Sanidad
Bellvitge implanta por primera vez un corazón artificial total
El paciente es un hombre de 30 años con fallo de los dos ventrículos e hipertensión pulmonar, que no permitía el trasplante
El Hospital Universitario de Bellvitge acaba de implantar un corazón artificial total por primera vez. Se trata de una técnica compleja y de una intervención excepcional que ha permitido atender a un paciente con fallo de los dos ventrículos del corazón e hipertensión pulmonar, una condición que no permite optar por el trasplante. El objetivo de la intervención es que el dispositivo artificial sustituya la función de los dos ventrículos, y permita normalizar la tensión arterial pulmonar del paciente de manera que, de aquí unos meses, pueda someterse a un trasplante cardiaco. La implantación de este corazón artificial ha permitido pues, mejorar un pronóstico que, de no optar a la técnica, es «nefasto» en palabras del cirujano del centro hospitalario Daniel Ortiz.
El paciente que ha operado, de momento con éxito, el Hospital de Bellvitge es un hombre de 30 años a quien le fallaban los dos ventrículos y presentaba hipertensión pulmonar, una condición que le impedía recibir un trasplante de corazón o una asistencia ventricular mecánica, que es más habitual, pero sólo sustituye la función de uno de los dos ventrículos. Por eso, el equipo médico optó por implantarle, por unos meses, este dispositivo artificial, a la espera de que el buen funcionamiento del nuevo corazón le rebaje la hipertensión pulmonar y se le pueda practicar un trasplante convencional.
La operación se hizo el 27 de mayo pasado, y es una intervención «excepcional» en el Estado, ya que hasta ahora no más se había implantado un dispositivo similar. Actualmente, el hombre todavía esta en el UCI, en vías de recuperación. Sufría miocardiopatía de larga evolución y lo sometieron a esta intervención porque necesitaban «suplir» la función de los dos ventrículos durante un tiempo para poder alcanzar las condiciones para que fuera «candidato» a trasplante. Tal como explica el cardiólogo José González es pues, «como un puente» al trasplante, porque es un dispositivo mecánico y neumático que sirve durante un periodo de tiempo pero no se puede plantear como una «terapia de destino» sino para recuperar al enfermo para poder llegar a un trasplante cardiaco.
Los médicos que han atendido al paciente han explicado que es pronto todavía han explicado que está consciente, respira por sí mismo y se le está introduciendo la dieta pero han remarcado que es «muy pronto» para poder valorar el éxito de la intervención y quieren ser «prudentes» y no darlo «todo por hecho» pero han reconocido es que el objetivo es que se pueda marchar a casa.
La experiencia sin embargo, en pacientes a los cuales se les ha implantado dispositivos similares, hacen vida normal. Tan sólo tienen dos cables que les salen del cuerpo, y por lo tanto, tienen que tener cuidado en algunas cosas, pero físicamente pueden hacer vida «completamente normal» incluso, han dicho, hay enfermos que también hacen ejercicio físico.
La posibilidad que pacientes con pocas probabilidades de resistir un trasplante permite superar el pronóstico «nefasto» que tienen los enfermos con hipertensión pulmonar, que antiguamente morían ya que la combinación de fallo de ventrículos y esta patología no daba «ningún otro tipo de alternativa», ha resumido Daniel Ortiz.
Desde que en el 2007, el Hospital de Bellvitge colocó por primera vez un corazón artificial a una paciente que no podían trasplantar, se han hecho 24 asistencias ventriculares mecánicas, y por eso, Bellvitge es centro de referencia. 10 de estos casos el paciente ha podido recibir el trasplante de corazón con éxito, y en otros 10, el paciente hace vida normal esperando poder recibir el trasplante. Sólo en dos casos, la implantación de este dispositivo se ha planteado finalmente como definitiva.