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Llach reconoce que aconsejó a los 'Jordis' subir a los coches de la Guardia Civil para desconvocar el 20-S

El exdiputado afirma que el pacifismo es «obsesivo» en Cataluña y lamenta tener que responder a Vox como «homosexual e independentista»

Imagen general del exdiputado Lluís Llach declarando al Tribunal Supremo.

Llach reconoce que aconsejó a los 'Jordis' subir a los coches de la Guardia Civil para desconvocar el 20-SACN

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El exdiputado de Junts pel Sí (JxSí) y cantautor, Lluís Llach, ha reconocido este lunes ante el Tribunal Supremo que aconsejó a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart que subieran a los coches de la Guardia Civil para desconvocar la protesta del 20-S, con el objetivo que les oyera todo el mundo que estaba concentrado delante de la puerta de Economía. «Lo hice por deformación profesional y lo siento muchísimo», ha asegurado. Llach ha explicado que se ubicó delante de la puerta de Economía durante buena parte de la jornada con el objetivo de enviar un «mensaje explícito» que se tenía que dejar a la comitiva judicial hacer su trabajo y ha trasladado al tribunal el mensaje que el comportamiento pacífico es «casi obsesivo» para el independentismo. Llach también ha mostrado su «desacuerdo» por tener que responder a Vox, «como homosexual e independentista».

Llach, que se ha presentado a declarar al Supremo con un lazo amarillo en la solapa y un reloj también de color amarillo, ha mostrado al poco de empezar su interrogatorio, su «desacuerdo»por tener que responder las preguntas de la acusación popular ejercida por Vox. «Como ciudadano homosexual, independentista y aspirante a ciudadano», ha argumentado.

El presidente del tribunal Manuel Marchena le ha recordado que, como testigo, tiene que responder a todas las partes. «La afirmaciones que hace son repectables al máximo, pero desbordan el sentido de su llamamiento y presencia aquí», le ha dicho. De hecho, el exdiputado de JxSí ha tenido que responder en primera instancia las preguntas de Vox, porque es una de las partes que lo había pedido junto con las defensas de Sànchez, Junqueras y Romeva. Las defensas, pero, pueden preguntar después de las acusaciones cuando alguna de estas ha pedido el testigo.

La declaración de Llach se ha centrado en su participación en la protesta el 20-S ante el Departamento de Economía. El exdiputado ha explicado que se situó en la puerta de la consellería y de cara a los concentrados para dar «un mensaje explícito que no se quería que aquello interrumpiera de ninguna forma lo que estaba pasando dentro de la consellería». «Creíamos que era la manera de demostrarlo físicamente, y por eso estuvimos durante toda la concentración», ha dicho. Llach ha asegurado que estaba de acuerdo con que «se protestara y se hiciera desobediencia civil», y en algún momento ha usado la expresión que hacían «barrera», a pesar de que ha querido aclarar que la palabra «no le gustaba»porque no lo decía en el mismo sentido que usan las acusaciones. El objetivo, ha remachado, es que «todo fuera lo más normal posible ante la anormalidad que nos encontrábamos».

En varios momentos de la declaración, Llach ha explicado varios momentos de la actuación de Sànchez y Cuixart aquel día. Por ejemplo, ha dicho que a Sànchez se lo admitió como «interlocutor» y que tanto el expresidente de ANC como el teniente de la Guardia Civil eran «dos personas que sabían que tenían bajo su responsabilidad que aquello acabara bien», a pesar de que «desde posiciones diferentes». El cantautor dice que llegó a saludar al teniente y que no vio «ninguna tensión»entre ellos.

Llach ha explicado cómo Sànchez y Cuixart le pidieron que colaborara para intentar hacer una «especie de protección»por si llegaban detenidos a la consellería, y ha hablado de un «relativo cordón de seguridad». Peticiones que le hacen por ser «conocido», no por sus «cualidades». También cómo Sànchez le explica que había armas dentro de los coches de la Guardia Civil, donde inicialmente había «una masa de periodistas»que después fueron «sustituidos por la gente». «Con cara de mucha preocupación, me dice que tenemos un problema», ha dicho, motivo por el que le pide que busque alguna solución. «En una reunión extraña, dijimos que intentaríamos si con el cordón de seguridad de yayas que teníamos capacitadad de retirar un poco a la gente y llegar a los coches», ha explicado. Llach ha dicho que tuvieron que «llorar»para conseguir que la gente que había encima bajara, porque «se sentían con propiedad de las mejores plazas», pero que finalmente se pudo «pasar el cordón por detrás». Y que lo hicieron «sin que fuera ninguna garantía, porque el cordón es más de convicción que de autoridad».

En todo caso, Llach ha garantizado que no vio «ningún acto de violencia contra los vehículos», pero que «el peso sobre los techos provocan desperfectos». De hecho, ha dicho que cuando supo que se habían roto vidrios pensó que fue por el peso de la gente.

Propuesta para sacar la secretaria judicial

Más avanzada la tarde, el exdiputado de JxSí ha explicado que Sànchez y Cuixart le trasladaron que había la posibilidad que saliera la secretaria del juzgado de instrucción número 13 y que pidiera al grupo de diputados que había que formaran un grupo para «acompañarla». «Hubo diputadas que dijeron que la pusieran entre ellas y que no se enteraría nadie que había salido», ha explicado. Pero ha añadido que en aquel momento había una «gran confusión»sobre lo que pasaba dentro de la consellería y que «siempre»había la sensación que la salida se atrasaba. «Me lo pidieron, lo organicé y después no tuvo lugar», ha explicado.

«Silbidos»a Cuixart por la desconvocatòria

Llach ha explicado que, cuando un grupo de diputados sube al escenario con Cuixart y Sànchez, el primero «se la cargó»cuando anunció la desconvocatòria de la protesta. «A mí en un escenario nunca me habían silbado así», ha asegurado el cantautor. Lo hicieron desde el escenario que se había montado para «desconcentrar de delante de la puerta»la gente que había. También ha explicado que se decidió convocar el día siguiente ante el TSJC para dar una «motivación»para irse de Economía.

Después de este momento en el escenario, Llach ha añadido había que hacer llegar el mensaje de la convocatoria a los que estaban delante de la puerta, la «gente más motivada». «Nos preocupamos de buscar un megáfono y, por deformación profesional y lo siento mucho, dije que el único lugar que podía ser efectivo era encima de los coches porque los vería todo el mundo», ha explicado. Según Llach, Sànchez fue a pedir permiso para hacerlo y que, cuando lo tuvo, hicieron la desconvocatòria desde arriba de los vehículos.

Guardias civiles «siempre respetados»

Llach ha negado que hubiera «caras de agresividad»entre los concentrados ni que se lanzara ningún objeto. «Había un ejercicio de protesta clarísimo», ha dicho, con «gritos»a los guardias civiles porque era una «protesta muy masiva». «El hecho de insultar depende de las percepciones de cada cual, me parece que la frase 'Fuera las fuerzas de ocupación' se dijo mucho», ha explicado. Así, ha negado insultos como «hijos de puta o cabrones», cuando le ha preguntado el abogado Jordi Pina. Llach también ha negado que se escupiera a los guardias civiles: «No diré que es mentira, no sea que me llamen a un cotejo, pero los guardias civiles fueron siempre respetados, su comportamiento también fue ejemplar, y con los mossos no hubo ningún problema».

La «norma asegurada»de la actitud pacífica

Llach ha querido decir en varias ocasiones ante el tribunal del 1-O que el independentismo es «casi obsesivo»al cumplir con la «norma de comportamiento»del pacifismo en sus movilizaciones. «No salimos a la calle si no es con esta norma asegurada», ha dicho, «durante los últimos seis años ha sido una norma de cumplimiento absolutamente seria, pedir que la acción de desobediencia o de protesta fuera siempre cívica y civilizada».

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