Testigos relatan que no habían recibido ninguna notificación personal que les advirtiera que no podían votar
Varios ciudadanos explican que los Mossos hicieron múltiples intentos de entrar en centros electorales sin provocar «ningún incidente violento»
Varios testigos han respondido en la fiscalía que nadie les había enviado notificaciones personales que les advirtieran que no podían votar el 1-O porque estaba suspendido por el Tribunal Constitucional. Durante toda la sesión del juicio, el ministerio fiscal ha insistido en preguntar a los testigos si no sabían en que era «ilegal» y que los tres cuerpos policiales (Mossos, CNP y Guardia Civil) tenían orden de cerrar colegios. «Sabía por los medios que estaba suspendido pero a mí nadie me había enviado ninguna notificación», ha dicho uno de ellos, Antoni Taules, que votó en Callús. Otros testigos han remarcado el carácter «festivo» de la jornada, que fueron tan temprano porque no se querían perder ningún detalle y que todo fue «autoorganizado». Algunos de los testigos han descrito como en algunas escuelas los Mossos hicieron varios intentos de entrar en el colegio e identificar responsables y que no salieron adelante pero han remarcado que no provocaron «ningún incidente violento».
En la sesión de la tarde, han continuado los testigos propuestos por la defensa de Jordi Sànchez Jordi Turull, ejercida por Jordi Pina. Muchos estuvieron en centros donde no hubo incidentes, donde el binomio de mossos intentaron entrar varias veces pero no pudo por el gran volumen de gente que había y también han remarcado que era una jornada «festiva».
El primer testigo de la tarde, Jordi Cuyàs, votó en Pacs del Penedès y ha explicado que solo hicieron presencia dos agentes de los Mossos d'Esquadra. Ha dicho que no hubo «ninguna actitud hostil»a pesar de que los agentes intentaron entrar «tres o cuatro veces». «Lo intentaron pero ha tenían que usar una fuerza que no tenían», ha dicho. Por el contrario, ha dicho que fue una jornada donde la gente estaba «contenta por hacer la celebración». «Estábamos decididos que se pudiera sacar adelante el referéndum y por tanto entendíamos que la manera más clara y pacífica era demostrar lo que queríamos», ha explicado.
«Somos civiles y no terroristas»
Otro de los testigos, Antoni Taules, ha relatado lo que vivió en Callús (Bages), donde ha dicho que el alcalde intentó conversar con los agentes de la Guardia Civil que llegaron «con 35 furgonetas»cuando había 70 o 80 personas sentadas en la puerta. Ha detallado que un agente empujó al alcalde y lo echó de espaldas a pesar de que tenía «espacio suficiente» para pasar por la puerta. A preguntas del letrado, ha respondido que se pusieron todos a gritar con las manos arriba y que sí escuchó algún insulto de 'hijo de puta'. «Les decíamos que somos civiles y no terroristas», ha detallado.
También ha explicado como vio que un agente golpeaba una mujer de unos 55 años con el escudo a las espaldas hasta partirlo. «Pasé miedo, cuando entraron dentro había mucha gente mayor y se sentían gritos de pánico», ha subrayado. Ha negado ninguna actitud violenta hacia la policía y ha dicho que si recibieron golpes «se los podrían haber hecho entre ellos».
A preguntas de la fiscalía, ha explicado que fue a las cinco de la mañana al centro de votación porque quería «salvaguardar sus derechos». «¿Pero tan pronto?», ha preguntado la fiscal Consuelo Madrigal.
«No tengo ninguna notificación personal»
La fiscalía ha insistido en preguntar a otro votante que estuvo en una escuela de Vallacarca, a Barcelona, si no sabía que el TC había «impedido»el referéndum. Una estrategia que también había usado por la mañana. «Sí, pero no lo tenía notificado personalmente», ha contestado Enric Climent, que ha dicho que fue al centro a «ayudar»porque había amigos suyos en esta escuela. Este testigo ha dicho que en su centro de votación solo fueron dos Mossos y que se encontraron 200 o 300 personas y que intentaron acceder pero «en ningún caso con violencia».
«Creo que se autoorganitzaron»
Una votante del IES Ausiàs March de Barcelona, Dolors Prats, ha explicado a la acusación popular de Vox que no sabe quién organizó la votación en aquel colegio ni cómo, pero que cree que se «autoorganitzaron». «Cuando veíamos que había gente mayor, los hacíamos pasar, se ofrecían paraguas a quienes no tenía cuando llovía, fue autoorganitzado», ha asegurado.
Prats ha explicado que vio una pareja de mossos fuera de la escuela, pero que con solo dos efectivos era «imposible»que pudieran acceder por la cantidad de gente que había, unas 300 personas. De hecho, no vio que intentaran acercarse a la puerta para acceder en el centro. En respuestas a la fiscalía, ha negado ver que ninguna persona que saliera dentro del colegio para ir a dar la mano a mossos de escuadra.
«No sé quién lleva las urnas»
Otro testigo también ha hablado «de organización espontánea»a raíz de la iniciativa de algunos padres y ha dicho que es «habitual»en Cataluña que se hagan actividades en las escuelas, también durante las noches. Al principio, ha dejado claro que respondía a la acusación popular por «imperativo legal». «Hace muy bien», le ha respondido Marchena.
A preguntas de Pina, ha explicado que mientras estuvo en el colegio horas antes del 1-O se hicieron «actividades lúdicas»y que no había material electoral «de ningún tipo». En cambio, ha dicho que el día del referéndum sí que había urnas y papeletas pero que no sabía de donde habían salido. «Yo estaba fuera de la plaza, veo las urnas cuando vuelvo a entrar», ha dicho respondido a preguntas de la abogada del Estado. También ha insistido que en este centro de Sant Vicenç de Castellet solo fueron los Mossos y que intentaron entrar dirigiéndose a las personas pero sin «ningún tipo de violencia, sino con actividad cívica y pacífica».
Destacan el carácter «festivo»del 1-O
Otro de los votantes, Francesc Xavier Almirall, explica que estuvo en Cabrils y que había una pareja de mossos todo el día y también estuvieron algunas horas una furgoneta de los Arro pero que no intervino porque había hasta 400 personas. «Los mossos lo intentaron verbalmente pero sin ninguna acción violenta», ha explicado. También ha subrayado que les decían que tenían obligación como policía judicial de entrar. «Les decíamos que hicieran lo que consideraran pero que queríamos hacer el referéndum y que no se les facilitaría la entrada», ha recordado.
En su testimonio, ha querido remarcar el carácter «festivo»del 1-O. «Era un día de mezcla entre fiesta familiar y cierto miedo por las escenas que se veían por la mañana, después del desembarco de policías y de los 'A por ellos'», ha dicho Almirall, que ha querido destacar la gran «pluralidad»de personas que estaban en el centro.
Otra testigo, Míriam Camp de Arenys de Munt, ha explicado remarcado el carácter «festivo»de la jornada del 1-O al municipio. Camp ha explicado como primera hora de la mañana se hizo una «chocolatada»donde estaba «casi todo el pueblo»y como a mediodía se hizo una «paella» en la riera del municipio. En el momento de la chocolatada, se presentaron dos mossos, que marcharon porque «no había urnas ni nada».
«Espero que la verdad los haga libres»
Un ciudadano presente en un centro de votación del Catllar (Tarragonès), Agustí Ferrer, ha prometido ante Marchena que diría la verdad con un añadido: «Espero que la verdad los haga libres». Ferrer ha explicado que ya el día antes se hicieron actividades porque «la gente del pueblo tenía necesitado de hacer algo» ante la «presión policial que se estaba sufriendo». El testigo ha remarcado que estas actividades «no las organizó ni la ANC ni ninguna otra entidad», sino que lo hizo «la gente del pueblo»para «dar una muestra de dignidad». También ha declarado que no tenían intención de hacer «ninguna acción violenta»ante los mossos que se presentaron en el centro, sino «sentar-se y que perdieran 5 minutos cogiéndonos para dar una imagen de dignidad». Marchena ha acabado cortando estas respuestas del testigo.
Ferrer ha dicho no constarle nadie del pueblo contrario al referéndum y que sabe de gente que «votó no y se quedó» en el centro de votación. También ha respondido a la abogada del Estado que el día anterior no vio material electoral en el colegio y que no vio como llegó el 1-O.
El último testigo del día, Adriano Raddi, ha destacado que como AMPA de la escuela Concepció de Barcelona votaron por mayoría quedarse todo el fin de semana en la escuela. «Nuestra intención no era que se convirtiera en un campo de batalla», ha valorado, a pesar de que Marchena lo ha cortado. Ha descrito que durante la jornada del 1-O él no votó porque no está en el censo (es italiano) pero que fue con su mujer, suegra y cuñada y ha descrito las largas colas que había. Pero ha dicho que no tuvieron ningún incidente a pesar de que los mossos venían «regularmente cada seis u ocho horas».