Molinero también dice que Pérez de los Cobos «no «cuestionó» los binomios de Mossos
El comisario sostiene la tesis de López y asegura que la actuación de la policía catalana contaba con la «complacencia y aceptación» del coronel que coordinaba el dispositivo
El comisario Joan Carles Molinero ha confirmado la tesis que expuso el miércoles el exnúmero 2 de Trapero, el comisario Ferran López, sobre el papel de los Mossos el 1-O. Ha coincidido en afirmar que la decisión de enviar un binomio de mossos a los 2.300 puntos de votación fue propuesta de los mossos pero que contó en todo momento con el visto bueno del coordinador del dispositivo, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos. «No lo cuestionó en ningún momento», ha manifestado Molinero, que sostiene que el plan contó con la «complacencia y aceptación» de Pérez de los Cobos. También, en la línea de López (que asistía a todas las reuniones de coordinación con el coronel), ha explicado que acordaron que la primera actuación la hacían las parejas de mossos y que, si no salían adelante con la mediación, tenían que gritar en primer momento unidades de orden público de Mossos y, posteriormente, se preveía una tercera fase cuando ya se requería apoyo a las unidades de Guardia Civil y CNP. Molinero ha respondido todas las partes a pesar de estar investigado a un juzgado de Cornellà.
A preguntas de Vox, le ha preguntado si creía que la responsabilidad de detener el referéndum era de los Mossos con «el auxilio» de los cuerpos españoles. «El auto deja claro que la responsabilidad es por igual de los tres cuerpos policiales bajo la tutela y dirección del coronel Diego Pérez de los Cobos», ha respondido.
El fiscal Javier Zaragoza ha preguntado si la primera vez que se pone por escrito que los Mossos enviarán una pareja de agentes a cada centro se plasma en las pautas de actuación de los Mossos del 29 de septiembre. Molinero ha reconocido que sí pero que le constaba que, de palabra, ya habían hablado anteriormente López y Pérez de los Cobos y que el coronel «no puso ninguna objeción».
Posteriormente -a preguntas del letrado de Forn, Xavier Melero- ha reconocido que estos binomios ya se dibujaban en un protocolo que Trapero entregó a la Fiscalía Superior de Cataluña el 21 de septiembre. En este documento, se planteaba enviar a 5.400 mossos a los 2.300 centros de votación.
En cambio, cuando Pérez de los Cobos declaró en el Supremo como testigo aseguró que tuvo conocimiento de los binomios el mismo día 1 de octubre por la mañana y negó que los hubieran pactado. En este sentido, dijo que actuaron por su parte por la «pasividad de los Mossos» y calificó su dispositivo «de estafa».
«En ningún caso se diseñó un operativo ineficiente para complacer a nadie», ha sentenciado a preguntas de Melero. Además, ha dicho que no tuvieron nunca un «dispositivo» por parte de los otros dos cuerpos españoles. «El CNP no presenta nunca ningún plan operativo y la Guardia Civil sólo un borrador pero nunca los tuvimos», ha explicado. En cambio, ha defendido que los Mossos sí hicieron este plan. Además, ha defendido que el dispositivo que hizo el cuerpo –con más 7.850 agentes- «no tenía precedentes».
«Todos los cuerpos tenían el mismo mandato del TSJC»
Molinero también ha defendido que en ningún caso tenía que recaer únicamente en los Mossos hacer las tareas previas al 1-O y ha recordado que el auto del TSJC –del 27 de septiembre- «facultaba a los tres cuerpos» a hacer estas funciones previas. En este punto, ha apuntado que los mossos levantaron 4.400 actas e, irónicamente, ha dicho que no recordaba cuál era la función de los otros cuerpos, que no hicieron esta actividad. «En ningún caso se nos dice que tenemos que hacer nosotros esta actuación previa y Guardia Civil y CNP no», ha insistido. Y ha puntualizado que no había que acordarlo en ninguna reunión porque el auto del TSJC ordenaba estas tareas a los tres cuerpos.
Además, ha dicho que las actividades que se hacían en las escuelas eran «festivas o formativas» y que no encontraron «ni urnas, ni papeletas ni ordenadores» para el referéndum y, por lo tanto, no podían cerrar los centros porque sería «contradecir» el orden del TSJC.
El plan conjunto se rompe el 1-O
También siguiendo lo que relató López horas antes, el comisario ha explicado que la previsión era que se hiciera una reunión de coordinación a las 10h de la mañana y que a las 9.11h ya enviaron un listado al coordinador del operativo con 233 peticiones de apoyo.
Ha explicado que no tuvieron «retorno» de esta petición y que sólo les consta que, en algún caso, los cuerpos españoles acabaron actuando en colegios donde ellos habían solicitado ayuda, pero sin comunicarlo a Mossos.
Ningún mosso lesionado el 1-O
A preguntas del fiscal Javier Zaragoza, ha defendido que las actuaciones de las unidades Arro cerraron 110 centros el día 1-O y que lo hicieron con un «uso de la fuerza proporcional en cada caso, el que se considera oportuno por parte del mando de cada actuación siguiendo principios y pautas de actuación».
En este punto, Zaragoza ha preguntado si alguno de los agentes del cuerpo resultó herido o contusionado, y Molinero ha reconocido que no. Ahora bien, posteriormente a preguntas de Xavier Melero, sí ha dicho que recibieron «contusiones» en algunas actuaciones previas al 1-O.
Además, Melero ha insistido que si en las intervenciones de los Arro hubo «derrame de sangre», y Molinero ha respondido que «rotundamente no». Y el letrado le ha preguntado si se han abierto investigaciones por eso. «Creo que no», ha dicho.
El comisario Molinero también ha defendido la decisión de dejar todos los agentes Brimo en Barcelona y ha recordado que había convocadas manifestaciones de sign contrario (extrema derecha y anarquistas) y que si no fuera por la presencia policial «habría sido una batalla campal».
Niega seguimientos
Molinero ha negado rotundamente que ni el 1-O ni los días anteriores hubiera «seguimientos» de otros cuerpos policiales y que sólo «se informó de movimientos concretos» de unidades con el objetivo de darles seguridad. Ha explicado que estaba prevista una concentración a las seis de la mañana para bloquear el Port de Barcelona (dónde estaban alojados centenares de agentes antidisturbios) y que pidieron información de los movimientos para saber que podían salir bien.
También ha dicho que no se usó ningún código alternativo y que el código 21 «no tiene ningún misterio» y que hace años que se usa para no saturar las emisoras. Y ha apuntado que es para conversaciones que tienen que ser largas o con muchos detalles y ha recordado que aquel día había 7.850 agentes trabajando que tenían que comunicar novedades.