Parir en casa, la solución contra el coronavirus
Las comadronas destacan que un parto a domicilio tiene que ser un «deseo» y no «producto del miedo» por un posible contagio
También se pide a las mujeres que, si pueden, acudan solas. Con respecto a los partos, los hospitales acortan al máximo la estancia de la madre y el recién nacido, con altas precoces, mientras que el interés por parir en casa crece. «Un parto en casa tiene que ser por deseo y convencimiento y no un producto del miedo», señala Alba Pallisé, de la Asociación Catalana de Comadronas (ACL).
«Se trata de que la exploración sea la más breve posible pero sin afectar a la calidad de la prueba y que implique el mínimo de personas posibles», destaca Pallisé, vocal de la Asociación Catalana de Comadronas. Los centros están pidiendo a las mujeres que si pueden acudan sin acompañantes para evitar posibles contagios a los profesionales o de los profesionales a la familia. «Nos vemos obligados a limitar el acceso a las consultas de los acompañantes. Para la embarazada, eso tiene una especial importancia y la experiencia no es la óptima para la mujer ni para las parejas», asume la cabeza de Medicina Maternofetal del Hospital Clínico.
La pandemia también ha obligado a suspender todas las actividades en grupo, como la preparación para el parto; del postparto o los grupos de apoyo al amamantamiento. De hecho, fue una de las primeras medidas que se tomaron cuando empezaron a crecer los casos de covid-19. Las comadronas han buscado alternativas como vídeos teóricos y prácticos de preparación del parto; ejercicios para hacer a casa e información para trabajar el plan de nacimiento, donde la mujer expresa sus voluntades con respecto al parto.
Mensaje de tranquilidad: no se ha demostrado riesgo de transmisión vertical
Los especialistas están recibiendo estos días muchas consultas de mujeres embarazadas que les trasladan angustia y dudas por los cambios en los protocolos en los hospitales y preocupación sobre cómo podría afectar a un eventual contagio en la gestación o en el bebé. Los expertos dan un mensaje de tranquilidad. En el caso del coronavirus, no se ha detectado hasta ahora riesgo de transmisión vertical, por lo tanto se considera inexistente o muy poco probable. «No es muy extensa la experiencia que tenemos en el coronavirus, pero no hay evidencia que se pueda transmitir de la placenta al el feto. A diferencia de otras enfermedades, el coronavirus hace poco vulnerable a la mujer embarazada, que suele presentar una clínica leve, y no comporta riesgo de transmisión vertical», explica el doctor Figueras.
Tampoco hay evidencia científica que el virus se pueda transmitir por el amamantamiento, aunque las madres con síntomas tienen que tomar precauciones como ponerse una mascarilla y otras medidas si es necesario. Los expertos recuerdan también la necesidad de extremar las medidas de higiene, como por ejemplo, limpiarse bien la piel o los utensilios que se utilizan, pero esta es una recomendación para todas las madres, aunque no tengan síntomas, y para toda la población.
Altas precoces e interés por parir a domicilio
El doctor Figueras indica que la pandemia de coronavirus no tiene que suponer «ninguna diferencia especial» en el parto, excepto en la estancia en el hospital, que intentan que sea la más corta posible. Los centros están dando altas precoces, entre 12 y 24 horas después, en los partos vaginales sin complicaciones, mientras que antes se solían esperar unas 48 horas. Además, organizan la visita de la comadrona a casa de la familia para completar el seguimiento del puerperio. Este cambio de procedimiento permite reducir el riesgo de contagio de coronavirus a las madres y los bebés y, también, liberar camas en un momento en que los centros se encuentran focalizados a dar respuesta a las personas con covid-19 en estado grave.
Las comadronas están notando un incremento de la demanda para parir en casa y, también, para el acompañamiento a domicilio durante la dilatación y las fases iniciales para reducir la estancia al hospital. Aunque todavía es temprano para cuantificar este aumento, considera Pallisé, sí que tienen algunos primeros datos. El equipo de comadronas de Tarragona suele atender uno o dos partos a domicilio al mes, mientras que en los primeros diez días de confinamiento, han recibido ocho peticiones, según datos de la asociación. A nivel de Cataluña, una cincuentena de mujeres más han pedido un parto en casa y han dicho que sí a una veintena.
La comadrona advierte que no todas las demandas se podrán atender, ya que estos partos tienen que ser de abajo riesgo y porque es «muy importante el convencimiento de la pareja; la madre lo tiene que querer y el padre le tiene que dar apoyo», recalca.
Aprendizaje para después de la crisis: una atención al parto menos ligada al hospital
Pallisé intenta encontrar notas positivas estos días para después de la pandemia. Para esta comadrona, la crisis sanitaria ha puesto de relieve que los servicios públicos de atención al parto están en hospitales y la «paradoja» que madres y bebés en principio sanos tengan que acudir en estos centros, que pueden comportar riesgo de infecciones adquiridas en estas instalaciones (nosocomials). Pallisé pone el ejemplo de países como Inglaterra, con sistemas mixtos de atención al parto en hospitales para embarazos de riesgo, pero también casas de nacimiento -normalmente cerca de hospitales por si hiciera falta un traslado urgente- y más atención en casa.
«Es posible que esta crisis nos haga repensar la atención a las mujeres con embarazos y partes de bajo riesgo desde una concepción más salutogènica y menos de patología. Nos podemos plantear construir casas de nacimientos y otro tipo de atención, más próxima y a domicilio, para dar respuesta a las madres y bebés sanos sin tener que ponerlos en riesgo, como cuando ahora una enfermedad nos ha puesto el sistema boca abajo. Son notas que podemos extraer para cuando todo eso haya pasado, porque ahora lo que tenemos que hacer es adaptar todos los recursos que tenemos de forma eficiente y de eso el sistema catalán sabe mucho».
El Hospital de Igualada, epicentro del brote, adapta los protocolos
La vida sigue abriéndose camino en el Hospital de Igualada aunque estos días se ha convertido en epicentro del brote de coronavirus más importante del país. Las salas de parte se han convertido en zonas aisladas y se toman todas las precauciones posibles, como si se tratara de «zonas positivas por coronavirus», según han indicado fuentes sanitarias.
El equipamiento ha adaptado los protocolos de la unidad de maternidad para reducir al máximo el tiempo que las mujeres se quedan en la sala de partos y, una vez han tenido el hijo, ya no ingresan en la planta de maternidad. Pediatras y médicos dan altas precoces para que, desde la hora del nacimiento y hasta el alta hospitalaria, pasen aproximadamente ocho horas en casos de partes vaginales y sin riesgo asociado, minimizando así el riesgo de exposición a la covid-19.
Con todo, los protocolos se adaptan en función de cada mujer y del riesgo asociado al nacimiento. En este sentido, especifican que no se siguen las mismas medidas si es un primer hijo que un segundo, por ejemplo. También se siguen procedimientos específicos en casos de cesáreas o partes inducidos. Es el caso de la Maria, vecina de Igualada, a quien la semana pasada le tenían que provocar el parto porque ya estaba embarazada de 40 semanas. «Entre el Hospital y nosotros, decidimos anular la inducción con el fin de estar el mínimo de horas en el hospital», ha explicado.
También a Ivet, que está en la recta final de su embarazo, le han pospuesto dos controles por temas de seguridad, pero se siente tranquila porque todas las pruebas importantes ya se las habían hecho. «Mi embarazo no se ha visto mucho afectado por el coronavirus, de momento», ha reconocido.
El funcionamiento de los controles prenatales también han cambiado y las ecografías se han trasladado al CAP de Vilanova del Camí. Algunas de las consultas que no requieren ninguna prueba asociada se hacen por teléfono y se mantiene el contacto con las futuras madres por vía telemática. Es el caso de Maria, a quien la última visita de la comadrona se hizo por teléfono, o el de Alba, a quien la primera visita también ha estado por vía telefónica.