Un comandante de la Guardia Civil describe agresiones, intentos de robo de armas y uso de «productos deslizantes» el 1-O
Acusa a los Mossos de desplegar «una presencia mínima» y de actuar con «pasividad y falta de colaboración»
Un comandante de la Guardia Civil que hizo el atestado de actuaciones de 19 centros de votación de zonas rurales de Barcelona el 1-O ha descrito agresiones a los policías, golpes en la cabeza, lanzamiento de sillas, intentos de robos de armas de los agentes y también el uso de «productos deslizantes» en puntos donde actuaron. «Éramos increpados, insultados y golpeados porque la resistencia pasiva evolucionaba en activa; y se denotaba una organización que tenía como objetivo obstaculizar el cumplimiento del auto», ha explicado, a pesar de reconocer que no estuvo en ninguno de los centros de votación. También ha dicho que los Mossos desplegaron una «presencia mínima» y ha dicho que actuaron con «pasividad y falta de colaboración» y que, en algunos casos, «increparon» a los agentes de la benemérita.
Después de la declaración de los jefes en Catalunya de Guàrdia Civil y Cuerpo Nacional de Policía, este martes ha testificado en el Supremo el jefe de la unidad orgánica de policía judicial de la comandancia de la Guardia Civil de Barcelona. Este comandante redactó el atestado del cuerpo sobre la actuación en 19 puntos de zonas rurales de Cataluña y es el primer mando del instituto armado que relata lo que cree que pasó el 1-O.
A preguntas de la fiscalía, ha relatado qué se encontraron en los puntos de votación y ha explicado que había «un número considerable» de concentrados y que la «hostilidad» fue en «aumento». Ha explicado que la gente se avisaba por teléfono de la llegada de los agentes y que eso provocó de que, en algunos casos, cuando llegan y consiguen entrar no encuentran las urnas.
«No puedo afirmar que hubiera guerrilla urbana», ha añadido a preguntas de Vox. Ahora bien, sí ha dicho que había «barricadas con balas de paja» y que en algunos puntos, como en Callús, quien se erigió como «portavoz» era el alcalde.
También ha relatado «incidentes de violencia» en Sant Esteve Sesrovires y ha hablado de un «intento de atropello» a un agente por parte de una moto, también que intentaron robar un arma a un agente y que dos agentes más recibieron patadas en la cabeza (y que los dos acabaron detenidos). A preguntas del fiscal, ha asegurado que en este punto se usó también «productos deslizantes» para afectar a la actuación de la policía, en referencia al uso de 'Fairy' que relató el exdelegado del gobierno español en Cataluña, Enric Millo.
Ha explicado que en las 19 actuaciones un total de 30 agentes necesitaron atención médica y que se produjeron estas atenciones a 9 de los 19 centros. En cambio, a preguntas del letrado de Forn, Xavier Melero, ha dicho que desconocía si había votantes entre los heridos y también ha dicho que no le consta si hay agentes investigados en Cataluña por «uso desproporcionado de la fuerza».
Ha explicado que hay actuaciones «concretas» recogidas por instructores que estaban en el terreno y que él, como instructor global, es el que hace el atestado que recoge las actuaciones en los 19 puntos. A preguntas de la abogada de Jordi Cuixart, Marina Roig, ha calificado de «proporcionada» la actuación de los agentes, y ha discrepado con el letrado Jordi Pina sobre si hubo cargas policiales aquel día. Eso sí, ha reconocido recordar que hubo «uso de la fuerza». Además, ha remarcado que los policías le transmitieron que avisan «de viva voz» en los concentrados antes de intervenir. El agente ha dicho a Pina que ningún agente le entregó fotografías o vídeos donde se viera ningún momento de uso abusivo de la fuerza por parte de ningún agente, y que no haya visto posteriormente.
Melero le ha preguntado si durante las instrucciones verbales recibidas el día antes al 1-O se los transmitió «la instrucción del secretario de Estado de Seguridad de primar, por encima de la eficacia, la seguridad de efectivos y ciudadanos». El mando ha dicho que «en concreto» no, pero «sí actuar con proporcionalidad». También ha dicho que no les transmitieron que, en caso de conflicto, requirieran la intervención de los Mossos.
Llamada anónima que alerta sobre Unipost
El comandante también ha explicado que estuvo en el registro del 19 de septiembre de 2017 en Unipost de Terrassa. Ha explicado que la información sobre que podría haber material del referéndum provenia de una «llamada anónima» que les comentaba que la madrugada del 18 al 19 llegarían 15.000 certificados que tenían como remitente a la Generalitat.
Sobre la actuación, ha relatado que se esperaron dos horas y media en las proximidades de la nave porque había concentrados y que siguieron las indicaciones de los Mossos que les dijeron que intentarían hacer de mediadores para disolver a la gente. «¿Estuvieron bloqueados dos horas y media?»; ha preguntado el fiscal Fiel Cadena, y el comandante lo ha confirmado. Fue a raíz de una actuación de los Arros que consiguen entrar, hacia las siete y media de la noche. Sin embargo, ha dicho que una vez dentro de la nave no tuvieron ningún problema para llevar a cabo la diligencia pero que, mientras esperaban en el coche, la gente los filmaba y los insultaba, y que el letrado de la administración de justicia iba todo el rato con pasamontañas para «ocultar la identidad».
También ha explicado que a la hora de salir tiraron contra el convoy vallas de obra para «evitar la movilidad de la caravana». «Durante todo el rato hay personas sobreexcitadas porque muchos llevaban toda la tarde allí y nos increpan, fustigan y graban», ha indicado.
Pina ha preguntado al testigo porque, cuando recibió la llamada anónima, no avisó en el juzgado de instrucción número 13 o al TSJC, si sabía que tenían abiertas investigaciones en relación a los hechos. El guardia civil ha admitido que lo sabía a través de los medios de comunicación, pero que optó por hacer el registra a partir de la instrucción que había emitido la fiscalía para impedir los preparativos del referéndum.
A preguntas de Roigo, ha atribuido a un «error» que en una acta un responsable de Unipost apareciera como investigado por desobediencia. «Ya se le indica que vendrá como testigo a declarar», ha asegurado, «y se le informa que lo que había en el acta es un error». Roig le ha preguntado cómo es que firma el acta con este «error».