Un inspector de la Policía Nacional explica seguimientos a los Mossos el 1-O para saber dónde llevaban las urnas
Varios agentes relatan que particulares se llevaron urnas a sus domicilios y «sortearon» ante la «mirada indolente» de la policía catalana
Un inspector de la Policía Nacional que fue la jefe de dispositivo de la policía judicial en Nou Barris el 1-O ha explicado tareas de seguimiento a vehículos de los Mossos d'Esquadra para saber donde llevaban las urnas que se llevaban de los colegios a última hora de la jornada. El inspector ha relatado que algunos de los vehículos llevaron las urnas a una comisaría de Nou Barris o a un parque de bomberos. «Hacer incautaciones con un colegio electoral cerrado no tiene sentido», ha añadido. Varios agentes han relatado que a última hora hubo particulares que se llevaron urnas a domicilios particulares ante la «mirada indolente» de los Mossos y que incluso se «sortearon» con presencia de la policía catalana. En las declaraciones ante el Supremo, uno de los inspectores ha admitido alguna «pequeña carga» en la Escola Ágora de Nou Barris y han asegurado que había «encapuchado» en la Escola Víctor Català.
El inspector (85.186) ha relatado hasta seis intervenciones que se hicieron en Nou Barris a lo largo de la mañana, aunque a las tres de la tarde recibieron una «orden» para detener las actuaciones, aunque no ha explicado el motivo ni de quien procedía. A preguntas de la abogada de Jordi Cuixart, Marina Roig, ha explicado que el prepartivo del diseño del dispositivo se hace el día 30 en un briefing con sus superiores y que tuvo los «detalles» el día siguiente a primera hora de la mañana. De hecho, ha explicado que tenía «una lista validada» de 28 colegios electorales.
Otro inspector (92.783) ha reconocido que desde el día 28 tenía un listado de los centros donde se presumía de que habría votaciones en el distrito de Sant Andreu de Barcelona. Y que estuvieron haciendo «tareas de observación» aquellos días en los centros. Ya fue la tarde del 30 cuando su superior le entrega una «lista priorizada» con los centros donde tenían que intervenir. Eran ocho o diez aunque, finalmente, sólo entraron en tres. «A partir del mediodía estuvimos a la espera y no llegó ninguna orden», ha reconocido.
Seguimientos a vehículos de Mossos
Una vez detuvieron las intervenciones en los colegios, el inspector de Nou Barris ha explicado que se dedicaron a hacer tareas de «vigilancia» y ha relatado algunos seguimientos a vehículos de los Mossos d'Esquadra cuando, a última hora del día, cargaban urnas y otro material en sus vehículos.
Por ejemplo, ha explicado que en el Institut Pablo Ruiz Picasso los mossos se llevaron urnas hacia las ocho menos cuarto de la noche, pero que casi dos horas después salieron ocho personas del centro asegurando que se había hecho el recuento, con las urnas, y que hablaron con los mossos en un «ambiente de cordialidad y de saludos». «Les dan las urnas, llenan un papel y se marchan con un vehículo, se hace un seguimiento y acaba en la comisaría de Aiguablava», ha dicho, en referencia a las dependencias de los Mossos que hay en esta calle de Nou Barris.
La Policía Nacional hizo un seguimiento muy similar desde el Institut Valldemossa, donde el inspector ha explicado que hacia las nueve y cuarto de la noche los mossos salen del centro con una caja «supuestamente con documentación». Se siguió el coche, que era «camuflado» y que llegó a un parque de bomberos, donde observaron que unos agentes pusieron unas urnas dentro del coche. «Se juntaron con una furgoneta de los mossos y otro vehículo», ha dicho, y también acabaron en la misma comisaría. A preguntas de la fiscal Consuelo Madrigal, ha dicho que, una vez en comisaría, ya no pueden seguir la pista en las urnas.
El segundo inspector también ha reconocido que «siguieron» un coche de Mossos que se había llevado urnas a las 20.30h del centro Octavio Paz de Sant Andreu y que vieron que las llevaban a una comisaría.
Urnas en domicilios y «sorteos» ante los Mossos
En Nou Barris, el inspector del distrito también ha explicado que vieron que, a última hora de la jornada, en otros colegios vieron cómo había ciudadanos que se llevaron urnas a domicilios muy próximos. De hecho, ha asegurado que en uno de los centros un ciudadano dijo que, una vez hecho el recuento. «los votos se pueden marchar a las casas particulares», y ha concretado que en un caso pudieron ver incluso que «sortearon» entre aplausos quien se quedaba dos urnas «ante mossoos». En otro centro, ha explicado que vieron a un mosso «vestido de uniforme» en l Institut Carrasco i Formiguera marchando una vez el centro ya había cerrado con «su pareja» y con «una urna en el brazo».
En Sant Andreu, el otro inspector también se ha referido a la actitud «pasiva e indolente» de los mossos y, concretamente, a la intervención en el centro Octavio Paz ha dicho que vieron como dos personas ponían las urnas en coches particulares ante «la mirada indolente de los mossos, al menos con su consentimiento».
De «resistencia pasiva» a «encapuchados»
Este inspector ha relatado las intervenciones hechas en Nou Barris, diciendo que la actitud de los concentrados fue en aumento a lo largo de la mañana, aunque a preguntas de las defensas ha admitido que no estuvo en todas ellas y que en algunos casos habla por las referencias que le dieron agentes que estaban a su cargo. Por ejemplo, ha admitido que en el CEIP Tibidabo encontraron una «resistencia pasiva» y que pudieron hacer la actuación con intervención del material en unos 10 minutos. En la escuela de formación de adultos Freire, ha dicho que se encontraron un «muro popular», pero que siguió habiendo «resistencia pasiva» sin «acometidas», más allá de algunos «golpes» a furgonetas en el momento de la salida.
Sin embargo, ha añadido que a lo largo de la mañana se encontraron más «hostilidad», como en la Escola Víctor Català. No fue, pero ha relatado que había «una decena de encapuchados», que hubo «fuerte resistencia en la calle» y una «barricada» con mesas y sillas escolares, y que también «se tiraron sillas» a los agentes. Ha explicado que dos agentes resultaron lesionados. Esta actuación ha dicho que fue más larga que las anteriores, pasando de unos 10 minutos a 20 o 30.
El agente 119.182 que participó en las intervenciones de las escuelas Tibidabo y Víctor Català ha dicho que fue más complicada la segunda actuación, donde ha relatado que los concentrados le tiraron una silla a la pierna y le hizo un hematoma. A diferencia de la otra policía, él sí que ha dicho que vio a una decena de personas encapuchadas. Sobre los mossos, ha dicho que vio una pareja en cada centro que sólo observaban.
Otro agente que también actuó en el Víctor Català (número 144.274) ha dicho también que había una quincena de personas dentro de la escuela que llevaban «bragas» para tapar la cara. El letrado Jordi Pina le ha preguntado qué estaban haciendo y ha relatado que los agentes antidisturbios los apartaron. «Pero ¿qué les hicieron ellos?», ha repreguntado. «Nada, hubo un pequeño enfrentamiento pero sólo los apartaron», ha manifestado.
En otro colegio, el CEIP Àgora, el inspector de Nou Barris ha admitido que hubo «alguna pequeña carga» porque los agentes quitaban «uno a uno» los concentrados «pero se volvían a poner», y ha explicado que allí encontraron otra «barricada» y que un agente fue lesionado «en la rodilla y la muñeca».
Acaba reconociendo que no ve lanzamiento de objetos
Otro de los agentes (número 119.432) que actuó en dos centros de Barcelona también ha relatado una actitud «muy agresiva» en el centro Àgora y ha dicho que les empujaban y «tiraban objetos». Una afirmación que, finalmente y a preguntas del presidente, Manuel Marchena, ha negado. El letrado Jordi Pina le ha preguntado inicialmente qué quería decir «actitud agresiva» y ha dicho que estaban «agitados, cantando y gritando». Y entonces le ha dicho qué tiraban. «No lo sé exactamente, no lo vi», ha dicho. Finalmente, le ha tenido que formular la pregunta Marchena para decirle exactamente si vio lanzamiento de objetos, y ha respuesta con uno lacónico 'no'.
Durante sus declaraciones, los miembros de la Policía Nacional han asegurado que allí donde vieron patrullas de los Mossos d'Esquadra tuvieron una actitud «pasiva», «inmóvil» y «de observadores», y que en ningún caso colaboraron ni recibieron ayuda, «pero tampoco se nos enfrentaron». En las intervenciones, ha explicado que se identificaron varias personas, entre las cuales una que llevaba «una chapa en el pecho que ponía que era supervisor del Govern», y que en un colegio encontraron «alguna acreditación de ERC».
Dos vehículos de los Mossos observan una actuación durante «20 segundos»
Un inspector de la Policía Nacional (82910) que era el instructor responsable de los agentes de policía judicial en el distrito de Horta-Guinardó ha explicado la intervención en tres centros. Ha explicado que mientras ellos actuaban los mossos que había en los colegios estaban en una «actitud contemplativa», que cuando llegaban se encontraban personas que «les impedían el acceso». Ha dicho que la actitud era «hostil», que había «insultos», pero también ha admitido que gritaban 'Som gent de pau'. La primera intervención fue en la escuela oficial de idiomas del distrito, a las ocho de la mañana, y ha dicho que decidieron intervenir entre «10 y 15 minutos antes».
Otro inspector (107.528) que también participó en actuaciones en este distrito ha explicado que vio cómo llegaban dos vehículos logotipados de los mossos, «uno sacó la emisora, habló y al cabo de 20-30 segundos se marcharon». A preguntas de la fiscalía, ha dicho que no se acercaron a la patrulla de la policía catalana que estaba en el centro y que «detectaron» que la Policía Nacional estaba interviniendo.
«La gente resbalaba y se caía por el forcejeo»
Otro inspector del CNP, que redactó el acta del distrito de Sant Andreu, se ha referido a tres intervenciones. Ha hablado de «murallas humanas» en el centro Joan Fuster y ha dicho que cuando los agentes de orden público les querían apartar «utilizando la fuerza física». Ha dicho que la gente empujaba y que «con motivo de la resistencia algunos caían al suelo». «Al estirar, la gente resbalaba y se caía por el forcejeo», ha dicho, añadiendo que «no vio ningun golpe».
A diferencia de otros policías, él sí ha reconocido que hicieron fotografías desde sus teléfonos móviles y que se han incorporado a los atestados. Concretamente, él aportó una donde, según dice, se observan cuatro agentes de los Mossos en «actitud pasiva».