Nissan confirma el cierre de sus plantas en Catalunya

La marcha de Nissan pone fin a 40 años de historia de la empresa en Catalunya. Las instalaciones de la multinacional -Zona Franca, Montcada i Reixac, Sant Andreu, el centro de distribución en el puerto y la planta de recambios- representan el 1,3% del PIB de Catalunya y el 7% del producto industrial catalán.

La plantilla está en huelga indefinida desde el 4 de mayo, cuando la dirección quería volver a abrir una línea de producción para atender un pedido de Mercedes-Benz que se tenía que entregar a finales de mes.

La planta de la Zona Franca ha ido perdiendo producción hasta quedarse en un 30% de su capacidad y con sólo tres modelos eNV200, Nissan Navara i Renault Alaskan. La pickup Mercedes Clase X tiene que dejar de producirse este más.

Antes de la pandemia de la covid-19, los sindicatos se reunieron con el presidente de Nissan Europa, Gianluca De Ficchy, que les aseguró que el futuro de Nissan se conocería antes del verano.

Los sindicatos han denunciado que desde entonces no han tenido comunicaciones claras por parte de la compañía. Ante la incertidumbre y los rumores de posible cierre, los trabajadores decidieron iniciar una serie de protestas en los meses de enero y febrero que quedaron paradas por la pandemia.

El cierre de Nissan en Catalunya llega después de que la empresa nipona anunciara un recorte del 20% de la producción mundial hasta el 2023 para hacer frente a la caída de la demanda, el cambio de criterios de los consumidores y la electrificación de la compañía. En sólo nueve meses, la compañía que dirige Makoto Uchida ha visto cómo sus beneficios caían un 87,6% y las pérdidas se subían por encima de los 800 millones de euros.

De hecho, Renault, Nissan y Mitsubishi se repartirán zonas geográficas de influencia y el liderazgo en determinados segmentos del mercado y tipo de vehículo para reducir en un 40% sus costes. La decisión implica que la francesa Renault sea la encargada del negocio en Europa. Nissan pretende centrarse en el negocio en China, Norteamérica y Japón, mientras que Mitsubishi liderará la alianza en el sureste asiático y Oceanía. La producción que se centraliza la Zona Franca, por lo tanto, queda en manos de Renault, socio de la Alianza con Nissan y Mitsubishi y podría moverse a Francia.

Tanto el Gobierno como el ejecutivo español han advertido a Nissan que le saldrá caro cerrar. El secretario general de Industria y Pyme, Raul Blanco, cifró en 1.000 millones la factura a pagar antes de marcharse de Catalunya y 300 millones el coste de invertir en la planta.

Orígenes de Motor Ibérica

El orígen de Motor Ibérica se acaballadero hace un siglo, en 1920, con la fábrica que Henry Ford decidió instalar en Cádiz. El centro se trasladó a la capital catalana al cabo de tres años y se instaló en el Poblenou. Treinta años más tarde y en plena dictadura, Ford se marchó de España, la empresa se nacionalizó y pasó a llamarse Motor Ibérica, aunque su nombre comercial era Ebro y se dedicaba a producir camiones, tractores y maquinaria para construir obras públicas.

No estuvo hasta 1967 que la producción se trasladó en la Zona Franca. Nissan adquirió parte de la compañía en 1980, comprando las acciones que eran propiedad de la multinacional Massey Ferguson, constructora de tractores. Al cabo de tres años, la planta fabricó el primer modelo de la marca nipona: el Nissan Patrol. Diez años después, la producción va agumentar de forma significativa con el lanzamiento del todoterreno Terrano II, un modelo que sumó el 15% de la fabricación total de la planta hasta 1999.

En el 2007 la planta de la Zona Franca llegó al pico de producción con 193.000 vehículos.

La etapa más incierta de Nissan en Catalunya empezó con la crisis financiera, que dejó tocada la producción. En el 2009 se despidieron 700 personas en un ERE.

En el 2014 se empezó a producir el primer modelo eléctrico y la fábrica se convirtió en el único centro mundial de la multinacional japonesa que fabrica la furgoneta e-NV200.

Hace un año, los bajos niveles de producción llevaron a la dirección y a los sindicatos a acordar 550 prejubilaciones y 50 bajas voluntarias. A cambio, la compañía propuso invertir 70 millones de euros para una nueva planta de pintura.