Camil Ros defiende que los sindicatos apoyaban a ANC y Òmnium en hacer llamamientos a la «movilización pacífica» el 20-S
Asegura que desde la UGT pidieron la libertad de los detenidos porque consideraban que la actuación judicial era «desproporcionada»
El secretario general de la UGT en Cataluña, Camil Ros, ha defendido en el Tribunal Supremo que tanto su sindicato como CCOO hicieron como Òmnium y ANC el 20 de septiembre e hicieron llamamientos a la movilización «pacífica y no violenta» y pidieron la liberación de los detenidos por considerar que la actuación judicial era «desproporcionada». Ha recordado que participó en la rueda de prensa que organizaron diferentes entidades el mediodía del 20 de septiembre en la plaza de Sant Jaume y también a la movilización del día siguiente delante del TSJC. Y ha negado que en ningún caso se buscara impedir la acción de la policía judicial y lo ha comparado con una huelga general. «Era una movilización que podemos hacer cuando hay huelga general con piquetes delante de las empresas pero en ningún momento se pretendía interrumpir el trabajo que la policía y los actores judiciales pero sí protestar porque entendíamos que las medidas eran desproporcionadas», ha remarcado.
La defensa de Cuixart –ejercida por Marina Roig- ha intentado demostrar que el sindicato UGT también emprendió acciones similares a las que hicieron ANC y Òmnium ante los registros del 20 de septiembre. En este sentido, ha preguntado al máximo responsable en Cataluña, Camil Ros, si hicieron llamamientos a la movilización y ha reconocido que sí, que el sindicato había hecho tuits gritando a la movilización «pacífica». También ha explicado que él hizo declaraciones publicas en este sentido en una rueda de prensa en la plaza de Sant Jaume.
También ha dicho que a última hora del 20 de septiembre (pasadas las once de la noche) estuvo en Economía y estuvo hablando con Cuixart, que le dijo que querían desconvocar. También ha descrito que participó en la protesta el 21 delante del TSJC y que no hubo «ningún incidente».
Aquella misma noche, ha dicho que se «gestó» la creación de la plataforma Taula per la democràcia, donde formaban parte diferentes entidades, entre ellas ANC y Òmnium y los dos sindicatos. Y que debajo el paraguas de esta plataforma convocaron el Paro de país del 3 de octubre, que también ha dicho que se desarrolló sin incidentes. «La gente estaba alegre y de manera festiva protestando en la calle», ha afirmado. Y también ha reconocido que UGT era miembro del Pacte nacional pel al referèndum.
Como ya pasó con el secretario general de CCOO, Javier Pacheco, el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha evitado determinadas preguntas sobre el por qué el sindicato dio apoyo a estas plataformas y movimientos. «Se le están pidiendo valoraciones de por qué se adhiere a uno u otro movimiento, eso no se parece a una prueba testifical y si no está de acuerdo formule protesta», le ha dicho Marchena a Marina Roig.
«En ningún caso se quería impedir el cacheo»
También ha testificado esta tarde al exvicepresidente de Òmnium Cultural Joan Vallvé, que ha defendido este lunes en el Tribunal Supremo el carácter «pacífico» de las movilizaciones convocadas por la entidad, incluida la de delante del Departamento de Economía el 20-S.
Vallvé, que ha dejado la vicepresidencia tercera de la entidad hace 15 días porque simbólicamente cierra la lista de Lliures per Europa a las elecciones del 26-M y que ha expresado su voluntad declarar en catalán, ha recordado algunas movilizaciones convocadas por Òmnium en los últimos años y su carácter «pacífico», como las que se han hecho en los últimos años por la Diada. También la que se hizo en febrero del 2017 delante del TSJC por el juicio por el 9-N. «La manifestaciones son la exposición de un punto de vista colectivo y para ejercer el derecho de manifestación y una opinión, pero en ningún caso para coaccionar poderes públicos ni el poder judicial», ha dicho, «puede manifestarse la discrepancia de una actuación judicial, pero siempre en términos de opinión y libre exposición».
Sobre la concentración delante del Departamento de Economía el 20-S, ha dicho que no vio «ningún tipo de violència». «Era una manifestación de personas indignadas, pero en ningún caso hubo cualquier brote de violencia», ha remarcado. Como ejemplo, ha dicho que los bares de la zona estaban abiertos «sin ningún problema», y que «en ningún caso» se quiso impedir el cacheo por parte de la comitiva judicial.
Como la de febrero, también ha dicho que la concentración delante del TSJC el día después, el 21 de septiembre del 2017, «en absoluto se hizo para coaccionar ni intimidar el poder judicial», sino para expresar «la indignación de la población, un ejercicio del derecho de manifestación».
Vallvé asistió a la rueda de prensa de presentación de la plataforma Peu de Pau, que ha definido como un movimiento para «garantizar que cualquier manifestación o demostración pública se hará de forma pacífica» y ha dicho que la formaban «personas especializadas» para llevarlo a cabo. Además, ha negado que a la presentación fuera el vicepresidente de la entidad Marcel Mauri, como ha dicho que se recogía en un atestado.
La «diversidad» del Pacte Nacional pel referéndum
Otro de los testigos llamados por la defensa de Cuixart es Itziar González, que había sido concejal socialista en Barcelona y que formó parte del comité ejecutivo del Pacte Nacional pel referèndum. Durante el interrogatorio, ha defendido que era una plataforma que quería «promover el acuerdo entre el gobierno español y la Generalitat» y que era «neutral respecto del Gobierno y los partidos». Sobre el papel que jugaba Òmnium, ha detallado que les ayudó en la parte técnica como lo hicieron otras entidades.