Diari Més

Un líder sindical de Mossos niega ninguna injerencia de Forn

Josep Guillot (Sicme) reivindica «el estilo propio» del cuerpo que prioriza la mediación al uso de la fuerza el 1-O

Los encausados del 1-O, en el centro de la sala del Supremo.

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El consejero del sindicato Sicme (de mandos de Mossos), Josep Guillot, ha negado ninguna injerencia política por parte del exconseller de Interior, Joaquim Forn, y ha diferenciado las declaraciones que hacía ante los medios de comunicación a las que transmitía al cuerpo. Según Guillot, lo que decía públicamente formaba parte de la «retórica política». Sin embargo, ha reconocido que esta actitud de Forn les parecía «irresponsable y peligrosa» y que provocó que el sindicato hiciera un comunicado el 4 de septiembre pidiendo que no se pusiera en cuestión la profesionalidad del cuerpo y para decir que siempre acatarían órdenes de jueces y fiscales. También ha explicado que en la reunión para presentar las pautas de actuación el 29 de septiembre, el mayor del cuerpo, Josep Lluís Trapero, reivindicó «el estilo propio» del cuerpo y priorizó la mediación al uso de fuerza.

Guillot es consejero de un sindicato que engloba inspectores, intendentes y comisarios. Propuesto por la defensa de Forn, ha reconocido que la actitud pública de Forn los molestó pero ha diferenciado su posicionamiento ante los medios de comunicación de lo que, a puerta cerrada y ante los mandos, les ofreció antes del 1-O.

El líder sindical –que es el responsable de la división de transportes- ha reconocido que en el Consejo de Policía del 14 de septiembre, el exconseller Forn hizo una intervención inicial que no estaba prevista en el orden del día para dejar claro que una cosa era su tarea pública como conseller y la separó de la dirección técnica de los Mossos. «Nos parecía que era un tema irresponsable y peligroso», ha apuntado. Según Guillot, sin embargo, la intervención de Forn les tranquilizó y, por eso, no consideraron necesario hacer más comunicados. «Si no hubiera hecho esta intervención, como sindicato lo hubiéramos denunciado», ha afirmado.

Uso de la fuerza

También se ha referido a la reunión que mantuvo la prefectura del cuerpo con todos los mandos de los Mossos el día 29 de septiembre para exponer las pautas de actuación. Se ha referido a las declaraciones que hizo Trapero sobre el uso de la fuerza y ha reivindicado «un estilo propio de los Mossos» que prioriza «el diálogo y la mediación» a «el uso de la fuerza». Además, ha dicho que no era un posicionamiento para el 1-O sino una manera de hacer del cuerpo y que Trapero sólo «redundó» en principios que siempre rigen la actuación del cuerpo en los grandes operativos.

En esta reunión, Trapero expuso que se trataba de un operativo conjunto con CNP y Guardia Civil y explicó cómo se daría cumplimiento al auto del TSJC. Pidió «compromiso y máximo esfuerzo» a todos y dijo que «no era momento para quejas», ya que los mossos acababan de reaccionar a los atentados del 17 de agosto en la Rambla.

En la reunión se refirió al objetivo principal «de asegurar la seguridad ciudadana» y ha explicado que diferenció entre cómo actuar si había resistencia pasiva o activa. «Dijo que la fuerza tenía que usarse en última instancia, primero había que agotar el diálogo y la mediación», ha explicado.

En caso de resistencia pasiva, Trapero lds explicó que había «que «acompañar» a la gente a fuera del recinto de votación si impedían la actuación de los Mossos. Y en caso de agresión en terceros o a la policía (resistencia activa) sí que avaló el uso de la fuerza pero «no de manera indiscriminada» sino «quirúrgica» y sólo sobre las personas que actuaran violentamente.

También ha explicado que reforzaron la seguridad a infraestructuras como el aeropuerto o la red ferroviaria, que se alquilaron vehículos y se utilizaron de otros departamentos y que se suprimieron permisos con el fin de tener disponibles el máximo de efectivos para el 1-O.

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