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Los observadores internacionales dicen que las preguntas de Marchena a Trapero podrían indicar falta de imparcialidad

Los juristas de ITW también critican que Marchena sólo recordara el perjurio a un testigo y no a otros como Rajoy, Zoido o Sáenz de Santamaría

El 'major' de los Mossos D'Esquadra Josep Lluís Trapero durante la comparecencia en el Tribunal Supremo acompañado por su letrada, Olga Tubau.

El 'major' de los Mossos D'Esquadra Josep Lluís Trapero durante la comparecencia en el Tribunal Supremo acompañado por su letrada, Olga Tubau.Senyal Tribunal Suprem

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Los observadores del juicio del Tribunal Supremo del equipo del International Trial Watch (ITW) han criticado que el presidente de la sala, Manuel Marchena, hiciera preguntas al major de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, que había prohibido hacer a la fiscalía. Eso podría ser un «indicio de falta de imparcialidad objetiva del tribunal», según la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Consideran que también habría falta de imparcialidad en el hecho de que Marchena no haya aceptado las protestas de las defensas cuando se preguntó a testigos por su afiliación a Òmnium, y en cambio se prohibió a las defensas preguntar qué webs consultaba la secretaria judicial de instrucción 13.

Otro indicio de falta de imparcialidad es el hecho de que Marchena haya reprochado a algunos testigos su falta de memoria, cuando el número de preguntas sin respuesta ha sido elevado, pero no a otros como Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría o Juan Ignacio Zoido. En cambio, sólo a uno, le advirtió del delito de falso testimonio. Esta advertencia, consideran los juristas, puede «condicionar» las respuestas siguientes del testigo. En un sentido similar, los juristas recuerdan que los testigos investigados en otros procedimientos pueden negarse a declarar, pero Marchena «puede coaccionar su declaración» desde el momento que los obliga a jurar o prometer decir la verdad, cosa que no está prevista en la ley, según estos juristas.

De hecho, los juristas creen que esta situación viene provocada por la disgregación de la causa en hasta cuatro procedimientos. «Eso genera distorsiones en la orden de las declaraciones (que ha sido evidente, esta semana, en el caso del major Trapero, que hubiera declarado como acusado antes que, por ejemplo Diego Pérez de los Cobos); en la posible afectación de su derecho de defensa; en la limitación de las preguntas de las partes no proposants de los testigos; y en definitiva en vista a aclarar la verdad de los hechos», explican. Todo eso, además, «está directamente relacionado con un falso punto de partida: es cuestionable que el Supremo sea, en este caso, el juez predeterminado por la ley», recuerdan.

Los juristas critican también que el derecho de defensa también se podría ver vulnerado por la aparición de nuevo material probatorio «sorpresivo» que sólo tendría la fiscalía y que procede del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona.

Sobre la exhibición de imágenes durante el juicio, los observadores advierten que será importante esta próxima semana ante los testigos de guardias civiles. «En este sentido, reiteramos que el derecho a un proceso sin dilaciones no puede ser invocado por el tribunal en detrimento del derecho de defensa, y menos teniendo en cuenta las altas peticiones de prisión que solicitan las acusaciones», asegura el ITW.

Por último, los juristas advierten de una «descompensación temporal de las sesiones», con duraciones de hasta diez horas o sólo de veinte minutos. Esta descompensación se debe, en parte, al hecho de que dos magistrados son miembros de la Junta Electoral Central. «Eso pone de relieve que funciones no jurisdiccionales de algunos miembros de la sala, que son perfectamente renunciables, están condicionando la buena marcha de las sesiones». Por otra parte, según los observadores, no consta en el Acuerdo 55/2019 que estos dos magistrados se hayan abstenido en la votación que obliga a la Generalitat a retirar los lazos amarillos de los edificios públicos, cosa que «podría «también» suponer un indicio de falta de imparcialidad objetiva del Tribunal». Igualmente, critican que el orden de los testigos no permite concentrar el examen de los diversos delitos imputados por la acusación, cosa que afectaría al derecho de defensa.

Como aspectos positivos, los juristas destacan la «flexibilidad» de Marchena para ciertos testigos que no residen en el estado, permitiendo el aplazamiento de la citación, o que los que tienen derecho a no declarar no se tengan que desplazar a Madrid, y puedan renunciar por escrito. También valoran positivamente que Marchena haya limitado las preguntas en las que el interrogador hace valoraciones conclusivas que pueden condicionar la respuesta del testigo.

La semana pasada los observadores fueron o Ralph J. Bunche, secretario general de Unrepresented Nations and People Organization (UNPO), de Bélgica; Hannibal Uwaifo, socio director de lo African Bar Association, de Malaui, y Ricardo Juan Sánchez, profesor titular de Derecho Procesal a la Universidad de Valencia. Esta semana, los observadores serán Ernesto Moreau, vicepresidente de la Asociación Americana de Juristas, de Argentina, y Alejandro Forero, profesor de derecho penal en la Universidad de Barcelona.

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