O
A preguntas de la fiscalía, ManuelCastellví-que era el jefe de la comisaría general de información durante el 1-O ha explicado que la policía catalana no cerró ningún centro antes de la jornada del referéndum. A respuestas al fiscal JavierZaragoza, ha recordado que la interlocutoria del TSJC pedía que se cerrara los centres en caso que hubiera alguna actividad relacionada con el referéndum, pero que aquel día hubo un llamamiento para hacer actividades «lúdicas». Ha explicado que se levantaron 4.469 actas los días previos en los centros de votación, que se advirtió a 943 responsables y que se los dijo que la actividad en el centro tenía que acabar antes de las seis de la mañana. También ha dicho creer que esta actuación previa provocó que 239 centros no abrieran el día 1.
El comisario ha explicado que, en cumplimiento de la interlocutoria del TSJC, pasaron por «todos y cada uno de los colegios llamados centros de votación», pero que no se cerró ningún centro.Castellvíha recordado que la interlocutoria del TSJC impedía el uso de locales «siempre que se hiciera un tipo de acción de promoción de aquel referéndum» o hubiera «propaganda o material».
«Llamamiento masivo» a ir a los centros
El comisario ha explicado que los días antes hubo un «llamamiento masivo» a través de las redes para ocupar las escuelas, entre otros colectivos, por Escoles Obertes para hacer «actividades lúdicas», con «padres y familias, haciendo actividades». Sí ha admitido que, entre las entidades que hicieron estos llamamientos, había la ANC, Òmnium Cultural y losCDR. Pero ha añadido que «para cerrar los locales se tenía que dictar una actividad en alguna dependencia como la que marcaba la interlocutoria del TSJC».
Castellvíha remarcado que las ocupaciones en los colegios aquel fin de semana se retransmitieron «por televisión» y ha reprochado a los otros cuerpos policiales que la orden de la magistrada estaba dirigida a los tres. «No tengo conocimiento que la Policía Nacional y la Guardia Civil hiciera algún tipo de comprobación», ha dicho, al mismo tiempo que, por parte de la magistrada, «la jefatura no recibió ninguna indicación».
CDRdesde abril el 2017
A preguntas del fiscal,Castellvíha explicado que la primera vez que detectanCDRsfue el junio del 2017, y que les consta que el primero se constituyó en abril de aquel año. Desde entonces y hasta el 1-O, detectaron un total de 42CDR, formado por «personas que provenían de ámbitos muchos heterogéneos, transversales, del tejido asociativo, dentro del entorno nacionalista catalana». Así, ha dicho que estaba formado, entre otros, por personas «próximas» a laANC, a la CUP o a movimientos como laPAH. «No es que fuera un hashtag ser de unCDR, sino que personas de diferentes asociaciones y grupos se constituían en unCDR», ha añadido.
También ha dicho que, antes del 1-O, este movimiento hacía acciones «tipos chocolatadas o asambleas». En aquel momento, no detectaban que tuvieran una organización, cosa que sí vieron más adelante, y ha dicho que «se encargaban más de hacerretuitsde organizaciones clásicas como la CUP».