Trapero defiende que el cordón policial que ofrecieron a la secretaria para salir de Economía era «seguro»
El exjefe de los Mossos relata que lo desmontan porque la comitiva no ha acabado el trabajo y que ofrecen después la salida por el Coliseum como «alternativa»
El exjefe de los Mossos, el major Josep Lluís Trapero, ha defendido en el Tribunal Supremo que el cordón policial que montaron el 20-S por la noche para facilitar la salida de la secretaria judicial era «seguro». Ha recordado que estaba formado por agentes antidisturbios, con otro cordón de voluntarios que impedían el contacto directo entre manifestantes y policías y con una veintena de agentes de paisano que también acompañarían a la comitiva dentro de la «cápsula». Ha relatado que lo desmontaron porque desde la comitiva les informaban de que tenían problemas técnicos para clonar ordenadores y que podía durar «horas». Por eso, ordenan retirar el cordón. Después, Trapero ha dicho que ofrecieron «la alternativa» por el teatro Coliseum para «ahorrar tiempo» y no tener que volver a montar el pasillo de la Brimo. También ha explicado que «se implica personalmente» en el dispositivo después de llamadas del presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, «preocupado» por las imágenes que veía.
El exjefe de los Mossos, el major Josep Lluís Trapero, ha defendido que la salida a través de un cordón policial que ofrecieron a la secretaria judicial era «segura». Lo ha hecho en el primer turno del interrogatorio, a preguntas de Vox. Ha relatado que lo montaron a través de agentes de la Brimo hacia las diez de la noche y que se decidió, de acuerdo con la ANC, de hacer otro de voluntarios entre la policía y los manifestantes para evitar «el contacto directo» entre la comitiva y la gente concentrada. A estos, se añadían una veintena de agentes de paisano que hacían de «cápsula» para evitar que ningún lanzamiento de objetos pudiera tocar algún miembro de la comitiva.
Según el major, en aquel momento tenían información que la comitiva ya había acabado. Ahora bien, entonces desde el interior de la conselleria los Mossos tienen conocimiento por la Guardia Civil que hay «problemas» para «clonar» algunos ordenadores y les advierten que la operación se puede alargar horas». También ha dicho que había habido algunos «malos entendidos» porque se había pedido a la comitiva que los avisaran con una o dos horas de margen para preparar la salida. También ha dicho que cambiaron de opinión en varias ocasiones, ya que les transmitían que querían salir juntos, entonces sólo los agentes con los coches (un hecho que era «imposible», ha dicho, porque habría que entrar grúas a la manifestación) y entonces sólo la secretaria sola.
Al ver que todavía tenía que prolongarse el registro, optaron por replegar a los agentes para evitar que se produjeran incidentes por la presencia policial. «Ya habíamos visto desde el helicóptero algunas imágenes de lanzamientos de botellas de agua», ha explicado. También ha explicado que cuando
estaban montando el cordón –sobre 22.15h- ven que algunas personas se saltan el cordón de voluntarios y se ponen delante de la Brimo para «entorpecer la salida».
Trapero ha reconocido que recibió la llamada del juez «de incidencias» de Barcelona, pero que no le dijo que era el responsable del juzgado 13 –que ordenaba los registros-, Joan Antonio Ramírez Sunyer. Aquel día, el juez del 13 estaba de guardia. «Me dice que la secretaria quiere salir y no puede», ha manifestado. Según Trapero, esta no era la información que tenían los Mossos en el centro de coordinación y que les enviaban desde dentro de sus compañeros.
El Coliseum, alternativa para «ahorrar tiempo»
Trapero ha dicho que la salida que se produjo por el teatro Coliseum en ningún caso fue porque consideraran que el cordón fuera «inseguro», al margen –ha dicho- de la «percepción de la Guardia Civil y la secretaria judicial». Ha justificado que era para «ahorrar tiempo». Según ha relatado, cuando la comitiva comunica que ha acabado el trabajo, el jefe de mediación de los Mossos, Xavier Pastor, le comunica que han encontrado una «salida alternativa» por la planta 2 de la conselleria. «Me molesté porque yo había preguntado antes si había salida alternativa y me dijo que no», ha explicado. Entonces, y a raíz de la llamada del juez, ha detallado que habló con el inspector y le ofrecen a la secretaria la alternativa de salir por allí. «Era para ahorrarnos el tiempo de volver a montar el cordón», ha dicho.
El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, ha dado detalles de los efectivos desplegados. Trapero ha cifrado en unas 300 las unidades de orden público, entre la Brigada Móvil y el Área Regional de Recursos Operativos (ARRO), que se desplegaron en las inmediaciones del Departamento de Economía aquel día. Las dos primeras unidades, unos 12 agentes, ha dicho que llegaron entre las nueve de la mañana y las nueve y media.
Llamadas con Sànchez y Barrientos
A preguntas de Vox, también ha reconocido que mantuvo llamadas con el entonces presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, el fiscal jefe de Cataluña, José María Romero de Tejada. Con Sànchez ha dicho que hubo «diversas», y también algunos «intentos». La primera llamada con Sànchez viene precedida del aviso del exconseller Forn, que le dijo que lo llamaría porque estaba «mediando». «Me llama y me dice que en la medida en que pueda y con la gente que tiene puede intentar ayudar», ha explicado.
También ha dicho que a raíz de la llamada con Barrientos, ya a las cinco de la tarde, se implica «más y a nivel personal». «Yo me implico más porque recibo esta llamada y me implico personalmente más que en otra concentración», ha explicado.
Preguntado directamente porVox, ha asegurado que el exconseller Joaquim Forn «no modificó este dispositivo». «Habría sido una aventura, porque no es un técnico de la policía», ha añadido. Sí que ha explicado que su jefe de gabinete los propuso una modificación en relación al término «tensión social», pero que su propuesta no se recogió.
Sànchez, «colaborador» pero con una conversación «desagradable»
En respuestas al abogado de Jordi Sànchez, Jordi Pina,Traperoha explicado que la colaboración durante el 20-S con el expresidente de la ANCfue de «colaboración» porque hubiera el «máximo la orden». Aun así,ha relatado una conversación que «no fue agradable», cuando hablaron sobre la línea policial, puesto que «parecía» que Sànchez era «contrario». «Le dije que no me dijera a mí como se hace un dispositivo policial», ha asegurado.Trapero, pero cree que Sànchez iba de «buena fe», porque creía que la presencia de agentes de la Brigada Móvil entre los manifestantes «podía provocar algún tipo de incidente».Traperoha dejado claro que no cambió de parecer después de sentir la opinión de Sànchez.
Preguntado sobre si, aunque las actuaciones sean secretas, habitualmente los cuerpos avisan los Mossos si prevén que en un cacheo puede haber algún incidente de orden público,Traperoha considerado que, «si funciona la confianza como pensábamos que funcionaba», si hacen falta recursos «se tiene que comunicar, sea la causa secreta o no». «A partir de aquí, cada cual sabrá porque ha actuado cómo ha actuado», ha añadido, en referencia al hecho que la Guardia Civil no informara de los cacheos judiciales del 20-S.
A preguntas de la letrada de Cuixart, Marina Roig, ha dicho que «no es extraño» que el operativo policial nohable con la comitiva judicial porque esta tarea la hace directamente la unidad de mediación. Ha explicado que a partir del 2012 y fruto de un cambio de gestión de orden público en 2012 crearon estas unidades.
Dispositivo Ágora
A preguntas de la acusación popular, Trapero ha explicado en qué consistió el dispositivo Ágora, que se empezó a trabajar en julio ante el hecho que en Cataluña «se vivía una época de cierta tensión social, donde pasaban incidentes sobre todo en concentraciones y manifestaciones de grupos antagonistas, a personas que hacían pintadas y escraches». «Era previsible que fuera en aumento y se diseña un dispositivo gubernativo», ha dicho, con el objetivo de proteger personas y dependencias institucionales de la Generalitat, del Estado y del Poder Judicial.
El dispositivo entró en vigor a mediados de septiembre, con unos días de retraso por los atentados de agosto, y estaba previsto que acabara el 15 de octubre. El 1-O, ha dicho Trapero, era «uno más de los hechos» que se tuvieron en cuenta.
Preguntado directamente por Vox, ha asegurado que el exconseller Joaquim Forn «no modificó este dispositivo». «Habría sido una aventura, porque no es un técnico de la policía», ha añadido. Sí que ha explicado que su cabeza de gabinete les propuso una modificación en relación al término «tensión social», pero que su propuesta no se recogió.