Los presos con el tercer grado suspendido cargan contra el Estado por la falta de diálogo y llaman a seguir persistiendo
Antes de entrar en la prisión, han recibido el calor y el apoyo de centenares de personas
Los líderes independentistas presos han regresado este martes a la cárcel de Lledoners (Barcelona) entre llamamientos a «no desfallecer» y a mantener en alto sus convicciones políticas frente a la «represión» y a lo que consideran un acto de «venganza» del Estado contra el independentismo.
La juez de vigilancia penitenciaria ha suspendido el tercer grado al exvicepresidente catalán Oriol Junqueras, a los exconsellers Raül Romeva y Joaquim Forn, así como a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, mientras resuelve los recursos de la Fiscalía contra su régimen abierto, por lo que volverán a pasar todo el día en prisión.
Así lo ha acordado la titular del juzgado de vigilancia penitenciaria número 5 de Cataluña, horas después de que esta mañana la Fiscalía haya pedido que suspendiera de forma inmediata el tercer grado a seis de los nueve presos del procés para evitar que la semilibertad que les concedió la Generalitat cree una «total sensación de impunidad».
Al filo de las 19.00 horas, los presos han ido llegando a Lledoners, donde los esperaban decenas de independentistas entre gritos de «Libertad» y «No estáis solos», congregados mediante una convocatoria exprés tras conocerse la decisión judicial.
Para arropar a los presos han acudido a Lledoners caras visibles de ERC como el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, el presidente del Parlament, Roger Torrent, y consellers como Chakir El Homrani, Josep Bargalló y Bernat Solé.
Por parte de JxCat estaban, entre otros, la portavoz en el Congreso, Laura Borràs, el conseller Damià Calvet y el portavoz en el Parlament Eduard Pujol.
En las inmediaciones del centro penitenciario se ha instalado una tarima desde la que los presos han pronunciado breves discursos antes de volver a la cárcel.
El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ha pedido al independentismo que «no desfallezca» y ha llamado a los jóvenes catalanes a «desobedecer tantas leyes injustas como sea necesario» y a no tener «ningún miedo a la cárcel ni a la represión».
El exconseller Josep Rull ha destacado la, a su juicio, «debilidad» de unas instituciones españolas dispuestas a «desmontar su Estado de derecho para abatir» el independentismo, con una «reinterpretación del derecho penitenciario que perjudica a centenares de presos».
También Forn ha llamado a «persistir» y a «no abandonar» esta «lucha», que será «larga», mientras que Romeva ha remarcado: «Cada decisión de este régimen que nos quiere arrodillados y callados nos hace más fuertes y más determinados a continuar adelante».
Asimismo, el exconseller Jordi Turull ha acusado al Estado de aplicar el criterio del «escarmiento y la venganza», aunque ha dicho que «no tumbarán» sus convicciones «con cuatro cursos de reeducación», y ha lanzado un mensaje de unidad al independentismo: «No esperemos a que nos den garrotazos para ir todos a una, vayamos todos a una para avanzar, para conseguir la libertad».
Junqueras, que ha cerrado el turno de palabras, ha dicho que los poderes del Estado «solo pueden ganar si utilizan herramientas no democráticas», ya que no pueden ganar «en las urnas».
Antes de regresar al centro penitenciario de Lledoners, Junqueras ha difundido un mensaje en las redes sociales: «Hoy volvemos a constatar que nos tienen mucho miedo, y por eso nos quieren encerrados, para incidir en la política y la sociedad catalanas».
«Pero nosotros sabemos que esto forma parte del camino, y que de la cárcel se sale, y saldremos para ganar y para llevar este país a la libertad», ha añadido.