Un teniente asegura que apartaron «con los escudos» a dos mossos que no los dejaban entrar a un centro de votación
Reconoce que denunció a los docentes de Sant Andreu de la Barca: «No puedo consentir que saquen a mi hijo a protestar por lo que sufrió su padre el 1-O»
El teniente U41806Z ha asegurado que dos agentes de los Mossos impidieron a la guardia civil acceder al instituto Quercus de Sant Joan de Vilatorrada (Bages) y que los tuvieron que apartar con «escudos y con las manos» porque no les dejaban pasar y les pedían que les mostraran «la orden judicial para poder entrar». También asegura que los siguieron y controlaron movimientos. Como han hecho otros agentes, ha relatado una «violencia inusitada» por parte de los votantes, ha descrito agresiones e insultos y ha dicho que «no había pacifismo por ningún sitio». Ha dicho que estuvieron a punto de quedar rodeados por la gente y ha insistido con las «caras de odio». También ha reconocido haber denunciado a los maestros de Sant Andreu de la Barca y lo ha argumentado. «Yo sé que mi hijo está orgulloso y quiere seguir la profesión de su padre y no puedo consentir que lo hagan salir de clase por protestar por lo que sufrió su padre el 1-O», ha manifestado.
«He tenido experiencia de todo tipo y lo que viví no se olvida porque eran muestras de odio y desprecio y he sido destinado a sitios que no quiero nombrar», ha valoradoel teniente, que actuó en Sant Joan de Vilatorrada el 1-O.
Este teniente ha hablado de «violencia inusitada» y ha dicho que a pesar de haber estado en muchas unidades no había visto nada parecida. «Nos querían neutralizar porque no hiciéramos lo que nos había ordenado el TSJC», ha asegurado. También ha asegurado que inicialmente llegaron con «perfil bajo»pero que viendo la reacción de los concentrados se hubieron «deemplear»porque sino quedaban «aislados»y que algunos compañeros suyos sufrieron por su integridad. «Los agentes de seguridad no podían penetrar, y entre las veces que les daban los manifestantes finalmente hacen un pasillo para acceder adentro», ha descrito.
«Se masticaba odio y rabia»
A preguntas del fiscal Jaime Moreno, ha dicho que la violencia no solo era «verbal»–«a mi juicio esto también es violencia», ha apuntado- sino que también recibieron «golpes de pie y de puño para intentar contrarrestar la actuación de los agentes». Personalmente, ha dicho que sufrió arañazos y golpes pero que no lo denunció. En la actuación, ha dicho que dos agentes sufrieron lesiones.
El letrado de Cuixart, Benet Salellas, le ha pedido qué situaciones vio directamente. «Yo escuché insultos como hijo de puta, o fuera fuerzas de ocupación, y también veo caras de odio y desprecio», ha manifestado. El teniente ha añadido que «metafóricamente se masticaba el odio y la rabia». «No sé como la podían contener tanto de tiempo, fue inaudito», ha subrayado.
«Uso totalmente proporcional y congruente»de la fuerza
También a preguntas de Salellas, ha dicho que no vio que ningún ciudadano resultara lesionado (el letrado afirma que hubo 14 casos) y ha defendido un uso «totalmente proporcional, congruente y oportuno»de las porras. También ha negado que los agentes actuaran «de sorprendentemente»golpeando manifestantes ni que echaran gente por las escaleras del instituto. «No, porque los primeros que golpean son ellos que impiden la actuación de la policía», ha respondido. Además, ha dicho que a un agente le tiraron una silla metálica y que esto provocó que cayera al suelo.
A preguntas del letrado Jordi Pina, ha reconocido que cuando salían con papeletas nadie saltó la línea policial para «sacarles»el material y tampoco que nadie llevaba armamento.
A preguntas del letrado de Forn, Xavier Melero, ha reconocido que los habían hecho una reunión el día 30 para darles «instrucciones verbales» sobre como actuar y que los leyeron la parte dispositiva de la interlocutoria del TSJC. Melero ha preguntado si los indicaron que la actuación tenía que ser conjunta con los Mossos y que tenían que actuar a requerimiento de la policía catalana si hacía falta intervención de orden público. El teniente ha reconocido que de esto no los dijeron nada.
«Seguimientos y oposición»de los Mossos
El teniente ha dicho que los tuvieron que apartarfísciamenthaciendo «de escudos y con las manos»de dos agentes de seguridad ciudadana porque no les dejaban pasar y les pedían que les mostraran «la orden judicial para poder entrar». También ha reprochado que se pusieran «en primero línea»bomberos uniformados. También ha dicho que desde las seis de la mañana los siguieron y que a primera hora los identificaron, puesto que no iban uniformados y esperaban en un polígono industrial.
«Con 30 años de servicio un ve cuando te siguen y se veía perfectamente que a nuestro paso comunicaban los movimientos de la caravana y alguno se incorporaba a la cola», ha descrito.
Denuncia los docentes de San Andreu
A preguntas del fiscal, ha explicado que aquel episodio le ha afectado personalmente y que incluso se ha planteado cambio de destino porque le «afecta a la familia». De manera espontánea, ha explicado que fue él uno de los que denunció el instituto El Palau de Sant Andreu de la Barca. «El instituto está para enseñar y no para eso», ha manifestado. Ha dicho que su hijo está «orgulloso»del trabajo de su padre y que también quiere ser guardia civil y que , por lo tanto, no podía «consentir»que lo hicieran participar de una protesta «por lo que sufrió su padre el 1-O». Posteriormente, y a preguntas del letrado Jordi Pina, ha reconocido que la fiscalía no incluyó su denuncia en las que elevó al juzgado.
«No vengáis, esto es una puta locura»
Este teniente también participó en la detención de la directora de servicios de la secretaría general de Vicepresidencia, Natàlia Garriga, la mañana del 20-S en su domicilio de Sant Cugat. Ha relatado que no la pudieron llevar a registrar su despacho a la consellería de Economía porque otro compañero que estaba allá les dijo literalmente: «No vengáis, esto es una puta locura». A preguntas de Cuixart, ha reconocido que esta comunicación la hizo hacia las diez y media de la mañana.